Las prácticas docentes se ven afectadas por numerosos factores. Todos sabemos de la influencia que ejerce el entorno damiliar en el rendimiento escolar, y ello afecta profundamente a la actividad en el aula ¿No resulta urgente involucrar a la sociedad toda en el reconocimiento de este tipo de factores? ¿Los medios de comunicación son ajenos a esta problemática? Invito a leer el trabajo de la Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía.
El presente trabajo trata de establecer, si es que existe, la relación entre el Rendimiento Escolar y el entorno familiar que envuelve a los alumnos y alumnas.
Se divide en diferentes apartados. El primero es un planteamiento teórico sobre qué entendemos por Rendimiento y la influencia que tienen los factores sociofamiliares en el mismo, reflejados en numerosos estudios y experiencias.
Después viene un amplio apartado en el que se plantea el problema y se establecen: el objetivo, hipótesis, variables, etc., para, mediante los datos recogidos, poder establecer o no la relación entre Rendimiento (variable dependiente) y las demás variables y comprobar si son o no ciertas las hipótesis formuladas.
El análisis de los resultados nos permitirá sacar unas conclusiones con las que poder establecer una serie de estrategias que permitan compensar desde nuestros centros las desigualdades familiares que algunos niños y niñas padecen y que, como ya veremos, influyen de manera determinante en su rendimiento escolar.
JUSTIFICACIÓN
Cuando en cada uno de nuestros centros nos enfrentamos a analizar los resultados de la evaluación, detectamos que hay en cada grupo, un número determinado de alumnos y alumnas que vienen obteniendo un rendimiento académico bajo. Analizando las causas que pueden provocarlo, llegamos a que son debidas en una u otra medida, a la familia. Y es que, cuando puestos en juego los recursos de los que disponemos y descartando cualquier tipo de deficiencia psíquica, los resultados no son los apetecidos: una evaluación positiva, no queda sino atribuir ese rendimiento a causas externas a la escuela, pero que inciden directamente en ella, como es el ambiente socio-familiar que rodea al niño o la niña.
Como el alumnado de nuestros colegios es de Educación Infantil y Educación Primaria, el medio social que más directamente incide sobre ellos es la familia.
BASES DEL ESTUDIO
La institución escolar tiene como fin que sus alumnos y alumnas adquieran unos conocimientos, habilidades, instrumentos, ...que los transformen en individuos socialmente productivos.
En la medida en que cada escolar tenga éxito en la empresa, podremos decir que ha obtenido un mejor o peor rendimiento escolar.
Según el profesor Santiago Rodríguez, el concepto de rendimiento escolar es difícil de delimitar, al entrar de lleno en el terreno político y esgrimirse como bandera de la calidad de un Sistema Educativo donde la identificación educación-producción es la base que sustenta el concepto.
Esto nos lleva a la Teoría del Capital Humano, en el que se considera la Educación como el principal capital humano, "en cuanto concebida como productora de capacidad de trabajo”. En este sentido, es una inversión como cualquier otra.
Como inversión hecha por los poderes políticos, está sometida a control y se pretende que "genere beneficios".
Así, el rendimiento escolar se convierte en la variable fundamental de la actividad docente. En función de él, se programan los objetivos, contenidos y actividades de cada período escolar.
El rendimiento escolar es la resultante del complejo mundo que envuelve al estudiante: cualidades individuales (aptitudes, capacidades, personalidad,...), su medio socio-familiar (familia, amistades, barrio,...), su realidad escolar (tipo de Centro, relaciones con el profesorados y compañeros o compañeras, métodos docentes,...) y por tanto su análisis resulta complejo y con múltiples interacciones.
Aunque hayamos analizado el rendimiento escolar como el resultado de numerosos factores que inciden directamente en él, los estudios que ven en causas socioeconómicas o socioculturales el origen de la desigualdad en los rendimientos de los escolares son numerosísimos, fundamentalmente fuera de nuestro país.
En España, cuando Gloria Pérez Serrano (1.981) realizó su estudio relacionando el rendimiento escolar con el origen social, sólo había un estudio previo, el de Carlos Lerena (1976).
Antonio Marín Capitas, en su Tesis Doctoral (1993), recoge los estudios de Samper y Soler en 1982, donde encuentran que las dos terceras partes de los niños y las niñas con bajo rendimiento proceden de familias con nivel económico bajo y establecen correlaciones entre ambos fenómenos. A onclusiones semejantes llegan Molina García y García Pascual en 1984.
Entre los autores y las autoras que defienden la determinación sociológica o socioeconómica en el rendimiento escolar, podemos distinguir 3 tendencias fundamentales:
La primera ve al sistema educativo como un instrumento para la reproducción social, y cumple con la misión de dejar a cada individuo en la posición que le corresponde en el sistema social. El rendimiento escolar es la manifestación de este hecho y son los pobres quienes más fracasan.
Paul Willis, Leonor Buendía, Gloria Pérez, entre otros autores y autoras, afirman que hay una estrecha vinculación entre la clase social y el Rendimiento Escolar.
Quienes se encuadran dentro de la segunda tendencia consideran que es excesivamente amplia la clase social para explicar el diferente rendimiento del alumnado y prefieren indagar en estructuras más próximas al niño o la niña, como la familia, que es el ámbito de incultura primaria del niño, donde se encuentran las claves que explican su Rendimiento en el proceso educativo.
La tercera corriente se puede considerar como síntesis de las dos anteriores, pues es cierto que el entorno más inmediato en el que se desarrolla el individuo es su familia, pero es bien cierto que ésta se encuentra determinada por una serie de factores culturales, sociales, y económicos que la hacen pertenecer a una clase social o a otra, y, en este sentido, también es válido lo señalado en el primer apartado.
Quizás sea el más representativo de esta tendencia el sociólogo de la comunicación Basil Bernstein, para el que el desarrollo del lenguaje tiene una relación inmediata con el fracaso escolar.
Cuando el niño la niña llega a la escuela está en diferente posición de salida, según proceda de una familia o de otra. Los niños y las niñas de los medios sociales menos favorecidos tienen un desarrollo mental medio más lento, porque llegan con un bagaje de experiencias más pobre y menos organizado. Si a la desventaja social unimos la cultural, los comienzos serán más difíciles y recibirán menos ayuda en los momentos difíciles, lo que les hace más vulnerables al fracaso, y ello teniendo en cuenta que las actitudes pedagógicas familiares suelen ser bastante diferentes según las clases sociales.
OBJETIVO E HIPÓTESIS
OBJETIVO
COMPROBAR EL GRADO DE INTERRELACIÓN ENTRE AMBIENTE SOCIO-FAMILIAR CON EL RENDIMIENTO ESCOLAR, PARA PODER COMPENSARLO EN LO POSIBLE DESDE LA ESCUELA.
En este sentido, el núcleo de nuestra investigación se centra en el estudio de aquellos alumnos y alumnas con un rendimiento bajo, para determinar las causas del mismo y comprobar la relación que pueda existir entre el origen social del alumnado y su rendimiento escolar.
HIPÓTESIS
a) Hay una clara relación entre nivel cultural y económico de la familia y el rendimiento escolar de sus hijos e hijas.
b) Las expectativas de encontrar un trabajo fácilmente inciden negativamente en la preocupación de la familia por el rendimiento escolar.
c) El trabajo de ambos progenitores influye negativamente en el rendimiento de los hijos e hijas.
d) Los problemas familiares tienen una repercusión negativa en el rendimiento del niño y la niña.
e) Cuando en la familia se respira un ambiente de interés por la educación de los hijos y las hijas, el rendimiento de éstos es más alto.
f) Un elevado número de hijos e hijas en la familia incide negativamente en el rendimiento escolar.
ANÁLISIS DE RESULTADOS
RENDIMIENTO Y NIVEL CULTURAL DE LA FAMILIA
Para determinar el nivel cultural de las familias, hemos considerado los estudios del padre y de la madre.
Ambas variables tienen una relación directa con la variable dependiente. Tras aplicar las pruebas estadísticas, podemos afirmar que ambas variables están relacionadas en el 99% de los casos.
Si tenemos en cuenta las diferentes categorías en que hemos dividido a las variables, podemos afirmar que, aquellos padres y madres que no tienen estudios y en la práctica rozan el analfabetismo, está más directamente relacionado con un rendimiento escolar malo y, en aquellas familias en las que los progenitores tienen estudios superiores es mayor la relación con el rendimiento escolar bueno, teniendo escasa relación con el rendimiento los estudios primarios y medios de éstos.
RENDIMIENTO Y NIVEL ECONÓMICO
Esta variable también tiene relación con el rendimiento escolar. Analizando cada una de las categorías en las que hemos dividido la variable, observamos que cuando esa relación es más significativa se da entre las familias con nivel económico bajo y un rendimiento bajo, no teniendo significación el resto de las categorías.
Sin embargo, el coeficiente de correlación de Pearson nos indica que existe una relación entre ambas variables en el 99% de los casos.
- RENDIMIENTO Y NÚMERO DE HERMANOS Y HERMANAS
Al aplicar la prueba Chi-cuadrado, aparecen las dos variables relacionadas, pero tras hallar el Coeficiente de Contingencia entre ambas variables, ésta aparece como escasa (0,2), y el coeficiente de correlación de Pearson se aproxima al 0,5, lo que nos lleva a analizar las diferentes categorías en las que se han dividido las variables, siendo realmente relevante la relación existente entre un rendimiento escolar bajo y el tener más de 4 hijos en la familia.
RENDIMIENTO Y PROBLEMAS FAMILIARES
Quizá sea esta variable una de las que mayor correlación tenga con el Rendimiento Escolar.
Si nos fijamos en las categorías de la variable independiente: hay problemas familiares, o no hay problemas; se ve claramente la fuerte relación que hay entre la existencia de problemas en la familia con un rendimiento bajo, siendo la relación entre las demás categorías menos significativas
RENDIMIENTO E INTERÉS DE LA FAMILIA
Estas variables son las que más claramente se ven relacionadas.
El coeficiente de Pearson es aproximadamente igual al 0,8, y el estadístico Z supera el nivel de confianza del 1%, lo que indica que existe relación entre las variables en el 99% de los casos.
Destacan como especialmente significativas cuando el interés de la familia es alto el rendimiento escolar es bueno, y cuando ese interés es nulo el rendimiento es malo.
RENDIMIENTO Y EXPECTATIVAS
Teniendo en cuenta que todos los progenitores "esperan algo" de sus hijos e hijas, según en qué pongan sus expectativas tendrá una incidencia u otra en el rendimiento Escolar.
Esto es lo que refleja el tratamiento estadístico dado a los datos obtenidos, pudiendo afirmar con un nivel de confianza del 1%, que existe relación entre las variables en el 99% de los casos.
Si analizamos las categorías con que contamos, observamos que, cuando las expectativas están puestas en encontrar un trabajo y un rendimiento escolar malo, tienen una alta relación; las expectativas puestas en la Educación Universitaria tiene una relación negativa con el rendimiento escolar bajo.
CONCLUSIONES
De nuestra investigación podemos sacar varias conclusiones, algunas de ellas valiosas de cara al objetivo que nos planteamos al principio.
Una primera conclusión que extraemos es que el nivel cultural que tiene la familia incide directamente en el rendimiento escolar de sus hijos e hijas, así, cuando el nivel de formación de los progenitores está determinado por una escolarización incipiente o rozando el analfabetismo, es más fácil que los hijos no tengan un rendimiento escolar satisfactorio, y, por el contrario, en aquellos progenitores con un nivel de formación medio o alto es más probable encontrar un rendimiento bueno. Esto está en consonancia con los estudios reseñados al principio de este trabajo, y se explica porque la cultura de la escuela es la cultura de la sociedad, por lo que los niños y las niñas que pertenecen a una familia con un status cultural medio o alto tienen ya ventaja en la Escuela sobre aquellos otros que pertenecen a un status cultural bajo, coincidimos en esta apreciación con Bernstein.
El nivel económico de la familia sólo es determinante en el rendimiento escolar cuando es muy bajo, cuando puede colocar al individuo en una situación de carencia, lo que ocurre es que esto normalmente lleva asociado un bajo nivel cultural, elevado número de hijos e hijas, carencia de expectativas y falta de interés. Así, lo exclusivamente económico no tiene por qué ser determinante en el rendimiento escolar.
También podemos concluir que el número de hijos e hijas, salvo cuando el número es elevado y que generalmente lleva consigo otros condicionantes, no influye determinantemente en el rendimiento. Pero la realidad nos dice que esas "superfamilias" lo son por una falta de planificación, de metas y de objetivos a todos los niveles, y por tanto no podemos nosotros pedirles que los tengan respecto a la educación escolar de sus hijos e hijas.
De los apartados anteriores se desprende, igualmente, que cuando en la familia hay problemas, el niño o la niña los viven y esto, necesariamente, influye en su conducta y en su rendimiento. En esto, los niños y las niñas no son diferentes a los adultos y en ellos se puede agudizar porque la familia es casi todo su universo.
Pero la conclusión definitiva a la que podemos llegar es que, cuando la familia demuestra interés por la educación de los hijos e hijas, se preocupa por su marcha en el colegio, están en sintonía con el maestro o maestra, el rendimiento es más positivo pues hay una conexión casa-escuela que el niño percibe y que llega a repercutir en su trabajo.
Este interés de la familia se demuestra valorando lo que se hace en el colegio y, en cierta medida, está vinculado a las expectativas que los progenitores tienen puestas en el futuro de sus hijos e hijas. Cuando esas expectativas cuentan con la institución escolar: estudiar una carrera, tener la suficiente formación, ser alguien en la vida, etc., el interés de la familia por la escuela es sin duda mayor que el de aquellas otras que consideran la escuela como una mera espera para llegar al mundo del trabajo, porque la ley impide trabajar hasta cierta edad. Estos planteamientos tan dispares tienen su claro reflejo, salvo raras excepciones, en el rendimiento escolar de los alumnos y las alumnas y están, a su vez, condicionados por el nivel cultural y económico, el tener un elevado número de hijos e hijas, por padecer algún tipo de problemática familiar, en la mayoría de los casos; son familias que tienen menos interés por la educación escolar de sus hijos e hijas y escasas o nulas expectativas de futuro para ellos y quienes proceden de ellas son niños y niñas que presentan un bajo rendimiento escolar. Es por tanto aquí cuando se plantea un reto a la educación y a la escuela: ¿no tenemos nada que hacer? ¿los maestros y las maestras nos tenemos que cruzar de brazos?.
Para no caer en el desánimo y buscar posibles soluciones recurriremos a la Educación Compensatoria como un medio de paliar carencias y salvar las desventajas que esos alumnos y alumnas tienen en su proceso educativo, desde la institución escolar, con los medios con los que podemos contar en nuestros centros, tanto en medios materiales como personales, plantaremos una serie de medidas que intentaremos poner en práctica en los próximos cursos.
Finaliza el trabajo con un recorrido por lo que la Educación Compensatoria supone y lo que, desde nuestra propia realidad escolar, podemos desarrollar, con una serie de medidas y con un amplio proyecto de actividades extraescolares que figura como uno de los anexos.
AUTORÍA
Morales Serrano Ana María (Coordinadora)
Proyecto de Investigación Educativa subvencionado por la Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía.
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