La escuela debe ser
una ayuda para los alumnos, estudiar implica existencia de dificultades, los
adultos debemos estar preparados para actuar con eficacia ante las distintas
situaciones que se nos pueden presentar ¿Qué consideraciones debemos tener en
cuenta? ¿Cuáles son las dificultades más frecuentes en el estudio? ¿Qué
acciones podemos seguir?
La vida escolar de
los hijos puede pasar por distintas situaciones en cuanto al rendimiento
académico. Hay algunos que siguen una trayectoria positiva siempre igual y
constante en el rendimiento escolar. Hay otros que han ido bien en Primaria
pero al llegar a Secundaria se produce una quiebra en su rendimiento. Otros hay
que según van avanzando en los estudios mejoran su rendimiento.
Cuando surgen
estas dificultades conviene afrontarlas cuanto antes, ya que lo que puede ser
relativamente sencillo de corregir cuando se produce, pasado algún tiempo,
tienden a cronificarse las dificultades y corregirlas es más dificultoso.
Cuando aparecen
los problemas lo importante es enfrentarlos con serenidad, reflexión y rigor.
Al enfrentarnos al
problema que plantea nuestro hijo hemos de tener en cuenta las siguientes
consideraciones:
1º.- ¿En qué consiste
básicamente el problema?
Un problema cuanto
más precisado está tanto más fácil es encontrar la solución, al contrario
cuanto más difuso e impreciso más difícil es darle respuesta.
Si es posible
vamos a tratar de hacer operativo el problema, es decir, en lugar de decir “es
un vago”, diremos que habitualmente no cumple el horario de estudio por la
tarde, en lugar de decir “tiene dificultades en la lectura” diremos que no sabe
entonar lo que lee, su comprensión lectora es escasa y le falta velocidad.
2º.- ¿Cuándo ha
comenzado el problema y con qué frecuencia se da actualmente?
Puede ser que sea
al pasar de un nivel educativo a otro, de un colegio a otro, de estar con un
profesor y pasar a otra clase. Puede que aparezca según va teniendo más
dificultades académicas, al juntarse con determinados compañeros....
3º.- ¿Cuáles son las
causas del problema? ¿A qué lo atribuye el propio sujeto?
Saber la raíz del
problema no siempre nos resulta fácil, trataremos de indagar en ello para
clarificarnos. Bastante información nos puede aportar el que sepamos a que
atribuye nuestro hijo el bajo rendimiento, tiene este aspecto tanto más valor,
cuanto más maduro es el chaval, porque ahí nos está dando pistas de por donde
pueden ir las dificultades.
4º.- ¿Qué hemos hecho
hasta el momento para resolver las dificultades y qué resultado nos han dado
esas estrategias?
Para afrontar un
problema hay muy diversas estrategias que hay que valorar la idoneidad que
tienen para tal fin. Habrá que desechar las que no han dado el resultado
apetecido y buscar otras nuevas.
Vamos a ver las
dificultades más frecuentes en los estudios y que podemos hacer con ellas:
1ª.- No estudiar o
hacer como que se estudia
Se caracterizan por lo siguiente:
• Pueden estar
ante el libro bastante tiempo, pero sólo eso “estar” puesto que la cabeza la
pueden tener en otro sitio bastante lejos.
• Tardan
demasiado tiempo para realizar las tareas.
• Omiten un
tiempo de trabajo, de estudio para realizar las tareas pendientes.
• Se meten en
su cuarto dos horas o el tiempo que sea y todo el mundo está convencido de que
el niño está estudiando, pero estos chicos han podido pasarse la tarde entera
haciendo un dibujo u oyendo los walkman.
Estrategias de intervención:
Este tipo de
chavales tienen un déficit de hábitos importante. Los hábitos son recursos
importantes para educar. Se adquieren por repetición de actos. La ventaja que
tienen es que facilitan a la persona la realización de tareas que pueden ser
costosas, como sucede con el estudio en los hijos.
Dedicar todos los
días un tiempo al estudio, a la realización de las tareas. Empezar desde poco
para ir subiendo según se vaya afianzando. Puede ser como tiempo orientativo,
para un niño de Primaria en torno a media hora. Para uno de Secundaria
alrededor de una hora.
Más vale poco tiempo
y aprovechado que mucho y disperso.
Al ponerse a estudiar
o trabajar darse un tiempo para cada una de las tareas que va a realizar y
exigirse para tratar de hacerlo en el tiempo que se ha dado.
Hacerse un horario en
el que haya tiempo para todo. Poner el estudio en los primeros momentos que se
está más descansado.
2ª.- Estudiar los
últimos días
Se caracterizan por lo siguiente:
• Estudian
pero los últimos días, las últimas horas...
• Se acuestan
tarde, se levantan temprano en el último momento, van a “revienta calderas” por
el esfuerzo que hacen al final.
• Los padres
pueden tener una percepción de que su hijo estudia y se ha esforzado bastante.
Estrategias de intervención:
Una de las
variables que más tiene que ver con el éxito académico, es que el alumno tenga
un plan de trabajo diario, así aparece en estudios experimentales. Cuando se
deja para el final es imposible asimilar toda la materia, es como querernos
comer en un día lo que no hemos comido en diez, por ejemplo.
Tener un horario
diario.
Dedicar todos los
días un tiempo a los repasos. Cada día de la semana a una materia, por ejemplo
una hora, así se va estudiando lo que ya se ha visto y que entrará para el
próximo examen.
Que sea consciente
que la estrategia de dejarlo todo para el final sirve cuando estamos en
escalones inferiores en los estudios, pero al ir avanzando es imposible porque
la materia a estudiar nos desbordará.
3ª.- Confundir
"lo entiendo" con "ya me lo sé"
Se caracterizan por:
• Confunden el
"lo entiendo" con "ya me lo sé". Leen una lección y como la
entienden, ya creen que la saben y dejan de estudiar.
• Desconocen
que el proceso de aprendizaje implica en un primer momento entender lo que se
quiere asimilar y después tiene que haber un momento de fijación en la memoria,
que se realiza a través de la repetición de los contenidos.
• Referido a
las disciplinas que precisan la realización de ejercicios y prácticas, los
chavales que presentan esta dificultad son aquellos alumnos que fallan en las
operaciones aunque sepan como se pueden hacer los ejercicios.
Estrategias de intervención:
Se impone una
tarea de clarificación al alumno para que entienda los distintos momentos que
tiene el proceso de aprendizaje: comprender los mensajes, elaborar un
resumen-esquemático y fijarlos en la memoria. Estos pasos se descubren tras una breve
experiencia en los estudios, pero puede ocurrir en los inicios de la vida
académica que omitan alguno de los pasos comentados.
Hacer un seguimiento
durante algún tiempo para comprobar que se ha entendido los pasos a seguir para
estudiar un tema.
Que se den cuenta que
tareas más difíciles conllevan más esfuerzo: repetición que lo que es más
sencillo.
Preguntarles los
padres lo que dicen que han estudiado para comprobar los resultados.
4ª.- Dificultades de
concentración
Se caracteriza por:
• Les cuesta
mucho concentrarse, les cuesta ponerse a estudiar: desde que se sientan hasta
que empiezan a estudiar pasa más de media hora. Están muy "a medio
gas" y se les va fácilmente la imaginación.
• Cualquier
cosa que acontece a su alrededor atrae la atención y pierden el tiempo.
• Su
rendimiento neto es escaso, si se entiende por tal el tiempo en general que se
dedica a una actividad menos el tiempo perdido por desconcentración.
Estrategias de intervención:
Si la
concentración es la capacidad de dirigir todas las capacidades del conocimiento
a la realización de una tarea, se ve que nos encontramos ante una de las
habilidades fundamentales en el proceso del conocimiento. Se podría decir que
si no hay un mínimo de concentración es prácticamente imposible el aprender
algo, por tanto, la mejora de la concentración conlleva la mejora de la
capacidad de aprender.
Como todas las
capacidades, el desarrollo de la concentración es consecuencia de la
ejercitación de la misma, por ello es frecuente que quien más dificultades
tiene en la concentración es quien menos trayectoria de estudio tiene en su
vida y al contrario.
La eliminación de los
estímulos irrelevantes que puedan captar la atención de quien estudia:
revistas, fotografías, prendas...
La eliminación de
estímulos a los que pueda prestar atención de tipo sonoro, p.e. la radio o
visual, p.e. la televisión.
Darse un tiempo para
la realización de cada tarea o actividad y exigirse para tratar de realizarla
en el tiempo previsto. No es conveniente enfrentarse a una tarea con tiempo
ilimitado para realizarla.
Hay que empezar a
estudiar a una hora fija para conseguir un buen rendimiento cerebral. Si una
persona se acostumbra a hacer el esfuerzo de concentrarse todos los días a la
misma hora, al cabo de unos días la cabeza se concentra con más facilidad a esa
hora.
Como la concentración
supone un “calentamiento mental” puede ser conveniente que antes de ponernos a
estudiar dediquemos varios minutos –no más de cinco- a tachar letras que nos
hemos propuesto en una hoja de periódico, p.e. las “a” que encontremos o las
“o”, para después a continuación pasar a la actividad que tengamos prevista.
En la misma línea que
el punto anterior podemos trabajar mentalmente series de números y letras
combinándolas, p.e. sea la serie 1 2 3 4 A . Se trata de ir corriendo la letra A hasta la
izquierda, así :
1 2 3 A 4 / 1 2 A 3 4 / 1 A 2 3 4 / A 1 2 3 4. Estas series
se pueden complicar interviniendo más letras o números.
Tener claras las
metas. No cabe duda que cuando algo queremos de verdad y lo proponemos como
meta a conseguir, movilizamos todos los recursos que tenemos para tratar de
alcanzar esa meta. En la medida que tengamos más claras nuestras metas en el
estudio, más concentración tendremos para conseguirla.
Intercalar descansos.
El proceso de atención tiene una curva de manera que cuando se lleva un tiempo
decae. Por ello, es conveniente intercalar descansos para recuperar la concentración. Esos
tiempos de descanso pueden ser por cada hora u hora y media de estudio, unos
minutos de descanso –entre cinco y diez- .
Para sujetar la
imaginación lo que podemos hacer es utilizarla en el estudio: en vez de hacer
el esfuerzo de cambiar de pensamientos y empezar de nuevo cada vez que se nos
va, hay que poner la imaginación en cada tema de estudio. Si está con volcanes,
que se imagine cómo son, la lava que echan, etc. Eso ayuda también a que se
grabe mejor las lecciones.
5ª.- Dificultades en
la lectura
La lectura y su comprensión constituyen las herramientas de
trabajo de nuestro intelecto. Las dificultades que tengan nuestros hijos en la
lectura de inmediato se trasladarán en el aprendizaje.
Las dificultades en la lectura se caracterizan por:
• No tener la
suficiente velocidad lectora y comprensión de los textos que se leen. Tener que
volver a leer algo para enterarse del texto.
• Tener una
pobreza de vocabulario significativa que se nota en las dificultades que se
tienen para saber el significado de palabras de uso bastante habitual.
• Tener
dificultades en la expresión escrita para realizar textos con estructuras
correctas y claras.
• Tener
tendencia a postergar las tareas. Se siente un rechazo a la lectura como medio
de entretenimiento.
Si hay un problema más serio de fondo como puede ser la
dislexia habrá que acudir al especialista para su solución, pues no basta con
estudiar más.
Estrategias de intervención:
La habilidad lectora como cualquier otra habilidad se
desarrolla con el entrenamiento, es por ello que la primera tarea a realizar es
el ejercicio. Todos los días dedicar un tiempo a leer en voz alta para adquirir
una entonación correcta que ayuda a la comprensión. Volver
a repetir la lectura del mismo texto tratando de reducir el tiempo que se tarda
en leerlo sin que afecte a la correcta entonación.
Hacerse preguntas
sobre un texto leído acerca de las ideas más importantes que hay en el mismo.
Corrigiéndole los
defectos de lectura ayudándole a hacerse un cuadernito de vocabulario. Con ese
pequeño diccionario personal tendrá que hacer ejercicios con las palabras
desconocidas.
6ª.- Lagunas en las
materias. Falta base
Se caracteriza por:
Tener dificultades
en las materias en que sus contenidos tienen una gran conexión entre unas
partes y otras, p. e. las matemáticas. Es como una escalera con bastantes
peldaños entre los que se da una continuidad. De igual manera que si en una
escalera falta un escalón, no impide su utilización, pero cuando son varios
seguidos se hace imposible transitar por ella, así en una materia que falte un
escalón –conocimientos de unos contenidos previos- se puede superar con
atención especial. Pero cuando faltan varios escalones –es decir, áreas
importantes para proseguir estudios posteriores- es muy difícil avanzar en el
estudio adecuadamente.
No tener asimiladas
unas estructuras básicas de los contenidos de las diversas áreas, como
consecuencia de un estudio para salir del paso en cursos anteriores.
Estrategias de intervención:
Dedicación de un
tiempo especial a tratar de remediar esa laguna. Puede ser a través de un
hermano mayor, los padres o un profesor particular. Se entiende que esta ayuda
es complementaria a la marcha de las clases y por tanto, supeditada a éstas.
Potenciar las
técnicas de estudio, no tener las suficientes habilidades para estudiar suele
dejar lagunas en las materias que se han estudiado.
7ª.- Ansiedad ante
los exámenes
Se caracteriza por:
• Miedo a
suspender o por tener un exceso de responsabilidad que les lleva a angustiarse.
Suelen ser buenos estudiantes. Comienzan a estudiar y como salen con el gran
miedo a suspender, se angustian. Quizá tras un año de malas experiencias, de un
fracaso, de haber suspendido muchas... pierden la confianza en sí mismos y se
sienten agobiados.
• Tener en los
días previos y/o en la realización de los exámenes un nivel de ansiedad o
nerviosismo claramente por encima de lo normal. Hay que decir que los exámenes
son situaciones generadoras de ansiedad para todos, pero hay una parte del
alumnado que responde de manera sobredimensionada en este aspecto, teniendo un
efecto negativo para el rendimiento en los exámenes.
• La persona
tiene pensamientos negativos y catastrofistas sobre los resultados que va a
obtener. Anticipa que suspenderá, que no rinde, que se vendrá abajo....
• Tener una
activación de algunos sistemas fisiológicos de la persona, así en el sistema
digestivo se suele tener sensación de nudo en el estómago, duermen mal, le
sudan las manos, dificultades en poder desayunar porque se puede vomitar.....Aparece
tensión muscular en algunos miembros como brazos, espalda o piernas. Pueden
darse también palpitaciones.
• Presentar
movimientos o acciones automáticas que no puede controlar como comerse las
uñas, necesidad de mover la pierna, dar toquecitos con el bolígrafo en la
mesa...
Estrategias de intervención:
Es muy conveniente
que se le explique de manera didáctica qué es lo que le está pasando y que sepa
que tiene remedio lo que tanto le está afectando.
Explicarle que la
ansiedad se manifiesta en tres niveles de respuesta. El primero es a través de
los pensamientos negativos que tiene. El segundo a través de los sistemas
fisiológicos de la persona: sudoración, palpitaciones, nudo en el estómago, y
el tercer nivel se manifiesta a través de la necesidad de movimientos que
tiene, que le puede llevar hasta el abandono del examen.
Intervenir en los
tres niveles anteriores con distintas estrategias. Respecto de los
pensamientos, cortando los negativos y catastrofistas, centrando la atención en
lo que tengo que hacer aquí y ahora, no compararme con los demás en cuanto a lo
que tienen hecho del examen, etc. Respecto del segundo nivel fisiológico,
enseñando a nuestros hijos a relajarse. Es conveniente que practiquen algún
deporte, pues tiene un efecto relajador. En el tercer nivel conviene que nunca
abandonen el examen por mal que se puedan encontrar haciéndolo.
Todas estas estrategias requieren un entrenamiento y por
tanto, tiempo y perseverancia por delante para que se puedan notar los
resultados.
Fuente
Escuela de Padres
MEC
Ministerio de Educación de España