Uno de los desafíos de la docencia consiste en la creación de canales de comunicación para efectivizar la alianza con los padres ¿Qué ámbitos pueden ser apropiados para la colaboración? ¿Cómo mejorar la cooperación?
El inicio de un ciclo escolar es siempre la mejor
oportunidad para plantear estrategias concretas que nos permitan mejorar la
práctica docente. Muchas veces estas estrategias están directamente relacionadas
con nuestro trabajo, con los estudiantes, o con las actividades dentro de los
centros educativos. Sin embargo, cada vez dejamos de planificar más el trabajo
y las actividades con los padres de familia.
Celestín Freinet sostenía que los padres de familia son
parte fundamental de la educación formal de sus hijos, y que son los maestros
los responsables de ayudarlos a ser miembros activos de esta labor. Como
docentes debemos tener claro que no podemos simplemente asumir que los padres
de familia están muy ocupados, que no les agrada apoyarnos, y que por ello no
hay mucho que hacer al respecto. Todo lo contrario: es nuestra obligación como
profesores orientar y crear los espacios de comunicación adecuados y las
diferentes instancias en que los padres pueden ser nuestros aliados
estratégicos. A continuación detallamos varias áreas en las que los profesores
podemos trabajar en conjunto con los padres para lograr mejores resultados en
la educación de nuestros niños y jóvenes.
Hace poco mientras esperaba el autobús del recorrido con mis
hijos, vi a uno de los niños del condominio que venía corriendo. Creía estar un
tanto atrasado para tomar su bus; cuando llegó y nos vio supo que todavía tenía
unos minutos. En sus manos traía un envase de cartón con un jugo artificial,
tan lleno de colorante que sus dientes se veían rojos cuando sonreía. Le
pregunté que por qué tomaba esos dulces tan temprano, que podría dolerle la
barriga, y su respuesta fue: “Es mi desayuno”. Este “desayuno” lleno de azúcar,
químicos y carente de todos los nutrientes que requiere un niño que va a
estudiar de 7 a 8 horas, tiene incidencia directa en su rendimiento escolar.
Somos los profesores los responsables de explicar a los
padres de familia que un desayuno adecuado es la base de un buen inicio para
que los niños aprovechen sus jornadas escolares. Ingerir proteínas,
carbohidratos, vitaminas es vital no solo para el desarrollo corporal, sino
también para el desarrollo intelectual (Restak). De nada servirán los mejores
recursos didácticos, ni la mejor planificación académica si el niño no está
apoyado desde la parte nutricional para aprender.
Lo mismo ocurre con otros aspectos, como el tiempo de
dormir. La mayoría de padres considera que el sueño es importante para
descansar, recuperar energías y crecer. Lo que la mayoría desconoce es que el
sueño es vital para la consolidación de la memoria; si un niño no duerme de
manera adecuada, si pasa mala noche, simplemente su memoria no podrá almacenar
adecuadamente todo lo que ha aprendido en el transcurso del día.
¡Y ni qué hablar del área emocional! Debemos evidenciar a
los padres de familia que si discuten, pelean o peor, si se agreden física o
sicológicamente frente a sus hijos, esto los afecta por la descarga hormonal y
el estrés que sufren.
Y no es solo en el momento en que esto ocurre, sino que los
niños quedan afectados, lo cual incidirá obviamente en su rendimiento escolar.
Con la guía adecuada de un buen profesor, los padres de
familia pueden ser aliados estratégicos. Lo primero es que el profesor cree
buenos espacios de comunicación, informe el porqué de sus pedidos a los padres,
y logre de ese modo un trabajo mancomunado. No es lo mismo decirles “no dejen
que los niños vean mucha televisión” a decirles “de acuerdo a varios estudios realizados por universidades, los niños
que ven de dos a tres horas diarias de televisión van perdiendo habilidades y
destrezas de tipo intelectual como por ejemplo su tiempo de concentración, su
atención, su capacidad de retención, entre otras” (Murkoff).
Una recomendación bien argumentada no solo hará que los
padres trabajen con los profesores en la formación de buenas rutinas y hábitos,
sino que confíen en el profesor para desde el hogar puedan mantener reglas
similares que apoyen una buena formación tanto humana como académica. Empecemos
este año lectivo ofreciendo a los padres guías claras sobre crianza para lograr
el potencial de aprendizaje en sus hijos.
Extraído de:
Padres de familia: aliados estratégicos de la escuela
Por: Nancy Crespo