lunes, 30 de julio de 2012

Concentrarse para aprender ¿Qué es el Kumon?

Ciertamente la televisión nos ha formateado en la dispersión, nos cuesta trabajo concentrarnos, entonces ¿Qué podemos hacer? Seguramente mucho, de gran utilidad para nuestras vidas, y la de nuestros hijos. La siguiente es una propuesta, para ser tenida en cuenta.

 



Una técnica que estimula el aprendizaje y la concentración

El Kumon es un método de estudio extraescolar de aprendizaje de matemáticas y lenguaje, individualizado, que ayuda cada niño a desarrollar las habilidades necesarias para desarrollar al máximo su potencial, desde la etapa preescolar hasta la universidad. No existe una edad indicada para que un niño ingrese al Kumon. Los niños podrán hacerlo en cualquier momento, aunque dicen los padres que probaron este método, que cuánto antes lo experimenten, mejor. 

¿A qué niños está dirigido el método Kumon?

El Kumon está orientado a los niños que tienen dificultades para alcanzar la media de las notas escolares o para los que buscan progresar, es decir, aprender un nivel por encima de su grado escolar. Es un método que ha llegado a ser tan popular que, actualmente, hay centros Kumon en 71 países del mundo. Sólo en Norteamérica existen más de 1.500 centros.

El método Kumon fue creado en Japón, en 1954, por Toru Kumon, un maestro y padre que quería ayudar a su hijo a mejorar su rendimiento escolar. Él creía que cada niño posee habilidades no explotadas, un potencial para superarse, y que sería un desperdicio dejarlo sin expandirlo al máximo. 

Los objetivos de aprendizaje del método Kumon para los niños

Esta es la filosofía del Kumon, a través de la cual los alumnos aprenden a:

1. Dominar los conceptos básicos de matemáticas y/o lenguaje
2. Mejorar la concentración y los hábitos de estudio
3. Mejorar la organización, la autodisciplina y la confianza en ellos mismos
4. Desarrollar todo su potencial
5. Sentir motivación y satisfacción personal
6. Ser autodidactas
7. Estudiar por sí mismos 

¿En qué se basa el método Kumon?

El método utilizado se basa en la repetición de ejercicios básicos de matemáticas como son la suma, la sustracción, la multiplicación y la división, y que progresivamente se hacen más complejos hasta que el alumno alcanza un nivel avanzado de destreza. Las bases del aprendizaje se sientan en aquellas áreas que proporcionan un alto nivel de autoconfianza al alumno y en la habilidad de aprender por él mismo. Desde un esfuerzo individual, el niño progresa a su propio ritmo, busca conocer por él mismo, y aprende a superar los desafíos que le presentan. El alumno solo se compromete a aprender.

La duración de los ejercicios varía según el ritmo de aprendizaje y las metas de estudio del alumno. Cada uno recibe una planificación de estudios, con previsión de cuándo concluirá los niveles del material didáctico según su desempeño y el tiempo disponible para hacer las tareas diarias de Kumon. 

Tipos de Kumon para los niños

Existen dos tipos de Kumon: el de Matemáticas donde el alumno progresa a lo largo de 23 niveles, y el de Lengua donde se enfocan las etapas de lectura y formación de palabras. En los dos casos, el alumno empieza con ejercicios básicos que gradualmente avanzan y se complican. Para llevar a cabo el método, cada alumno recibe un material didáctico propio y auto-instructivo, que le permite desarrollar los ejercicios con el mínimo de intervención del orientador y avanzar hacia contenidos más allá de su grado escolar. Se puede inscribir un niño al Kumon en cualquier momento del año, incluso en vacaciones. Para conocer su nivel es necesario que haga un examen de ubicación gratuito, y en función del mismo se le explica cómo manejar sus necesidades.



Fuente consultada:
- Kumon.com.mx/faqs.html
- Wikipedia.org/wiki/Kumon
- Kumonla.com

Fuente
Guiainfantil.com



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domingo, 22 de julio de 2012

Nuestro ejemplo: la mejor enseñanza para los niños

Todos aprendemos con las palabras, también mediante el lenguaje corporal, y más aun mediante nuestras vivencias ¿Acaso no aprendemos mejor con los ejemplos? Por lo tanto ¿Cómo actuar frente a las nuevas generaciones?



¡Los niños se fijan en todo!, seguro que os habéis visto sorprendidos por sus curiosos y escudriñadores ojos, como si con su mirada tomaran nota de nuestros actos, ataran cabos o llegaran a conclusiones ¿Qué piensan nuestros hijos cuando nos miran así?

Seguramente piensan, con cierto sentido crítico y mucha razón, que quizás los papás no hacemos todo lo que les pedimos que ellos hagan. ¿Por qué mi mamá me dice que no grite y luego ella lo hace? ¿Por qué me dice que guarde mi abrigo, si luego ella lo deja encima de la cama? Los niños se dan cuenta muy pronto de que no siempre los padres predicamos con el ejemplo. Y no creo que sea bueno, cuando ellos pueda recriminarnos alguna de nuestras faltas, que les mandemos callar y les digamos el famoso refrán: "cuando seas padre, comerás huevos". Aunque es verdad que los padres ocupamos un papel de director de orquesta en nuestra familia, debemos saber demostrar a nuestro hijo que también somos buenos instrumentistas y que también luchamos contra nuestros errores y debilidades, que son muchos.

Enseñar a los niños es predicar con el ejemplo

Los niños interaccionan con el mundo y aprenden a dar sentido a la vida, a través de las respuestas a sus preguntas, tanto si nos las hacen a nosotros como si son ellos mismos los que se las responden. Los niños necesitan de nosotros cariño, comprensión, orientación, apoyo, escucha y... sobre todo, ejemplos a seguir.  

Necesitan encontrar coherencia entre lo que les decimos y lo que hacemos. De esta manera podrán hacer propias y tomar como válidas las enseñanzas que les damos. Así, si les pedimos que sean ordenados, también debemos serlo nosotros, si les pedimos respeto, también nosotros debemos ser respetuosos. Los valores y las enseñanzas por sí solos quedan reducidos a nada, si no van acompañados de la vivencia y el ejemplo de sus padres. 

La alegría, el sentido común, el cariño y el autocontrol lo aprenderán directamente de nuestro comportamiento, las acciones hablan por sí solas y todas las palabras sobran ante ciertos comportamientos. Nuestros hijos nos quieren y nos admiran, somos el espejo en el que ellos se ven reflejados, así nuestra alegría será su alegría, nuestra estima, nuestras emociones y nuestros comportamientos, también los suyos... ¡Ojalá no tengamos que escuchar eso de los errores y vicios de los padres se repiten en los hijos y, por el contrario, podamos escuchar que nuestras bondades y buen hacer quedan reflejados en ellos!



Autor
Patro Gabaldón.
Redactora de GuiaInfantil.com





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lunes, 16 de julio de 2012

Problemas de aprendizaje

Muchas veces aprender no depende de la voluntad del aprendiz, hay obstáculos que remover que requieren ayuda externa. Esto es muy importante y en oportunidades no se nos manifiesta de forma clara, por lo tanto, los siguientes párrafos nos pueden ayudar.

 


Cómo identificar los problemas de aprendizaje

Los problemas de aprendizaje afectan a 1 de cada 10 niños en edad escolar. Estos problemas pueden ser detectados en los niños a partir de los 5 años de edad y constituyen una gran preocupación para muchos padres, ya que afectan al rendimiento escolar y a las relaciones interpersonales de sus hijos. Un niño con problemas de aprendizaje suele tener un nivel normal de inteligencia, de agudeza visual y auditiva. Es un niño que se esfuerza en seguir las instrucciones, en concentrarse y portarse bien en su casa y en la escuela. Su dificultad está en captar, procesar y dominar las tareas e informaciones, y luego en desarrollarlas posteriormente. El niño con ese problema simplemente no puede hacer lo mismo que los demás, aunque su nivel de inteligencia sea el mismo.

Cómo detectar problemas de aprendizaje en los niños

El niño con problemas de aprendizaje específicos presenta patrones poco usuales, a la hora de percibir las cosas en el ambiente externo. Sus patrones neurológicos son distintos a los de otros niños de su misma edad. Sin embargo, tienen en común algún tipo de fracaso en la escuela o en su comunidad.

Cuando un niño tiene problemas para procesar la información que recibe, le delata su comportamiento. Los padres deben estar atentos y observar las señales más frecuentes que indican la presencia de un problema de aprendizaje:

- Dificultad para entender y seguir tareas e instrucciones.

- Problemas para recordar lo que alguien le acaba de decir.

- Dificultad para dominar las destrezas básicas de lectura, deletreo, escritura y/o matemática, por lo que fracasa en el trabajo escolar.

- Dificultad para distinguir entre la derecha y la izquierda, para identificar las palabras, etc. Puede presentar tendencia a escribir las letras, las palabras o los números al revés.

- Falta de coordinación al caminar, hacer deporte o llevar a cabo actividades sencillas como sujetar un lápiz o atarse el cordón del zapato.

- Facilidad para perder o extraviar su material escolar, libros y otros artículos.

- Dificultad para entender el concepto de tiempo, confundiéndo el "ayer", con el "hoy" y/o "mañana".

- Tendencia a la irritación o a manifestar excitación con facilidad. 

Características de los problemas de aprendizaje

Los niños que tienen problemas del aprendizaje con frecuencia presentan, según la lista obtenida de When Learning is a Problem/LDA(Learning Disabilities Association of America), características y/o deficiencias en:

Lectura (visión) El niño se acerca mucho al libro; dice palabras en voz alta; señala, sustituye, omite e invierte las palabras; ve doble, salta y lee la misma línea dos veces; no lee con fluidez; tiene poca comprensión en la lectura oral; omite consonantes finales en lectura oral; pestañea en exceso; se pone bizco al leer; tiende a frotarse los ojos y quejarse de que le pican; presenta problemas de limitación visual, deletreo pobre, entre otras.

Escritura Invierte y varía el alto de las letras; no deja espacio entre palabras y no escribe encima de las líneas; coge el lápiz con torpeza y no tiene definido si es diestro o zurdo; mueve y coloca el papel de manera incorrecta; trata de escribir con el dedo; tiene un pensamiento poco organizado y una postura pobre.

Auditivo y verbal El niño presenta apatía, resfriado, alergia y/o asma con frecuencia; pronuncia mal las palabras; respira por la boca; se queja de problemas del oído; se siente mareado; se queda en blanco cuando se le habla; habla alto; depende de otros visualmente y observa al maestro de cerca; no puede seguir más de una instrucción a la vez; pone la tele y la radio con volumen muy alto.

Matemáticas El alumno invierte los números; tiene dificultad para saber la hora; pobre comprensión y memoria de los números; no responde a datos matemáticos.





Fuente consultada:
- Social / Emocional.
Niño hiperactivo, con baja autoestima y atención.



 Fuente
Guiainfantil.com



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domingo, 8 de julio de 2012

Educar la voluntad de los niños

Parece existir un consenso sobre la necesidad que los niños aprendan a resolver sus problemas por si mismos, pero existen otros medios socializadores, como la televisión, que apuntan a las recompensas inmediatas, evitando todo lo que pueda significar “esfuerzo” ¿Qué podemos hacer al respecto? ¿Qué actitud asumir?




Conseguir que los hijos sepan controlar su fuerza de voluntad y tengan la capacidad y la preparación para afrontar las dificultades y los retos de cada día, no es así tan fácil, aunque si los padres les educan en este sentido desde que ellos sean aún muy pequeños, no es tan difícil de conseguirlo. 

Los niños deben aprender a dominar sus impulsos, sus deseos y voluntades desde que son muy pequeños. De este modo, aprenderán no sólo a controlarse como también a esforzarse para conseguir lo que desean. Aprenderán que sólo con el esfuerzo se consigue y alcanza lo que se propone. Para lograr eso, es necesario hacer con que los niños conozcan sus fortalezas a través de una motivación positiva. Eso les promoverá una buena autoestima, madurez y responsabilidad, poco a poco. 

Cómo educar la voluntad de los niños
Exigir también cuesta. La capacidad de exigencia amable de los padres y profesores va a marcar, en buena medida, el desarrollo de la capacidad de trabajo y esfuerzo, y de las virtudes de los niños. Exigir que los niños controlen sus voluntades también cuesta esfuerzo. No se puede exigir que de la noche al día el niño aprenda a controlarse. Es necesario tiempo, paciencia, renuncias y sacrificios. Sin embargo, sin este esfuerzo, no se conseguirá nada con los niños. 

Los enemigos de la fuerza de voluntad de los niños
En la actual sociedad es muy normal en muchas familias que los padres pretendan evitar que sus hijos sufran o se esfuercen en demasía. Quieren, por supuesto, una vida mejor para sus hijos, con menos exigencias y más comodidad. Lo que ocurre es que acaban sobreprotegiendo a sus hijos. De este modo, no estarán enseñándoles a superar sus dificultades, a superar los problemas, ni a que se esfuercen por alcanzar lo que desean. 

Para que un hábito bueno se convierta en virtud es necesario que los niños entiendan qué hacen y por qué lo hacen, además de cómo lo hacen, si esforzándose o simplemente exigiendo a sus padres sin controlar su voluntad. Las virtudes y los valores son los que pueden ayudar al niño a controlar su voluntad y promover el esfuerzo. Aquí tenéis algunos consejos que pueden ser aplicados en el día a día de la familia: 

1- Que los niños acaben las tareas o deberes escolares antes de ir a jugar;

2- Motivar positivamente sus buenos comportamientos e intentar hablar con ellos (positivamente) de los malos;

3- Reconocer su interés y sus esfuerzos (aguantar la sed en un viaje, acabar los deberes, dejar la ropa preparada por la noche...);

4- Dar ejemplos (de no quejarse, ser decidido, de disciplina, de comprometimiento...)

5- No decir jamás frases negativas como "eres un desastre", "eres impaciente", etc.



Fuente consultada:
Actualidad Docente.





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