domingo, 30 de noviembre de 2008
Un programa de aprendizaje de la lectura
La importancia de la lectura en la formación de los estudiantes y en el desarrollo cultural, llevó al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte a iniciar un Plan de Fomento de la Lectura que en su primera fase, se extiende de 2001 a 2004. Este Plan supone una primera respuesta a la necesidad de abordar acciones institucionales de fomento de la lectura desde diversos campos con el fin de, por una parte, consolidar este hábito en el ámbito educativo y, por otra, difundirlo entre sectores más amplios de la sociedad.
El objetivo básico del Plan es potenciar los hábitos de lectura, especialmente entre la población infantil y juvenil. Sus elementos principales son la mejora de la Red de Bibliotecas públicas y escolares; el fortalecimiento de las campañas de comunicación, promoción y dinamización de la lectura; la colaboración con las actividades del sector del libro, fundaciones y otras instituciones en relación con la promoción de la lectura, y el carácter abierto a la incorporación de nuevas iniciativas y a la colaboración con otras instituciones públicas y privadas, y con los medios de comunicación.Entre las acciones contempladas en el Plan figuran varias que el Ministerio realiza en colaboración con otras administraciones e instituciones, como el programa de Bibliotecas Públicas del Estado, de titularidad estatal y gestión autonómica, y el programa de animación a la lectora que se desarrolla con la Federación Española de Municipios y Provincias.En cuanto al desarrollo del plan de fomento de la lectura hay que decir básicamente que se compone de cinco líneas de actuación:a) Instrumentos de análisisb) Bibliotecas Escolares y otros programas en el área educativa.c) Bibliotecas Públicas.d) Acciones de comunicación.e) Actividades de animación a la lectura.
Una vez vista la política que la Administración educativa sigue en relación con el fomento de la lectura, debemos centrarnos en cómo es un programa de aprendizaje lector. Actualmente se aplica la idea de que la enseñanza de la lectura debe ser más amplia que en el pasado para satisfacer las exigencias cada vez mayores del mundo desarrollado.
Un programa de lectura no se limita a desarrollar en los niños las técnicas básicas y destrezas interpretativas de unos signos escritos; no se limita a desarrollar la capacidad para agrupar palabras en unidades de pensamiento; no puede limitarse a desarrollar hábitos y métodos de estudio tales como lectura de mapas, interpretación de gráficas, cartas, etc.
Además de lo anterior, la instrucción lectora en nuestro Sistema Educativo se propone como grandes FINALIDADES DE LA LECTURA las siguientes:
1. Desarrollar la actitud que estimule al lector a buscar información y referencias, ampliar sus intereses y cultivar el gusto lector que permita al sujeto elegir sus libros con acierto;
2. Desarrollar la independencia del lector fomentando la confianza en sus propios recursos, capacitándole para iniciar por su cuenta actividades lectoras y facilitándole la tarea de adaptarse al tipo de lectura adecuado para diversos fines;
3. Desarrollar la capacidad crítica del lector;
4. Desarrollar la aptitud para establecer relaciones entre lo leído y los problemas que pretende resolver;
5. Desarrollar la capacidad de síntesis del individuo;
6. Desarrollar la capacidad para distinguir los hechos de las opiniones del autor, la propaganda y los prejuicios de la realidad;
7. Desarrollar la aptitud para sacar conclusiones de lo leído;
8. Desarrollar la capacidad de goce lector y;
9. Desarrollar la aptitud de compartir libros y material interesante a través de la lectura oral interpretativa y la discusión sobre el contenido.
De estas grandes finalidades ha de surgir un programa de aprendizaje de la lectura. Los padres deben tener en cuenta que EL CRECIMIENTO EN LECTURA ES UN PROCESO EVOLUTIVO Y CONTINUO en una doble dirección:
1. El alumno aumenta progresivamente su capacidad para leer materiales cada vez más complejos, lo que requiere la ampliación sucesiva de sus conocimientos y de su capacidad para organizarlos, en orden a una más perfecta asimilación de los nuevos conceptos que la lectura le ofrece.
2. el lector aumenta también progresivamente su capacidad para leer material cada vez más específico en contenido, lo que exige un incremento de vocabulario especial de cada materia, una mayor capacidad para adaptar las técnicas lectoras a las exigencias del texto y la comprensión de materiales cada vez más diferenciados.
En numerosas ocasiones los padres han consultado una programación sobre cómo se enseña a leer o los primeros pasos en la lectura de los niños. O bien han preguntado a los maestros cómo pueden ellos, en casa, ayudar o colaborar para favorecer el aprendizaje de la lectura en los niños. Es interesante saber cuáles son los objetivos que los docentes se plantean en cualquier programa lector.
Por eso, las grandes finalidades citadas anteriormente se materializan dentro del programa de aprendizaje de la lectura en unos OBJETIVOS que podemos enumerar de la siguiente manera:
HABITOS Y ACTITUDES LECTORAS: valoración de la lectura como un medio de comunicación; preocupación por los libros; curiosidad intelectual y consideración de la lectura como un medio de satisfacer esta curiosidad; autoexigencia de comprender lo leído; hábito de prestar atención a las palabras y a su significado, hábito de iniciar actividades lectoras; confianza en sí mismo y en los propios recursos.RECONOCMIENTO DE PALABRAS: adquisición de un extenso vocabulario visual; desarrollo de la capacidad para reconocer las distintas variables de las palabras conocidas; desarrollo de las aptitudes para reconocer palabras nuevas.EFICIENCIA EN LA UTILIZACIÓN DEL MATERIAL IMPRESO: desarrollo de aptitudes y destrezas para localizar el material de lectura; utilización eficiente de libros y material de referencia; desarrollo de técnicas para la ordenación del material leído; interpretación de mapas, gráficos, índices, tablas y otros medios auxiliares.
COMPRENSIÓN LECTORA: desarrollo de los aspectos básicos de la comprensión; desarrollo de los distintos tipos de comprensión.
ADAPTACIÓN A LAS EXIGENCIAS LECTORAS DE LAS DIVERSAS ASIGNATURAS: adaptación de la velocidad lectora a las exigencias del texto; selección de motivos adecuados al contenido de cada asignatura; eficacia para la lectura de textos de contenido discontinuo, como los libros de geografía; eficacia para la lectura de textos de contenidos acumulativo, como los libros de ciencias; eficacia para la lectura de texto cuyo contenido tiende a ejercer influencia sobre el sujeto, como los libros de conocimientos sociales.AMPLIACIÓN DE LOS INTERESES LECTORES Y CULTIVO DEL BUEN GUSTO: fomentar el interés por diversas facetas de la experiencia humana; despertar el deseo de compartir las experiencias, ideas y conocimientos de los autores; cultivar un gusto lector exigente.DESTREZA EN LA LECTURA INTERPRETATIVA ORAL: expresar una idea; participa de una experiencia; interpretar a un autor.Pero también debemos saber que todo programa de enseñanza de la lectura tiene que incluir cuatro tipos fundamentales de EXPERIENCIAS LECTORAS, a saber:
1. Programa básico: las destinadas a enseñar al niño cómo leer.
2. Actividades diseñadas para que el escolar aplique sus conocimientos lectores a las diferentes materias del programa.
3. Programa de lecturas dirigidas o literatura para niños: experiencias concebidas con finalidad recreativa y del perfeccionamiento personal.
4. Programa correctivo: experiencias destinadas a reeducar a los niños que presentan pequeñas dificultades de aprendizaje.
Estas experiencias nos ayudarán a conseguir los objetivos propuestos en el programa de aprendizaje lector. Los padres han de conocer los fundamentos en que se basa dicho programa para así poder colaborar de forma coordinada siguiendo las orientaciones de los docentes. Estas sugerencias de trabajo o de refuerzo que las maestras y maestros transmiten a las familias están basadas en las siguientes CARACTERÍSTICAS que todo programa de aprendizaje de la lectura posee:
1. El desarrollo lector se asemeja más a un proceso continuo que a un avance a través de etapas sucesivas y relativamente independientes entre sí.
2. El programa de lectura es ordenado, consecutivo y sistemático.
3. El proceso lector es significativo e intencional. El aprendizaje por “ensayo y error” u ocasional resulta ineficaz para la lectura.
4. El programa de lectura no se limita a señalar lo que el niño debe leer en cada materia de enseñanza, sino que determina también cómo leerlo.
5. El programa de lectura prevé la preparación discente para cada uno de los niveles instructivos.
6. Los libros de lectura deben ser interesantes, atractivos y adecuados al nivel de madurez del niño.
7. La dificultad de los materiales debe ser proporcional a la capacidad lectora del individuo. Ya sabemos que los libros de lectura infantiles nos orientan sobre la edad infantil más recomendada.
8. En la escuela y en casa debe haber una atmósfera amistosa, intelectualmente estimulante y favorecedora de la creatividad.
9. El programa está integrado por unidades ajustadas a los principios básicos de la enseñanza de la lectura.
10.El programa de lectura incluye unidades didácticas variadas. La diversidad es necesaria porque los objetivos lectores son variados.
11. La enseñanza de la lectura debe ajustarse al ritmo de desarrollo individual.
12. La lectura oral es más un objetivo que un método de enseñanza.
13. El aprendizaje debe realizarse en condiciones favorables. Se consiguen mejores resultados con aquel niño que sabe que utiliza la lectura como herramienta de aprendizaje que el que lee con ansiedad o miedo al fracaso.
14. Amplitud del programa lector. En el aprendizaje de la destreza lectora se incluyen los distintos tipos de experiencias que hemos comentado anteriormente.
Mientras tanto y para finalizar, una vez que conocemos un poco más el esfuerzo de la Administración educativa en el fomento de la lectura y la esencia de un programa de aprendizaje lector nos queda sugerir que se lea en casa y una de las formas más atractivas e interesantes es la LECTURA EN VOZ ALTA. La lectura en voz alta es una práctica esencial. Tanto el leer mientras otros escuchan como escuchar lo que otro lee, produce en el niño un extraordinario placer. Quizá el escuchar la lectura de un cuento sea el modo más adecuado de implicar e interesar al niño en la lectura y ayudarle a adquirir un rico y extenso vocabulario, antes incluso de que pueda leer por sí mismo.
Pero, sobre todo, cuando ya vaya adquiriendo cierta soltura, la práctica diaria de la lectura en voz alta contribuirá, en el incipiente lector, a mejorar además su escritura y su capacidad de expresión oral.
Otra ventaja de la lectura en voz alta es que, al ser una experiencia compartida, aumenta el interés de los niños por participar y les entrena en las destrezas de escuchar, prestar atención y hacer una síntesis mental de lo leído o escuchado. La lectura en voz alta debe convertirse en práctica habitual de todos los miembros de la familia.
Es muy importante que el niño sepa que su padre, su madre y cada uno de sus hermanos siempre tienen un libro en la mesita de noche y que cuando terminan uno empiezan otro, y otro... ¡Que vivan el espíritu y el ansia de leer desde los primeros años! El entorno cultural es determinante siempre para el futuro intelectual de cualquier persona; no lo olvidemos los padres.
Del programa español de lectura
Extraído de http://www.isftic.mepsyd.es/w3/recursos2/e_padres/html/lectura.htm
sábado, 29 de noviembre de 2008
¿Para aprender hay que esforzarse?
Por ESFUERZO entendemos la “acción enérgica del cuerpo o del espíritu para conseguir algo”. También “empleo de elementos costosos en la consecución de algún fin” (Diccionario Espasa Calpe, 2001).
Algunos autores afirman que existe aprendizaje sin esfuerzo. Parte de verdad tienen porque hay que recordar que buena parte de las competencias funcionales que el individuo adquiere (la comunicación, la capacidad de andar, etc) se aprenden con muy poco esfuerzo.
Si consideramos la segunda acepción de la definición de esfuerzo que hemos citado, el esfuerzo supone poner en juego “elementos costosos” ante una tarea, planificar los pasos que deberán realizarse, anticipar sus consecuencias, pensar en indicadores de progreso, supervisar la actividad mientras se realiza, revisar los resultados intermedios, introducir las correcciones necesarias, buscar alternativas de solución a un incidente no previsto, evaluar la adecuación del proceso seguido y la pertinencia del producto obtenido, aprender de los errores cometidos para próximas tareas, y esto sustentado sobre mecanismos de automotivación que la persona debe crear como alimentar el propio interés, controlar la ansiedad, reducir los sentimientos de miedo a fracasar, persistir en el empeño, o pedir apoyo y ayuda cuando sea necesario.
Según lo anterior, el esfuerzo es también una cuestión de grado como sucede con la motivación. No hay una sola manera de esforzarse, sino muchas. El simple hecho de escuchar un momento a un adulto supone para muchos niños un esfuerzo enorme aunque no se impliquen en absoluto en la explicación. Debemos tener en cuenta que el esfuerzo en sí mismo no garantiza el aprendizaje. Sin esfuerzo es difícil que haya aprendizaje, pero a menudo el simple esfuerzo conduce únicamente al hastío o a aprendizajes de ínfima calidad.
EL ESFUERZO SE APRENDE. Hay quien dice que todo aprendizaje implica un esfuerzo. Un factor determinante del éxito escolar en todas sus etapas es el desarrollo, cultivo y afianzamiento de la voluntad de aprender. Esta voluntad de aprender posee un doble sentido: por un lado, se trata de un querer saber (actitud de atención hacia el mundo, nosotros mismos, etc.).
Por otro, es también un querer poner los medios para saber: quiere decir, estar dispuesto a movilizar la mayor cantidad de recursos posible para conseguir el aprendizaje mediante el esfuerzo. Es preciso presentar el esfuerzo como un progreso sostenido a lo largo de un proceso de aprendizaje.
Es en el periodo de 3 a 5 años cuando se deben establecer las bases para que el individuo pueda ir interiorizando la necesidad de esforzarse como parte esencial de su responsabilidad en el proceso educativo.
Para el aprendizaje del esfuerzo contamos con una serie de principios que orientan la enseñanza de estrategias de autorregulación del esfuerzo. Estos principios son tres:
- Las estrategias se deben centrar en la comprensión de la necesidad de esforzarse en determinadas circunstancias y de ajustar ese esfuerzo al objetivo y condiciones de la tarea en cuestión.
- Las estrategias han de permitir al niño tomar conciencia del conjunto de decisiones y operaciones mentales que pueden facilitar el mantenimiento y regulación de su esfuerzo.
- Las estrategias han de focalizar el trabajo en la gestión de los factores emocionales que acostumbran a acompañar a aquellas actividades que exigen un cierto nivel de esfuerzo como pueden ser la ansiedad, el desánimo, la impotencia, la incertidumbre, etc.
Teniendo en cuenta estos principios, desde el primer momento, el adulto debe poner en juego una serie de estrategias que se resumen en favorecer el interés y anclar en esa actitud las exigencias de un rendimiento cada vez mayor.
Los padres deben saber que en el Sistema Educativo se busca alcanzar la finalidad de la personalización del esfuerzo a través de los siguientes objetivos que también se han de buscar en el ámbito familiar:
1. Suscitar el interés de los chicos, diseñando una variedad de actividades motivadoras que promuevan o faciliten el esfuerzo y logren captar el interés del niño.
2. Ayudar a organizar la información y ofrecer las herramientas necesarias que posibiliten la adquisición de los conocimientos y refuercen la confianza en las propias capacidades.
3. Diseñar estrategias para superar las dificultades, disfrutar los logros y compartir unas y otras experiencias con los demás.
4. Mantener la continuidad en la exigencia.
Pero no en todos los ámbitos familiares se fomenta de igual manera el esfuerzo. Así nos encontramos distintas formas de actuar o PATRONES DE CONDUCTA FAMILIAR a la hora de inculcar en los niños este valor:
1. No querer traumatizar a los niños obligándoles a esforzarse. Creen que “bastante se han esforzado y se esfuerzan ya ellos".
2. Incoherencia al obligar a sus hijos a esforzarse en determinados ámbitos, generalmente el académico, y no mostrar la misma firmeza ante otras cuestiones como pueden ser asumir responsabilidades en cuanto a hábitos de autocuidado, compartir tareas de la casa, prescindir de algo en beneficio de los demás..., convirtiéndose en “asistentes” de sus hijos y colaboran con la ingenua creencia de que si les liberan de estas tareas van a tener más energías y tiempo para estudiar.
3. Transmitirles un doble mensaje contradictorio: uno de modo explícito que consiste en insistir en el valor del esfuerzo para alcanzar y mantener metas de tipo material o de estatus social y otro implícito por la realidad percibida por el niño de unos padres insatisfechos por una vida extremadamente competitiva, falta de tiempo, estrés, etc. que hace preguntarse a los hijos si merece la pena esforzarse para alcanzar ese resultado.
4. Creer que es mejor no intervenir directamente en la educación de sus hijos “que la vida ya les enseñará lo que deben hacer y lo que cuesta ganarse las cosas” o bien “que la naturaleza ya se encargará de hacer su trabajo e irlos madurando”.
5. Pensar que la motivación implica entretenimiento y que básicamente ha de venir la escuela. “Mi hijo no aprende porque la escuela, los profesores o el método empleado no son atractivos para él”.
6. Obstinarse en que sus hijos se esfuercen por alcanzar metas adecuadas desde el punto de vista paterno, sin tener en cuenta las capacidades, motivaciones o intereses del niño.7. Fijar la atención solamente en los comportamientos inadecuados y en las equivocaciones, potenciando, así, la inseguridad y la apatía.
8. Fomentar diferencias entre los roles de género, reforzando la elección de caminos distintos en función del sexo.
El problema con el que nos encontramos los adultos es que debemos enseñar a los niños a esforzarse, a comprender el valor y el sentido del esfuerzo, a esforzarse en la dirección adecuada. Para enseñar a esforzarse es imprescindible transmitir los BENEFICIOS DEL ESFUERZO. En primer lugar los conocimientos que producen una satisfacción íntima, ayudan a comprenderse a sí mismo y al mundo en el que nos ha tocado vivir.
Nos ayudan a encontrar respuesta a las muchas preguntas que nos surgen; conocer las propias limitaciones y tener el valor suficiente para seguir arrancándole a la vida los innumerables secretos que encierra. En segundo lugar, los productos del conocimiento ya que gracias a ellos, el hombre ha evolucionado y ha conseguido mejorar su calidad de vida. Por último, el desarrollo de la propia personalidad. Con el esfuerzo, el hombre consigue el máximo de sí mismo.
Extraído de http://www.isftic.mepsyd.es/w3/recursos2/e_padres/html/aprendi_esfuerzo.htm
Cómo aprenden los niños
Empecemos por precisar algo sobre el concepto de conducta. A un niño no se le puede enseñar a ser bueno ni a ser obediente... Se le adiestra en conductas que le hacen parecer bueno, obediente... Las conductas son acciones concretas -adecuadas o inadecuadas- en circunstancias determinadas. Enseñamos a los niños a realizar conductas adecuadas en momentos determinados o a modificar conductas inadecuadas o que se producen en circunstancias inadecuadas.
La psicología del aprendizaje describe tres modelos principales de incorporación de conductas en la persona:
Condicionamiento clásico.
Condicionamiento operante o instrumental.
Aprendizaje observacional o vicario.
Condicionamiento clásico.
El condicionamiento clásico surge de los estudios de I. P. Pavlov sobre los estímulos condicionados en animales, que naturalmente tuvo reflejo importante en las teorías sobre el aprendizaje de conductas en las personas.
Las personas utilizamos esta forma de aprendizaje a través de la asociación de estímulos significativos para la supervivencia con otros no significativos biológicamente (apartarnos con urgencia ante el sonido de la sirena de una ambulancia), pero también sabemos que una sonrisa de nuestro interlocutor puede significar aprobación y que la ausencia de contacto visual con él supone, entre otras cosas, que no le interesa lo que le estamos diciendo y, por tanto, nos callamos.
En los niños este proceso de aprendizaje se da de manera más significativa. Rápidamente asocian estímulos condicionados con estímulos incondicionados. El niño que se muerde las uñas y se las untan con un líquido de sabor desagradable acabará asociando morder las uñas con la sensación de un sabor desagradable, de tal forma que acabará no mordiéndoselas aunque sus uñas no estén untadas.
Se puede utilizar esta forma de aprendizaje para descondicionar conductas. Si un niño tiene miedo al agua y se resiste a bañarse, la mejor manera de quitárselo sería exponerle al agua, de forma no traumática (sin aguadillas o empujones), y estar con él hasta que se tranquilice. Evidentemente este procedimiento sólo sirve en casos de miedo, no en el de fobias para las que es recomendable tratar con un profesional.
Condicionamiento operante o instrumental.
En el condicionamiento clásico lo que realiza el animal es una asociación entre dos estímulos que provoca una respuesta. El psicólogo norteamericano B. F. Skinner descubrió que a partir de la respuesta que da el animal se obtiene un reforzador que permite que se repita esa respuesta. (La paloma aprende a apretar una palanca para conseguir comida)
Si queremos que un niño repita una conducta tendremos que reforzársela, darle un estímulo, y si lo que buscamos es que deje de realizarla deberemos evitar cualquier refuerzo. Los estímulos reforzadores no tienen que ser siempre materiales. En los niños, son más reforzadores una sonrisa o una felicitación de los padres que una golosina.
El castigo está incluido en este procedimiento de aprendizaje: el niño que da una respuesta no aceptable obtiene un estímulo desagradable. Dentro del modelo se comprueba que reforzar positivamente las conductas es más efectivo que el castigo, ya que este, aunque no carezca de cierta eficacia, produce agresividad en el individuo y, cuando se abusa de él, indefensión.
El modelo también explica cómo enseñar conductas complejas, mediante un proceso de aproximaciones sucesivas. Si queremos que el niño aprenda un conducta compleja, descompongamos ésta en partes, ordenadas por el grado de dificultad, y vayamos reforzando su realización sucesiva. Un ejemplo: si queremos que nuestro hijo de seis años colabore en casa poniendo la mesa, al principio le pediremos que coloque el mantel y le felicitaremos por realizarlo. Después de varios días, cuando haya aprendido a poner el mantel, le pediremos que coloque el mantel y que lleve los platos y le felicitaremos por realizarlo. Así sucesivamente hasta conseguir el objetivo.
Aprendizaje observacional o vicario.
A diferencia de los dos paradigmas anteriormente citados en los que el sujeto pone en marcha sus habilidades frente a las situaciones, los psicólogos A. Bandura y R. H. Walters plantean el aprendizaje como un proceso que trasciende las características individuales: el sujeto no podría aprender conductas nuevas sin poseer un elenco de conductas previas, es decir, aprende observando cómo actúan otras personas.
Los niños, más que nadie, son propensos a imitar las conductas que ven en personas significativas. Por tanto nos encontramos con una herramienta potente en el proceso de enseñanza de conductas pero también con una fuente de aprendizaje de conductas poco adecuadas. Un niño no necesita a nadie que le enseñe a ser violento si descubre que hay héroes de la televisión o del deporte que realizan conductas violentas y son aplaudidas por ellas.
Podemos utilizar sus personajes favoritos para señalarles aquellas conductas que nos parezcan apropiadas, o comportarnos delante de ellos como queremos que se comporten.
Algunas ideas más
El refuerzo, la ausencia del refuerzo o el castigo han de ser contingentes a la conducta desarrollada. No se puede castigar o premiar una conducta semanas después de que ha sucedido porque el niño no asociara conducta y refuerzo.
Si se refuerza o se sanciona una conducta, se ha de ser consistente. No se puede reír una conducta que horas después será amonestada. De este modo se refuerza y castiga la misma conducta lo que produce desorientación en el niño.
El refuerzo o castigo han de ser proporcionales. No se puede premiar el que un niño ponga la mesa con una videoconsola, ni castigar el que rompa accidentalmente un vaso con la retirada de la paga de dos meses.
Se ha de ser coherente con las conductas que se exijan, y con los premios o castigos que se prometan. Los padres han de cumplir aquello que piden a sus hijos.
Extraído de http://www.isftic.mepsyd.es/w3/recursos2/e_padres/html/com_apren.htm
viernes, 28 de noviembre de 2008
Cómo ayudar a nuestros hijos en los estudios
Incidiendo desde todos los planos posibles para conseguir el objetivo, es decir, desde los valores a fomentar, ser laboriosos, ser constante en las tareas, valorar el esfuerzo, etc.
Si los padres tiene, por ejemplo, curiosidad intelectual, afán de saber y afición por la lectura, serán un ejemplo estimulante para el estudio de sus hijos.
Intercambiar información sobre la forma de ser: conducta del hijo estudiante: que capacidades mentales tiene más y menos desarrolladas y cómo las usa.
Esta información del centro educativo se obtiene sobre todo a través de entrevistas periódicas entre padres y profesores.
Saber organizarse el tiempo.
Es muy probable que en el centro educativo haya un plan de acción tutorial en el que figurarán la impartición a los alumnos de las técnicas de estudio, pero a veces no se practica lo suficiente, y los padres tienen que suplir en ello.
Los contenidos que se vean en las clases particulares han de estar supeditados y ser complementarios a los que se desarrollan en el centro educativo por el profesor de esa materia.
Extraído de http://www.isftic.mepsyd.es/w3/recursos2/e_padres/html/
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Los hábitos de estudio también se adquieren en casa
El éxito escolar, que contribuye de manera importante al desarrollo de una buena automestima en los niños, es el resultado de una óptima interacción entre el niño, los profesores y la familia. Esta última tiene una importante tarea en la adquisición de hábitos de estudio, en el interés por el aprendizaje y la facilitación de un ambiente adecuado para la realización del trabajo escolar.Para muchos padres, se hace cada vez más difícil encontrar el tiempo suficiente para sentarse a estudiar o ayudar a sus hijos a hacer sus tareas. Sin embargo, más importante que acompañarlos físicamente, lo fundamental es enseñar a los niños a adquirir hábitos de estudio y una organización eficiente de sus tareas.En los primeros años de la enseñanza básica, es importante que el padre o la madre se mantengan cerca cuando hace sus tareas o estudia y organicen juntos un horario que considere un breve descanso después de llegar del colegio, la realización de las tareas o estudio, y tiempo libre para realizar alguna actividad de su elección.A medida que avanzan en la enseñanza básica, los niños y niñas van adquiriendo, paulatinamente, mayor autonomía en su trabajo; pero siempre será de suma importancia ayudar a los niños a construir buenos hábitos, que les permitirán a desarrollar un sistema de trabajo individual, adecuado a sus estilos de aprendizaje.Las tareas escolaresLas tareas escolares ayudan a los niños a repasar, practicar e integrar efectivamente las lecciones vistas y aprendidas en la clase, a prepararse para la clase del día siguiente, a aprender a aprovechar los recursos que tienen a su disposición, a desarrollar las destrezas necesarias para investigar, tales como localizar, organizar y condensar la información, y finalmente a investigar las materias más a fondo que lo que el tiempo les permite durante la clase.Pero los beneficios de las tareas se extienden más allá de la escuela. Ellas permiten inculcar en los niños hábitos y actitudes importantes: la capacidad de trabajar por su cuenta (autonomía e independencia), un sentido de responsabilidad por el aprendizaje, autodisciplina y manejo del tiempo (recordemos que para muchos niños las tareas representan la primera oportunidad en su vida de programar el tiempo y trabajar bajo la presión del reloj), el desarrollo de la iniciativa y el gusto por los estudios.
Extractado de http://www.educarchile.cl/
Es posible ver más y hacer comentarios
sábado, 22 de noviembre de 2008
ALGUNAS HERRAMIENTAS QUE NOS AYUDARÁN EN EL ESTUDIO
Los diccionarios son libros que recogen y explican de forma ordenada las palabras de una lengua, de un tema particular, o de una materia determinada.
Es importante que oriente a sus hijos o hijas sobre como utilizar el diccionario cada vez que no se entienda el significado de una palabra:
Las palabras siguen un orden alfabético
Una palabra puede tener varios significados
SUBRAYAR
El subrayado sirve para resaltar una palabra, una frase o una idea dentro del texto. Para buscar estas ideas principales hay que hacer notar a nuestros hijos que la idea principal se suele repetir varias veces en el texto. y si la suprimimos del texto, este deja de tener sentido.
Solo se debe subrayar las palabras mas destacadas o aquellos fragmentos del texto que tengan sentido por si solos. También se pueden utilizar varios tipos de subrayado.
EL RESUMEN
Esta técnica consiste en entender el texto leído, tomando las ideas principales y plasmarlas en un texto mas resumido que debe de ser breve, con palabras propias, debe de ser un texto seguido y no un esquema, debe ser claro, exacto y estar bien escrito.
TOMAR APUNTES
Consiste en anotar las principales ideas que expone el profesor o profesora, unos buenos apuntes facilitan mucho el estudio.
Los apuntes ayudan a:
Atender y concentrarse
Seleccionar las ideas principales
Facilita la tarea de recordar
Ayuda a repasar y preparar los exámenes
Algunas normas para confeccionar unos buenos apuntes:
Anotar las ideas importantes
Anotar con nuestro propio vocabulario
Solo hay que apuntar literalmente las definiciones, los datos.
Escribir claro y esquemático
La letra debe ser legible
Escribir limpio y con grandes márgenes
Un consejo La mejor manera de aprender a tomar apuntes es tomarlos muchas veces, la práctica ayuda a mejorar.
ESQUEMAS
Un esquema es una recopilación de las principales ideas de un tema con representaciones gráficas y relaciones entre las ideas expuestas.
Los esquemas ayudan a destacar las ideas principales y las relaciones entre estas ideas. Para que los esquemas sean efectivos se deben escribir frases muy cortas o con alguna idea clave, se deben utilizar diferentes tipos, tamaños o colores de letras y debemos representar las relaciones entre las diferentes ideas, pueden ser:
Esquema de flechas o llaves
Esquema numérico
Organigrama
UN COMPAÑERO INSEPARABLE DEL ESTUDIANTE: LA AGENDA.
La agenda es indispensable si queremos organizar nuestro estudio y sacar partido a nuestro estudio.
La agenda nos ayudará a:
Recordar las tareas escolares
Distribuir las tareas en tiempos
Ayuda a distinguir lo importante de lo urgente
Nos ayuda a realizar el avance en cada tarea
Nos ayuda a organizar y priorizar tareas
Anotar las tareas en su página correspondiente
Un consejo Nunca olvides anotar los deberes en la agenda y utiliza siempre las mismas abreviaturas o señales.
LOS EXAMENES
El examen sigue siendo una pieza clave en la evaluación del alumno por el profesorado. Aunque las épocas de exámenes suponen un quebradero de cabeza para hijos y padres, aquí os mostramos algunas recomendaciones que pueden ayudar a superar mejor estas pruebas.
Hay que concienciar al alumno de que un examen no se prepara la tarde anterior al mismo, sino que se hace de forma continua a lo largo del curso. Si llegamos a esta convicción y planificamos el estudio unos días antes, lograremos reducir los nervios y la tensión anterior a la prueba. Además, la confianza en los conocimientos propios se adquiere poco a poco a lo largo de la evaluación y se mejoran con repasos frecuentes a lo largo del tiempo.
Una vez estés en el examen, intenta seguir estas recomendaciones:
Trata de pensar en otra cosa antes de entrar en el aula.
No empieces a escribir inmediatamente a que te lo den lee con atención el examen antes de comenzar a escribir.
Comienza por la pregunta o preguntas que te parezcan más fáciles.
Deja algún tiempo al final para releer los ejercicios y corregir si fuese necesario.
Vigila la presentación y la redacción, quizás no den puntos pero….. ¡si los quitan!
Un consejo ¡Cuida las faltas de ortografía, aunque el examen sea de matemáticas!
Extractado de http://www.tresw.net/aulamadrid/alumno/frames.asp donde pueden encontrarse más temas
FOMENTAR LA LECTURA
Se puede leer de diferentes maneras:
Lectura de estudio, tiene que ser reflexiva y debe haber concentración.
Lectura por diversión, como es para nuestro disfrute el ritmo lo fijaremos nosotros así como la atención.
Lectura de información general o selectiva . Así se lee el periódico o una guía, puede ser muy rápida y con atención puntual sobre lo que nos interese.
Lectura de análisis, tiene que ser reflexiva y lenta, sirve para captar ideas.
Un consejo La mejor manera de mejorar la comprensión lectora es... leyendo mucho. Comprender la lectura es "meterse" en ella.
Para estudiar un texto podemos seguir los siguientes pasos:
Leer atentamente los títulos, las palabras en negrita, los subrayados, etc.
Fijarnos en la información de los párrafos iniciales o de resumen.
Buscar la idea directriz del texto o las ideas principales, para ello se recomienda:
Formularse preguntas acerca de lo que se está leyendo
Consultar el diccionario.
Leer frases enteras, no palabra a palabra.
Leer en silencio, no en voz alta, ni girando la cabeza.
Leer de forma seguida y con entonación.
Tratar de no silabear.
Anotar, si hiciera falta, las ideas principales.
Al finalizar el texto, hacer un resumen mental de lo leído.
Sacar conclusiones.
Extractado de http://www.tresw.net/aulamadrid/alumno/frames.asp donde pueden encontrarse más temas
LA MEMORIA
La memorización requiere buena atención para captar la información y almacenarla en la memoria y práctica para recuperar la información que tenemos archivada.
Atendiendo a diferentes criterios podemos hacer varios tipos de clasificaciones de la memoria:
a) Por el tiempo que almacenamos la información:
Memoria a corto plazo, se recuerdan muchas cosas pero durante un tiempo breve.
Memoria a largo plazo, permite recordar cosas durante muchos años.
Recuerdalo importante es convertir los recuerdos importantes que tenemos a corto plazo, en recuerdos a largo plazo.
Hay tres formas de conseguirlo:
Por repetición
a) Automáticamente, si es un recuerdo que nos interesa
Organizando la información a la hora de almacenarla
b) Atendiendo a lo entendido:
Memoria Mecánica, se basa en repetir, no hace falta entender y se olvida rápidamente.
Memoria con sentido, se guarda en la memoria junto a conceptos relacionados.
Un consejo Para no olvidar conceptos es necesario repasar.
c) Memoria verbal o memoria visual:
Atendiendo a que se recuerden mejor dibujos o imágenes.
En el primer caso es recomendable hacer resúmenes y leer las lecciones en voz alta para escucharnos.
En el segundo caso será recomendable hacer esquemas, dibujos, subrayar, utilizar lápices de colores, etc.
ENTRENEMOS LA MEMORIA
Como con cualquier otra actividad podemos mejorar la memoria si la entrenamos. Existen diferentes técnicas que permiten mejorar nuestra memoria , dependiendo del tipo que sea esta. Es decir no sirve la misma técnica para memorizar diez nombres, diez animales o diez colores en un orden determinado.
Podemos entrenar la memoria haciendo:
Repetir varias veces lo que deseamos memorizar, en voz alta o escribiendo.
Agrupar palabras que debemos memorizar, buscando un elemento que las relacione, (palabras que empiecen por la misma letra o letras, palabras de animales o plantas, etc).
Realizar esquemas
Rimar o cantar una melodía con las palabras a estudiar
Asociar a cada palabra o frase un número
Crear siglas o palabras con iniciales (Santander Fútbol Club = Sacar Factor Común).
Memorizar poesías, no tienen porque ser largas.
Extractado de http://www.tresw.net/aulamadrid/alumno/frames.asp donde pueden encontrarse más temas
miércoles, 19 de noviembre de 2008
MÉTODO DE ESTUDIO
En la programación diaria es necesario tener en cuenta la lista de tareas a realizar, indicando en cada una su:
Urgencia
Dificultad
Un consejo Alterna tareas distintas para que el trabajo resulte menos pesado y no dejes para el final las más difíciles ya que estarás más cansado.
En cuanto a como estudiar, no es una tarea fácil. Cada persona debe investigar y llegar a encontrar el método mas adecuado para ella. No existe un método general aplicable a todas las personas.
Disponer De un método de estudio ayudará a que el tiempo dedicado a este se aproveche mejor, para ello debemos tener en cuenta las condiciones físicas, ambientales, emocionales, e intelectuales. La madre y el padre pueden facilitar las condiciones físicas y ambientales y ayudar a mejorar las condiciones emocionales e intelectuales.
Extractado de http://www.tresw.net/aulamadrid/alumno/frames.asp donde pueden encontrarse más temas
LA CONCENTRACIÓN, IMPRESCINDIBLE PARA ESTUDIAR
Estar concentrado en el estudio significa percibir solo la información acerca de lo que s está estudiando y estar, por lo tanto, pensando solo en aquello que se está estudiando.
Algunas orientaciones que pueden ayudar:
Eliminar lo que distraiga (televisión, videojuegos, etc)
Planificar tiempos de estudio y tiempos de descanso
Cada persona tiene que aprender a encontrar aquellas estrategias que le ayuden a concentrarse mejor
La concentración es acumulativa, cuantas más veces consigamos concentrarnos, más fácil será la próxima vez
La atención también puede ejercitarse
Algunos ejercicios y recomendaciones para mejorar la atención.
Como ya hemos dicho, la capacidad de atención en una actividad y la concentración en la misma se aprende poco apoco en base a la práctica, si tu hijo o hija tiene problemas de atención, puedes buscar algunos pasatiempos y ejercicios a realizar, como son:
Busca las diferencias entre dos dibujos aparentemente iguales.
Ejercicios de completar series numéricas o geométricas.
Subrayar en una página de periódico una determinada palabra. Se anota el tiempo y se repasa después buscando los fallos.
Repetir el ejercicio con otras palabras o con letras o juegos de letras (por ejemplo a, d, n, pre,…).
Elegir un tema, objeto, actividad y pedir al niño que durante cinco o diez minutos piense y/o escriba solo sobre ese tema. Después comentar con él.
Proponle rompecabezas, primero mas sencillos y después los vas complicando.
Recuerda, las actividades deben de ser cortas inicialmente y se pueden ir alargando en el tiempo a medida que el niño las va practicando con éxito.
Cómo ayudar a estudiar
Las técnicas de estudio pueden ayudar a los hijos/as a aprovechar mejor el tiempo que dedican al estudio. Estas técnicas deben servir a la finalidad de estudiar mejor (aprovechar el tiempo y adquirir conocimientos).
La motivación es un factor muy importante para mejorar la calidad del estudio.
Para que una sesión de estudio sea satisfactoria, es necesario tener un método de estudio, es decir haber planificado el tiempo y el contenido de lo estudiado y seguir un patrón de conducta; desarrollo de las condiciones físicas y mentales, es decir estar en buen estado físico e intelectual y disponer de un ambiente de estudio adecuado.
Para planificar hay que tener en cuenta las siguientes condiciones:
1.-Las condiciones físicas
Aunque te parezcan obviedades, recuerda quepara poder rendir en el estudio hay que dormir el tiempo necesario y llevar una alimentación correcta.
2.-Las condiciones ambientales
El ambiente mejora o dificulta el estudio. Es muy importante “crear ambiente de estudio”, para ello se necesita un sitio fijo que disponga:
Buena iluminación, si es natural mejor
Qué esté bien ventilado
No debe ser muy caluroso
Se debe de tener todo el material a mano, para no distraernos con paseos inútiles.
Sentarse de forma adecuada, con la espalda recta y cambiando de posición.
Los periodos de estudio se deben alternar con pequeños descansos.
Un consejo En los periodos de descanso conviene hacer alguna actividad diferente del estudio. Pero ¡cuidado!, no alargues demasiado las pausas
3.-Las condiciones emocionales
La motivación es imprescindible para estudiar, para mejorar la motivación se recomienda:
Relacionar lo estudiado con las acciones que desarrollamos en el día a día, en la vida cotidiana.
Marcarse objetivos o metas que supongan un esfuerzo para la persona. Estas metas deben ser realistas y que se puedan cumplir.
4.- Las condiciones intelectuales
Según las capacidades y forma de ser de cada niño se deben de fijar metas más o menos elevadas.
Recuerda Las capacidades pueden desarrollarse y entrenarse.
Extractado de http://www.tresw.net/aulamadrid/ donde pueden encontrarse más temas
domingo, 16 de noviembre de 2008
La necesidad de poner normas
Con estas palabras, que sorprenden a muchos padres, se expresaba un chico de unos catorce años; en ellas podemos entrever que los hijos necesitan pautas y normas para sentirse seguros.
Muchos de los descubrimientos psicopedagógicos de los últimos años parecen que no terminan de imponerse en nuestras teorías educativas. Hemos incorporado una necesaria y adecuada tolerancia frente a las restricciones excesivas y asfixiantes en las que se educaba antes; pero hay otros prejuicios, esta vez de sentido contrario, es decir, de laxitud e indulgencia, cercanos a la dejadez, que por miedo, ideas equivocadas y mala comprensión del desarrollo psicológico de los niños, nos paralizan a la hora de ejercer la función de padres.¿Ha fallado la educación que conocemos? Se trataba de que los hijos no sufrieran los traumas que conlleva un exceso de represión. Se hace hincapié en la necesidad de mostrarse afectuoso, comunicativo e indulgente con las necesidades del niño y muy tolerante con su comportamiento.
Este planteamiento es muy favorable para facilitar el desarrollo sin ansiedades pero, en exceso, implica jóvenes sin motivación, con dificultad para decidir su futuro. Tanto emocional como económicamente se mantienen en un estado de dependencia. El fallo puede estar en que no aprendan a enfrentarse con la realidad, con las inevitables frustraciones de la vida. Parece que “a fuerza de” no negarles nada, no llegan a desarrollar “la fuerza para” conseguir las cosas por sí mismos. Esa fuerza es necesaria para conseguir el éxito en cualquier campo y no sólo en el aspecto escolar.
Los padres, actualmente, nos sentimos confusos y desorientados al tener que decidir entre seguir la propia intuición, los modelos en que fuimos educados y los ejemplos que se ven en otros padres y en los medios de comunicación. El resultado es un comportamiento contradictorio. Es difícil exigir a los hijos que cumplan la parte del trato implícito que supone la convivencia: “yo doy, tú das”. Hay muchos motivos, veamos algunos: Nos asusta defraudarlos No sabemos o no queremos decir “no” No queremos frustrarlos,... ”ya sufrirán cuando sean mayores” Nos preocupa ser considerados autoritarios No queremos que sufran lo que nosotros sufrimos Compensamos la falta de tiempo y dedicación con una actitud indulgente (y culpable) Tenemos miedo al conflicto y a sus malas caras Nos parece que actuamos con egoísmo si imponemos normas que nos faciliten la vida
Algunas ideas sobre el desarrollo: de la dependencia a la individuación
Dicho muy brevemente, el estudio de lo que se llama ‘relaciones de objeto’ ha puesto de manifiesto la importancia que en la primera infancia tiene una relación estrecha y consistente con la madre (o con la persona que habitualmente haga dicha función).
En esa época, cualquier separación, aunque sea breve, el niño la vive con ansiedad. Pero también se ha descubierto, en el campo de la ‘psicología del yo’, que tras esa primera etapa, el niño necesita separarse de su madre, para diferenciar sus propios deseos y necesidades de los de ella, para ir tomando conciencia de sí mismo y de su individualidad.
La madre debe dejarlo no sólo separase tanto como sea posible, según su edad, sino que debería presentarse a sí misma como sujeto de necesidades “egoístas”, con una vida propia, e ir alejándose de esa imagen que tiene el niño de su madre como una extensión de él que sólo existe para satisfacer sus necesidades. Lo que se ha llamado un ambiente familiar suficientemente bueno, es aquel que reacciona con cariño a la vez que permite que el niño experimente, de modo gradual y acorde con su maduración, una cantidad creciente de frustración.
Es necesario proteger al niño pero también dejar que se exponga gradualmente a experiencias en las que no logre todo lo que desea. La capacidad del niño para enfrentarse a la realidad depende de esto. Este proceso de tolerancia a la frustración, que se desarrolla paulatinamente, permite que el niño aprenda a manejar su ansiedad y su agresividad.
Cuando esto no se realiza bien, el niño puede volverse apático y pasivo o, por el contrario, irascible.Algunas ideas que pueden servir de guía La educación perfecta no existe, sobre todo si la consideramos como un conjunto de normas utilizadas como una receta; no hay un niño igual a otro ni siquiera en la misma familia, así que más que fórmulas estándar, podemos disponer de guías para orientarnos en situaciones diversas. Es importante ser espontáneos, la intuición es necesaria porque son los propios padres quienes conocen mejor a sus hijos y el modo de ayudarles.
Nuestra empatía, capacidad para ponernos en su lugar, nos permite entender los motivos que ellos tienen para actuar y reaccionar en una determinada situación y, desde ahí, podemos enseñarles modos de afrontarla. Y también les enseñamos eso tan importante para su vida que es saber ponerse en el lugar del otro.
La coherencia es también muy importante porque uno tiene que creer aquello que quiere enseñar. La contradicción entre lo que se dice y lo que se hace invalida la norma que o bien no se cumple o lleva a la mentira.
Por eso es tan importante que los padres actúen con seguridad y sin contradicciones. Es sobre todo con un estilo de comportamiento con lo que los hijos se identifican y al que imitan. La norma concreta puede ser más o menos discutida si se le transmite una forma de ser responsable y honesta. No se trata de adiestrarlo, convertirlo en algo que deseamos, tendremos más éxito si le ayudamos a descubrir sus capacidades, personalidad..., y él también.
Los castigos, en general, tienen pocos resultados, sobre todo las humillaciones. Un niño criado en un ambiente de discusiones, gritos, peleas, puede que reproduzca lo que ha vivido. Los castigos en forma de malos tratos físicos o verbales, convierten al niño en una persona agresiva o, en el otro extremo también insano, en alguien temeroso con serias dificultades para convivir.
A modo de resumen
Los padres debemos poner las normas que consideramos justas, exigir que se cumplan, actuar con seguridad y firmeza, desde el conocimiento de nuestros hijos y el cariño que les tenemos, sabiendo que nosotros somos el modelo a imitar y que nuestra valoración y respeto, son una meta y una guía para ellos.
Para la O.N.U., en su Declaración de los Derechos del Niño, éste deja de ser considerado objeto de acciones para ser sujeto de derechos y obligaciones. Dejémonos de miedos y complejos: en un ambiente favorable de afecto y comunicación, ejerzamos de padres y exijamos que nuestros hijos cumplan también su parte.
Extraído de:
http://www.isftic.mepsyd.es/w3/recursos2/
La importancia de cuidar la autoestima
Es el concepto que tenemos de nuestra valía y se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros mismos hemos ido recogiendo durante nuestra vida.
La autoestima significa saber que eres valioso y digno de ser amado. Valioso porque el niño es capaz de resolver algunas situaciones con éxito y por lo tanto puede estar a la altura de los demás, y digno de ser amado porque se trata de una persona y por lo tanto tiene derecho a ser amada de manera incondicional, es decir, sabe que está rodeada de personas a las que realmente les importa.
El autoconcepto y la autoestima juegan un importante papel en la vida de las personas. Tener un autoconcepto y una autoestima positivos es de la mayor importancia para la vida personal, profesional y social. El autoconcepto favorece el sentido de la propia identidad, constituye un marco de referencia desde el que interpretar la realidad externa y las propias experiencias, influye en el rendimiento, condiciona las expectativas y la motivación y contribuye a la salud y equilibrio psíquicos.
Gloria Marsellach Umbert, en su artículo "La autoestima", marca las pautas para que la persona sea el mejor amigo de sí mismo. Para ello debe concederse:
Aceptación: hay que identificar y aceptar nuestras cualidades y defectos.
Ayuda: debemos planear objetivos realistas.
Tiempo: hay que sacar tiempo regularmente para estar solos con nuestros pensamientos y sentimientos. Debemos aprender a disfrutar de nuestra propia compañía.
Credibilidad: prestemos atención a nuestros pensamientos y sentimientos. Hagamos aquello que nos hace sentir felices y satisfechos.
Ánimos: tomemos una actitud de "puedo hacerlo".
Respeto: no tratemos de ser alguien más. Hay que estar orgullosos de ser quien somos.
Aprecio: hay que premiarse por los logros, los pequeños y los grandes. Recordemos que las experiencias son únicamente nuestras. ¡Disfrutémoslas!
Amor: aprendamos a querer a la persona tan única que somos. Aceptemos nuestros éxitos y fallos.
También hay que tener en cuenta que el conocimiento y la autoestima están relacionados porque la satisfacción que consigue el niño aumenta cuando:
Ha aplicado en la práctica, y con éxito, el conocimiento que tiene de sí mismo; por ejemplo, un niño que se ve como un buen deportista y marca el gol de la victoria para su equipo.Cumple con las exigencias que él mismo se ha marcado; por ejemplo, un niño que valora los resultados académicos y saca la nota más alta en un examen de matemáticas.Otros confirman la idea que de sí mismo tienen; por ejemplo, un niño que cree que dibuja bien y al que le alaban un dibujo.
Características de la autoestima
Un niño posee una correcta autoestima cuando...
APTITUDES POSITIVAS MANIFESTACIONES
Está orgulloso de sus actos "me encanta que todos estemos juntos"
Actúa con independencia "yo me hago el desayuno"
Asume responsabilidades con facilidad "hoy quiero regar las plantas"
Sabe aceptar las frustraciones "es difícil montar el puzzle pero seguro que lo consigo"
Afronta nuevos retos con entusiasmo "¡bien!, el maestro dice que mañana empezaremos con las divisiones de dos cifras"
Se siente capaz de influir sobre otros "déjame que te enseñe"
Muestra amplitud de emociones y sentimientos"me encanta que todos estemos juntos"
Pero para reconocer la capacidad de autoestima de un niño también nos debemos fijar en otras manifestaciones que son negativas como las que siguen.
APTITUDES NEGATIVAS MANIFESTACIONES
Evita las situaciones que le provocan ansiedad "hoy no quiero ir al colegio porque tengo un examen muy difícil"
Desprecia sus dotes naturales "nunca dibujo nada bien"
Siente que los demás no le valoran "los niños nunca quieren jugar conmigo"
Echa la culpa de su debilidad a los demás "no he limpiado los cristales porque no me has dicho dónde está la paño"
Se deja influir por otros con facilidad "me lo dijeron ellos"
Se pone a la defensiva y se frustra fácilmente "si no funciona, yo no tengo la culpa; lo voy a dejar"
Se siente impotente "no sé dónde está el material; los ejercicios son muy difíciles; no voy a ser capaz de terminar la tarea"
Tiene estrechez de emociones y sentimientos "no me importa, me da igual"
La construcción de la autoestima
Las personas más cercanas afectivamente al individuo (padres, familiares, profesores o amigos) son las que más influyen y potencian/dificultan la autoestima. Dependerá de los sentimientos y expectativas de la persona a la que se siente ligado afectivamente el individuo. Si los sentimientos son positivos, el niño recibirá un mensaje que le agradará, se sentirá bien y como consecuencia le ayudará a aumentar la autoestima. Si los sentimientos son negativos, la sensación que el individuo percibe le causará dolor y en definitiva, provocará rechazo a su propia persona y, por tanto, el descenso de su autoestima.
Últimamente la preocupación por la autoestima se ha convertido en una cuestión obsesiva. De ahí que erróneamente se intente formar una autoestima positiva con medios y procedimientos artificiales y a corto plazo que no dejan de ser planteamientos equivocados y que tienden a fracasar. Estos procedimientos equivocados están orientados al logro de un único objetivo: fortalecer el ego de los educandos para que se sientan bien consigo mismos. Veamos a continuación algunas formas erróneas que se usan para la construcción de la autoestima:
Alabar a los hijos o alumnos por sistema, con independencia de su comportamiento. No importa que fracasen en sus estudios a causa de su vagancia; que maltraten a sus padres y hermanos; que derrochen el dinero y que vivan sólo para satisfacer sus gustos y caprichos personales, sin pensar en las necesidades de los demás. Lo único que importa es que se quieran cada vez más a sí mismos.
No culpabilizarlos nunca de nada, suceda lo que suceda (para que no pasen por la humillación de sentirse avergonzados).
No cuestionar ni criticar nunca lo que dicen o hacen (para que evitar que se enfaden).
Rebajar los ideales de vida (para que luego no sufran posibles decepciones).
Rebajar la exigencia todo lo que se pueda. Llegar a la tolerancia total o casi total. Todo vale, todo está permitido. Estos padres tan indulgentes con sus hijos suelen ser los mismos que esperan de ellos solamente una cosa: que triunfen en la vida como sea. Esperan que triunfen en una sociedad muy competitiva con la única actitud que se les ha inculcado: la de quererse a sí mismos
Gerardo Castillo Ceballos (de la asociación FERT) en su artículo "El desarrollo de la identidad personal" comenta que los hijos acostumbrados a ser alabados de forma incondicional suelen sentirse muy defraudados cuando, al incorporarse a la vida adulta, chocan con la realidad. Esa colisión les descubre, de pronto, que su autoestima está mal fundamentada y que, por ello, no es real.
La experiencia nos enseña que la autoestima de los hijos o alumnos no se desarrolla por la vía del elogio continuo e injustificado o por la vía de la tolerancia sin límites. Quienes buscan fortalecer el ego por ese camino, lo único que consiguen es debilitarlo y aislarlo. El estar demasiado pendiente del ego de los niños o de los adolescentes favorece que estos últimos se amen a sí mismos de forma inmoderada y excesiva, desentendiéndose así de las necesidades de los demás.
La autoestima, como la alegría o la felicidad, no se puede buscar directamente. Y menos todavía por la vía del engaño. La autoestima es una consecuencia de poner ilusión en lo que se hace y en hacerlo cada día mejor; de realizar con amor los propios deberes; de ser servicial con los demás; de ser buen compañero, buen hermano y buen amigo; de portarse bien con todos; de luchar diariamente contra los propios defectos; de empezar cada día.
La mayor y mejor autoestima es la autoestima merecida, la que se basa en logros reales, la que cada uno se gana con su propio esfuerzo. Si los padres y profesores enseñan a sus hijos o alumnos, desde las primeras edades, a esforzarse por ser un poco mejores cada día (desarrollo de virtudes) y por lograr la excelencia en todo (en los estudios, en la vida familiar, en la vida de amistad...) la autoestima vendrá sola.
La verdadera autoestima se alimenta con la satisfacción que produce alcanzar nuevas metas por uno mismo. Es frecuente que cuando un niño o un adolescente obtiene con su esfuerzo personal, el resultado que buscaba, se encuentre orgulloso del logro. En cambio, los hijos sobreprotegidos jamás podrán tener esa experiencia tan gratificante y tan formativa. Cada vez que los mayores les resuelven la dificultad a la que se enfrentan, se hacen más inseguros y desvalidos.
Siguiendo las indicaciones de Castillo Ceballos, podemos concluir que la autoestima se desarrolla formando el carácter, educando la voluntad: hay que desarrollar en los hijos hábitos de esfuerzo, de trabajo bien hecho, de autodominio, de autodisciplina. Hay que favorecer la adquisición de virtudes como la fortaleza, la templanza, la paciencia y la perseverancia. También hay que animarles a que sean más abiertos y serviciales. Está comprobado que una de las mejores terapias de la autoestima es salir de sí mismo y tratar de ver las cosas como las ven los demás.
La autoestima como motor del comportamiento.
Existen tres buenos motores que determinan el comportamiento y que proceden de lo que se piensa y de lo que se siente por uno mismo. Estos son:
El niño actúa para obtener una mayor satisfacción y creerse mejor. Por ejemplo: busca las alabanzas y la aprobación, haciendo cosas que le gustan y que sabe hacer.
El niño actúa para confirmar la imagen (la idea) que los demás, y él mismo, tienen de él. Tanto para bien como para mal, si el niño piensa que es bueno tenderá a comportarse bien, mientras que si piensa que es malo, buscará (tal vez de forma inconsciente) la reprimenda y el castigo. Esto mismo lo podemos aplicar en los estudios.
El niño actúa para ser coherente con la imagen que tiene de sí, por mucho que cambien las circunstancias.
Todo esto tiene un lado negativo y corresponde a los niños que presentan actitudes negativas acerca de sí mismos que no suelen creerse lo contrario, aunque se les demuestre que es verdad, rechazan la alabanza o la aprobación por aquellas cosas que ya tienen conceptuadas negativamente.
Por otro lado podemos afirmar que la motivación y el rendimiento académico se ven estrechamente influenciados por la mayor o menor autoestima.
Para terminar este apartado podemos afirmar que la autoestima influye sobre el niño y adolescente en:
cómo se siente
cómo piensa, aprende y crea
cómo se valora
cómo se relaciona con los demás
cómo se comporta
La autoestima en la adolescencia
En los adolescentes aumenta considerablemente la necesidad de autoestima. Uno de los períodos más críticos para la formación de una correcta autoestima es la adolescencia pues sabemos que es cuando la persona necesita hacerse con una firme IDENTIDAD, es decir, saberse individuo distinto a los demás, conocer sus posibilidades, su talento y sentirse valioso como persona que avanza hacia un futuro. Un adolescente con autoestima aprende más eficazmente, desarrolla relaciones mucho más gratas, está más capacitado para aprovechar las oportunidades que se le presenten, para trabajar productivamente y ser autosuficiente, posee una mayor conciencia del rumbo que sigue. Así las cosas, un adolescente con autoestima...
... actuará independientemente
... asumirá sus responsabilidades
... afrontará nuevos retos con entusiasmo
... estará orgulloso de sus logros
... demostrará amplitud de emociones y sentimientos
... tolerará bien la frustración
... se sentirá capaz de influir en otros
Gloria Marsellach Umbert en su artículo "La autoestima en niños y adolescentes" afirma que la autoestima puede desarrollarse convenientemente cuando los adolescentes experimentan positivamente cuatro aspectos o condiciones bien definidas:
Vinculación: resultado de la satisfacción que obtiene el adolescente al establecer vínculos que son importantes para él y que los demás también reconocen como importantes.
Singularidad: resultado del conocimiento y respeto que el adolescente siente por aquellas cualidades o atributos que le hacen especial o diferente, apoyado por el respeto y la aprobación que recibe de los demás por esas cualidades.
Poder: consecuencia de la disponibilidad de medios, de oportunidades y de capacidad en el adolescente para modificar las circunstancias de su vida de manera significativa.
Modelos o pautas: puntos de referencia que dotan al adolescente de los ejemplos adecuados, humanos, filosóficos y prácticos, que le sirven para establecer su escala de valores, sus objetivos, ideales y modales propios.
Extraído de:
http://www.isftic.mepsyd.es/w3/recursos2
Los estilos de autoridad en la familia
a) La autoridad es un crédito, un capital que puede administrarse adecuadamente y, por tanto, aumentar, como cualquier capital dinerario, o al contrario, inadecuadamente y, en consecuencia, disminuir.
Consideran que los hijos son buenos y saben qué tienen que hacer.Hay que darles todo lo que piden, especialmente aquello que los padres no pudieron tener.
Tratan de evitar que sus hijos se enfrenten a las dificultades de la vida, y van quitándoles obstáculos.
En los conflictos, los hijos siempre salen ganando.
No hay una orientación dada por los padres, los hijos crecen sin pautas de conducta.
Al no tener un código de conducta marcado, los hijos no suelen tener referentes, y por tanto, no saben a qué atenerse.
Les faltan hábitos de esfuerzo, de trabajo para ponerse a la realización de un proyecto personal. Tienden a la labilidad emocional.
La razón es siempre de los padres.
Consideran que el respeto de los hijos proviene del temor
Los padres imponen las soluciones en los conflictos que se plantean.
Los padres dirigen y controlan todo el proceso de toma de decisiones.
Critican a la persona ("eres un inútil"), no las acciones de la persona, lo que genera una baja autoestima.
Pueden generar en los hijos sentimientos de culpabilidad ante la imposibilidad de no cumplir los deseos de sus padres.
Favorecen sentimientos de agresividad, de odio, al no sentir los hijos la suficiente autonomía personal.
Potencian conductas engañosas en los hijos para poder pasar el control de los padres.
Los padres consideran que se pueden equivocar en las decisiones como cualquier ser humano.
Buscan y potencian que los hijos puedan aprender autónomamente y que saquen lo mejor de sí mismos.
Ayudan en la búsqueda de soluciones equidistantes del abandono y de la sobreprotección
Consideran que los problemas son un reto para la superación personal.
Las relaciones entre padres e hijos están presididas por el respeto mutuo y la cooperación.
Desarrollan en los hijos el sentido de responsabilidad para que asuman las consecuencias de sus actos.
Inducen en los hijos habilidades de trabajo en equipo.
Los hijos aprenden actitudes de cooperación, de toma de decisiones y respeto por las reglas.
FAMILIA Y ESCUELA ANTE UN MUNDO EN CAMBIO
Revista Contextos de Educación. V. Octubre. 2002 pp. 202-215. Universidad de Río Cuarto. Córdoba. Argentina.
INTRODUCCIÓN
Familia y Escuela son un marco referencial imprescindible para la incorporación de un nuevo ser humano a la sociedad; pero, este marco se encuentra a merced de los avatares impuestos por transformaciones diversas que han de asumir ambas instituciones si quieren responder a su tarea educativa y socializadora.
a. Los profesionales de la educación y a los padres a mejorar las relaciones Escuela-Familia como una medida de calidad de la enseñanza y prevención del fracaso escolar.
b. Los padres a tomar conciencia de su papel en la educación de sus hijos para responder a las nuevas necesidades educativas que presentan.
Para ello, se ofrece el análisis de algunos de los contrastes y cambios fundamentales que se están produciendo y repercuten en la familia y la escuela, y son necesarios tener en cuenta en las prácticas educativas. También, se considera que una intervención para la educación del futuro debe estar enmarcada en un enfoque interactivo, ecológico y comunitario para responder a las necesidades afectivas, cognitivas y sociales de todos los implicados.
Los avances científicos y tecnológicos han supuesto cambios muy rápidos. Se suceden de forma vertiginosa, no dando lugar a que el hombre pueda interiorizarlos y adaptarse a las nuevas exigencias que estas transformaciones van imponiendo al mundo de la cultura, mucho más lento en su evolución.
1. Interno. La familia necesita un marco de referencia para guiar, orientar y educar a sus hijos, porque sumergida en un mundo cambiante, cuya inestabilidad e incertidumbre fomenta inseguridad y miedo, se encuentra confundida, las viejas creencias, los valores vividos, en definitiva, la educación recibida no le sirve para educar a su generación actual.
2. Externo. La familia se encuentra en medio de contrastes ante los cuales se siente sobrepasada y se pregunta cómo responder a las demandas de sus hijos que están fuera de los esquemas de sus propias experiencias y vivencias.
En este contexto, la familia tradicional aparece desdibujada, ha perdido sus antiguos puntos de sustentación, se han venido abajo los grandes pilares que sostenían sus creencias y cimentaban los roles atribuidos a los diferentes miembros de la familia, por ejemplo: el hombre, en la figura del padre, no representa la autoridad como pilar de fuerza y poder; la mujer, en la figura de madre, no representa el amor como pilar de sumisión y abnegación y la sexualidad, no representa lo puro y misterioso como pilar de reproducción… Esta situación le impide saber plantear pautas educativas que respondan a las necesidades actuales de sus hijos.
Como decíamos, en el seno de la familia y la escuela se están produciendo cambios sustanciales relacionados con los papeles que juegan en la educación, a los que se añaden los grandes contrastes influidos por las Nuevas Tecnologías de la Comunicación, difíciles de abordar, que caracterizan esta sociedad y configuran un estilo de vida y valores, como por ejemplo, los siguientes:
• El vecino del bloque es un desconocido con el que no se entabla ninguna comunicación, pero sí se mantienen relaciones con personas y países remotos por medio del correo electrónico, Internet o videoconferencia.
• Algunas autonomías territoriales son defendidas a ultranza, y en el ámbito internacional se buscan estrategias de actuación conjunta y global.
• Ciertos países desarrollados disponen de una gran tasa de paro, no obstante, recurren a la mano de obra barata proporcionada por los inmigrantes, pero no les integran en su cultura.
• Las pequeñas infracciones son penalizadas y las grandes corrupciones se justifican.
• El esfuerzo, la constancia y el trabajo son desvalorizados, mientras que el éxito fácil es premiado, etc.
Tomando como marco de referencia la inestimable la aportación del Informe de la Unesco de la Comisión Internacional sobre la Educación para el S. XXI, presidido por Jacques Delors, que basa la educación para el futuro en estos cuatro pilares fundamentales: Aprender a conocer, Aprender a ser, Aprender a hacer y Aprender a vivir en comunidad.
Aprender a conocer: Es necesario poner en contacto a los niños y niñas con los conocimientos, entretejidos por la historia y la cultura, que se organizan en contenidos curriculares y se aprenden en la escuela, pero también, con el mundo que les rodea por medio de sus relaciones con el entorno, la familia, los iguales y los medios de comunicación, ayudándoles a analizar esta realidad a través de estrategias de aprendizaje constructivo.
Así, el niño estructura un tiempo y un espacio tanto en el ámbito personal como histórico, que le ayudan a tomar conciencia de sí mismo como sujeto individual y social. La construcción del concepto de sí mismo de un sujeto gira alrededor de estos dos ejes: tiempo y espacio.
Aprender a hacer. El niño aprende a desarrollar habilidades y destrezas, observando, experimentando y descubriendo todos los objetos que encuentra a su alrededor. El niño aprende a hacer con sus más próximos, en la realidad cotidiana del hogar y de la escuela, cuando se le permite manipular, asociar y establecer relaciones entre diferentes elementos, estamos permitiendo que aprenda a hacer. La creatividad como capacidad creadora, que permite abrir hacia nuevas fronteras, se fomenta estimulando al niño a investigar, descubrir, explorar, experimentar, y en esta tarea pueden participar familia y escuela, por medio de estrategias innovadoras de trabajo común.
Aprender a vivir en comunidad. Favorecer una educación para la vida comunitaria, desde el ámbito familiar, es fundamental para que el niño aprenda a ejercitar la participación, la cooperación, el diálogo y la toma decisiones consensuadas y compartir los conocimientos y la vida, de forma que luego sea capaz de transferir estos aprendizajes a otros contextos sociales.
En nuestra opinión el verdadero reto es educar para: Aprender a ser y aprender a vivir en comunidad. Estos pilares para que sirvan realmente al diseño de una educación para el futuro han de ser objetivos educativos de la Familia y la Escuela, plasmados en un proyecto común, como mencionábamos anteriormente, donde se planteen el tipo de educación que quieren dar y el tipo de hombre que quieren formar a partir de una toma de decisiones consensuadas.
¿Cómo es posible alcanzar esta meta?
A través de la participación real y efectiva de la familia en los centros. ¿Qué exige? Una formación inicial para la participación, desde los planes de estudio de Formación del Profesorado y de Pedagogos, que incluyan una preparación en Educación Familiar para dotar al profesor y al pedagogo de instrumentos y técnicas para concienciar e implicar a las familias en la vida del centro, así como a los pedagogos de una preparación específica para la formación de padres. En este sentido, profesores y pedagogos se convierten en agentes de participación, de cambio y dinamizadores de las relaciones entre la familia y el centro, que encuentra así su sentido como comunidad educativa.
3. FAMILIA Y ESCUELA: EDUCAR PARA VIVIR EN COMUNIDAD
¿Qué significa el término comunidad?. En palabras de Bárcena, Fernando. (1997 :112), en sentido abstracto, alude a lo que pertenece a todos los miembros de un grupo o colectividad, va referido a una comunidad de bienes, de sentimiento y de origen. Puede adquirir múltiples formas, y referirse a la comunidad familiar, a la escolar, o también a la económica europea. Es un concepto que, en la actualidad, tiene gran importancia en el ámbito de la Sociología y de la Filosofía Moral y Política contemporáneas. Desde el punto de vista sociológico, la comunidad es una forma peculiar de agrupamiento social, y para Rodríguez Neira, T. (1997 :161), “la forma más perfecta de la comunidad es la familia”, pero, ¿lo sabe la familia?.
La familia como primer ámbito educativo necesita reflexionar sobre sus pautas educativas y tomar conciencia de su papel en la educación de sus hijos. La complejidad de la realidad actual se le escapa y esto repercute en la vida del niño, conllevando problemas escolares y familiares que surgen en la realidad diaria: desinterés, falta de motivación, dependencia, bajo rendimiento, fracaso escolar, violencia, etc., que no se pueden achacar a la sociedad en abstracto, a la familia, a la escuela o a los alumnos, de manera independiente como “compartimentos estanco”, sino que la interacción de todos ellos es la que propicia esta situación.
El niño comienza su trayectoria educativa en la familia que la escuela complementa. Por tanto, familia y escuela son dos contextos próximos en la experiencia diaria de los niños, que exige un esfuerzo común para crear espacios de comunicación y participación de forma que le den coherencia a esta experiencia cotidiana. La razón de este esfuerzo se justifica en sus finalidades educativas dirigidas al crecimiento biológico, psicológico, social, ético y moral del niño, en una palabra, al desarrollo integral de su personalidad.
De la coordinación y armonía entre familia y escuela va a depender el desarrollo de personalidades sanas y equilibradas, cuya conducta influirá en posteriores interacciones sociales y convivencia en grupo, que crearán un nuevo estilo de vida.
En primer lugar, es necesaria una nueva forma de enfocar la educación en la familia, que ha de tomar conciencia de la necesidad de su participación en ámbitos sociales más amplios. Esto exige una formación de padres a través de programas.
En segundo lugar, las propuestas han de ir enfocadas hacia intervenciones globales en las que se impliquen las instituciones sociales, escolares y familiares, desde una perspectiva interactiva, ecológica y comunitaria.
Como señalábamos el verdadero desafío es aprender a ser y aprender a vivir en comunidad, esto exige hacer posible espacios de comunicación e intercambios que fomenten la participación y conduzcan a compromisos que enriquezcan la vida personal y colectiva de los implicados.
La escuela se sitúa en el segundo espacio, de vital importancia, en la vida de los niños y niñas. Entre sus objetivos se encuentra: fomentar la participación, cooperación y colaboración entre los alumnos. En consecuencia, la puesta en práctica de los valores comunitarios y democráticos que se proponen en la familia y la escuela, formarían parte de las experiencias y vivencias de los alumnos, desde los dos ámbitos en los que interactúa cada día, configurando su identidad y el concepto que de sí mismo van adquiriendo.
En una sociedad como la nuestra, la familia y la escuela han de tener claros sus papeles y fomentar la vida comunitaria, como fundamento de toda posterior experiencia social. ¿Cuáles son los ejes que han de regir sus actuaciones? Siguiendo a Medina Rubio, T (1997): la autoridad basada en el compromiso ético, el ejemplo como coherencia entre lo que se piensa, se dice y se hace y el amor como el motor que impulsa y da vida.
La experiencia temprana en la familia de formas de comunicación basadas en el diálogo y el consenso sustentarán actitudes democráticas de participación, colaboración y cooperación. En consecuencia, este aprendizaje será reforzado en la escuela si pone en práctica actividades en las que los alumnos trabajen en equipo, utilicen la negociación para resolver sus conflictos y pongan en práctica los valores de la vida comunitaria, en los que se han iniciado en el hogar.
En definitiva, es esencial que padres y profesores se pongan de acuerdo sobre cómo hacer efectiva la participación de la familia en la escuela, para que sus relaciones sean de ayuda mutua y hacer frente a los desafíos que les presenta este mundo en cambio, lo que va a repercutir de forma positiva en la educación de los niños y va dar coherencia a sus experiencias.
4. UNA PROPUESTA DE INTERVENCIÓN PARA LA PARTICIPACIÓN DE LA FAMILIA EN LA ESCUELA
Del desarrollo de esta exposición surge un aspecto fundamental, la formación en Educación Familiar. No se puede hablar de fomentar la participación activa de la familia en la comunidad escolar, sin una formación del profesorado y los pedagogos, poniendo a su disposición conocimientos, instrumentos y estrategias que faciliten su labor.
• Desarrollar la sensibilidad en los futuros maestros acerca de los cambios en las familias.
• Conocer la importancia de la implicación de los padres.
• Tener experiencias prácticas de trabajo con éstos
Como objetivos específicos del programa se plantean:
• Trabajar con distintos tipos de familias
• Desarrollar e implementar actividades para comunicarse con las familias
• Elaborar y poner en práctica un proyecto de lectura en casa
• Dirigir reuniones de padres
• Conocer el amplio abanico de actividades que se realizan en las escuelas para integrar a los padres
La formación del profesorado para la participación educativa de la familia, así como la de los pedagogos, mejoraría la tarea educativa que tienen encomendada ambas instituciones. Desde este enfoque, el rol del profesor es de mediador entre la cultura escolar y familiar, y se superarían los temores de los docentes a la intromisión de los padres en sus tareas, como recogen algunos autores, y se interpretaría la participación en el sentido de colaboración y apoyo mutuo para diseñar de forma conjunta el proyecto común de educar a los alumnos para ayudarles a crecer y desarrollar su proyecto vital, introduciendo estrategias para adaptarse a los retos que se les presentan. Por otra parte, lo padres se sentirían involucrados en la trayectoria escolar de los hijos de forma efectiva. En esta línea, el pedagogo también tendría un papel importante en el diseño de programas de formación en este nuevo campo educativo que surge como demanda social.
La oferta, por parte de los Centros de Formación del Profesorado, de Cursos en Educación para la Participación de la Familia en la Escuela, para la formación permanente de los profesores en ejercicio, ayudaría a mejorar la situación actual.
Por último, desde los propios centros escolares, es preciso encontrar un sistema que facilite la comunicación entre la escuela y la familia, basado en los presupuestos que fundamentan el sentido de comunidad, caracterizado por la participación y el compromiso común hacia una acción conjunta. La dificultad radica en como llevarla a cabo.
Una vía para superar dicha dificultad es facilitar el encuentro entre padres y profesores, donde pongan de manifiesto el deseo de buscar formas innovadoras de fomentar la participación, así como de crear un clima abierto de comunicación en el que se expresen los problemas, inquietudes, temores, miedos e inseguridades, y mutuas necesidades de ayuda y colaboración.
En este sentido, un importante objetivo es que la familia tome conciencia de la necesidad de su participación en ámbitos sociales más amplios, que influyen en sus prácticas educativas en el hogar. Para lograrlo, es preciso ayudarla a descubrir la importancia de su colaboración en la escuela, aceptando que existen objetivos que son comunes y en los que son necesarios unir los esfuerzos de padres y profesorado para su consecución.
La implicación de las familias en la vida del centro, se alcanza aprendiendo a trabajar juntos en diversas actividades, que en relación con sus respectivas funciones, los padres y profesores pueden programar, asumiendo que un trabajo en equipo es un medio eficaz para estimularse y apoyarse mutuamente. Esto conlleva valorar el enriquecimiento que para el propio desarrollo personal supone la aportación de las ideas e iniciativas de los demás. La visión de un trabajo en colaboración mutua, parte de un concepto de cambio y mejora de la realidad, que puede ser modificada, a través de la acción conjunta de todos los implicados, a la vez que repercute en una mejora de la calidad de la enseñanza y de la vida escolar.
Uno de los elementos primordiales para invitar a los padres a la participación en la vida del centro, es proporcionarles información. Es reconocido por diferentes autores que los alumnos que pertenecen a familias de estatus socioeconómicos bajos, normalmente, no están bien informados de las convocatorias de becas y ayudas a las que pueden acceder, con lo cual no las solicitan. Por otra parte, debido a su ambiente, los padres tienen menos expectativas de futuro que los de la clase media, por lo que no estimulan a estudiar a sus hijos, más aún cuando la trayectoria escolar está acompañada de suspensos y fracaso escolar, además de la inferioridad de condiciones en las que se encuentran para estudiar al carecer de medios y ambientes adecuados.
Indudablemente, el planteamiento de las desigualdades en educación hay que situarlo en un ámbito social y cultural amplio, no podemos aventurarnos a decir que las desigualdades de oportunidades se pueden solucionar sólo desde la escuela, por lo relacionada que está con las condiciones y estatus sociales; pero sí puede mejorar aspectos y medios relacionados con la escuela para permitir a los alumnos proseguir sus estudios, como es implicar a los padres en esta tarea educativa. Comunicarles que algunos estudios muestran que cuando los padres participan en todos los aspectos de la vida escolar se incrementan los efectos positivos sobre el rendimiento de sus hijos puede ayudarles a valorar las consecuencias de su apoyo en la tarea educadora de la escuela, en la que tienen una función a desempeñar.
La necesidad de implicar a la familia en la tarea educativa, no es ninguna novedad. En estas últimas décadas, ha sido recogida en diversas leyes, insistiendo en la coordinación de la familia y de la escuela para diseñar un proyecto educativo común, cuya finalidad es la educación integral de todos los alumnos. Pero, aunque en todos los centros existen Consejos Escolares y Asociaciones de Padres, no en todos funcionan de forma dinámica e impulsora de la participación de los padres, lo que invita reflexionar sobre medidas innovadoras a utilizar.
¿Qué estrategias se pueden utilizar?
a) Enviar una breve nota, proponiendo cuestiones de este tipo, para conocer:
• Temas que les preocupan den la educación de sus hijos
• Necesidades que sienten ante la educación de sus hijos
• Dificultades que tienen para educar a sus hijos
• Día de la semana y horario que les viene mejor para convocar una reunión
Las respuestas facilitarán información desde dos ángulos: 1) Un primer análisis de la realidad sobre el interés de los padres en temas, necesidades y dificultades relacionadas con la educación de sus hijos, que permitirá priorizar objetivos y actividades a plantear. 2) El nivel de respuesta indicará cómo organizar un encuentro. En la reunión que se convoque se puede establecer un calendario para responder a las necesidades de las familias, desde sus necesidades. Este aspecto, es relevante. Generalmente, se planifican las actividades a partir de lo que el diseñador de las mismas considera como importante, sin embargo, es aconsejable trabajar desde la realidad de los padres, de sus conocimientos y teorías implícitas.
b) Grabar algunas sesiones de clase e invitar a los padres a ver esta grabación
Muchas veces los padres desconocen las conductas de sus hijos en el colegio, porque éstos se comportan de diferente forma a como lo hacen en el hogar. De manera, que en ocasiones la comunicación entre el profesorado y la familia se dificulta. A los padres les resulta difícil creer la información que le proporciona el tutor.
La invitación para ver el vídeo puede tener dos funciones: 1) Conocer la conducta de sus hijos trabajando en el aula, puede facilitarles pistas para reforzar estrategias que faciliten el estudio en el hogar. 2) Conocer el trabajo del profesor, lo que permitirá valorar su tarea docente y, por otro lado, el comportamiento de los alumnos. A partir de esta experiencia, se pueden intercambiar ideas, preocupaciones, problemas, etc., y comenzar a organizar encuentros para tratar los aquellos temas que les interesan. Esta experiencia, puesta en práctica por dos profesores de Educación Infantil, en nuestra provincia, les ha dado muy buenos resultados para implicar a los padres en la escuela y mejorar sus relaciones.
c) Deberes y recomendaciones de apoyo al estudio
Establecer un sistema de comunicación: cartas, tarjetas, etc., semanal, quincenal o mensual con algunas recomendaciones relacionadas con:
• Técnicas de estudio y recomendaciones sobre factores ambientales que lo favorecen
• Lecturas para reforzar actividades escolares
• Relación de Videojuegos, programas educativos por ordenador como complemento a actividades en el aula.
• Programas de TV. Publicidad, etc.
Estas recomendaciones tienen una doble finalidad. Por una parte, estimulan las relaciones entre la familia y la escuela; por otra, invitan a los padres a participar en las actividades escolares proponiendo que se haga en familia comentarios sobre las historias, publicidad o tema recomendado para trabajar en el hogar, favoreciendo, así también, la comunicación entre padres e hijos
d) Otras sugerencias para fomentar la participación de los padres
Para aumentar dicha implicación se sugieren las siguientes formas de convocatoria:
• Convocatorias por cartas a través de los alumnos o delegados de los cursos.
• Pancartas: Para anunciar alguna actividad, se hacen en paneles de papel que se colocan en la entrada de la escuela o en los alrededores (deben reservarse para ocasiones excepcionales).
• Murales: También se utilizan para anunciar actividades. Se pueden hacer mediante collages o montajes con fotos, recortes de periódicos, etc.
• Megafonía: Instalada a la entrada del centro o bien en un coche, con la información previamente grabada en una cinta
• Cuñas radiofónicas: Por medio de las radios municipales se puede ofrecer la información
• Agendas de los periódicos. Hay periódicos que ofrecen gratuitamente un espacio en su agenda informativa.
• Recordatorio: En una cartulina o un papel de 20 x 5 cm. Se recuerda la fecha, hora y lugar de la actividad
Familia y Escuela tienen funciones sociales diferentes, pero complementarias. Ante la complejidad del mundo de hoy han de unir sus esfuerzos para lograr superar las dificultades que se les presentan porque en última instancia su razón de ser está en función del protagonismo del niño en su tarea educadora.
Esta época presenta un nivel de exigencias a la educación familiar y escolar que reclama la preparación y formación de un nuevo estilo educador basado en un aprendizaje para vivir en comunidad, a la que padres y profesores están llamados a responder con el compromiso de participar en esta tarea común, cada uno desde su ámbito de conocimiento y experiencia para atender a las necesidades afectivas, cognitivas y sociales de los niños y todos los implicados en la comunidad educativa.
La propuesta que presentamos se fundamenta en los pilares de la Educación para el futuro: Aprender a conocer, Aprender a ser, Aprender a hacer y Aprender a vivir en comunidad. Estos pilares han de fundamentar las relaciones entre la escuela y familia favoreciendo la comunicación, la participación y la colaboración, para superar los factores estructurales de la propia escuela, así como las teorías implícitas de padres y profesores sobre la educación, la enseñanza, la familia, la escuela, el papel de cada uno en esta tarea, etc.
Es necesario, abrir las ventanas a la historia de una nueva concepción de la familia y la escuela en su tarea educativa. Ambas instituciones, requieren una reestructuración estructural y cognitiva, una modificación y adaptación a un nuevo estilo de educación y una actitud abierta a la formación de los alumnos orientada a una educación para la vida comunitaria.
Cuando el niño vive en el hogar los valores comunitarios de participación y comunicación puede transferirlos a otros contextos.