Comienza con características deseables de escuelas y alumnos
Nuestros niños viven bajo muchos ambientes organizados o semi organizados distintos (escuela, familia, comunidad, grupo de pares, etc.). Dos de tales contextos son educacionales per se: el Hogar/la Familia y la Escuela. Son dos de los más importantes ambientes educativos que influencian las metas escolares de nuestros niños. Mientras la familia consiste de un ambiente natural donde los niños aprenden por los modelos conductuales de sus miembros, la sala de clases representa un ambiente formal donde ellos aprenden el progreso cultural y científico mediante efectivas instrucciones.
Las altas calidades y excelencias educativas no dependen de una filosofía particular, ni de un razonamiento curricular específico. Requieren de muchas apropiadas, óptimas y variadas posibilidades educativas e instruccionales que permitan promover personalmente el logro de tales dominios.
Independientemente de posiciones filosóficas, teóricas o heurísticas, y de los nombres que las presentan, los buenos métodos educativos consideran de preferencia algunos de los factores/condiciones siguientes:
(a) dominio absoluto por parte del maestro de los objetivos y contenidos de la disciplina temática sobre la cual va a instruir y promover aprendizajes en sus alumnos,
(b) priorización, mezcla o análisis de la potencia genética y/o ambientes de aprendizajes implicados en las maneras de educar;
(c) poseer como alumno los intereses y motivaciones para estudiar y aprender eficientemente. Tener ganas de y por aprender, valorando la Educación como un proyecto vital esencial;
(d) poseer como alumno los requisitos necesarios para acceder a los aprendizajes y conocimientos que se están compartiendo con el curso;
(e) existencia de muy buenas relaciones humanas, sociales y personales entre el profesor y los alumnos, los alumnos entre ellos, los alumnos y sus padres. Lo precedente debe redundar en la aplicación de métodos donde tratarse bien, elevar la autoestima y las expectativas académicas, no parezcan ni sorpresivos, ni ausentes, ni imposibles;
(f) óptimo tiempo y práctica de la instrucción y el aprendizaje, ora en tiempos y espacios estándares del aula y la escuela, ora personales;
(g) aceptar e implementar variaciones metodológicas intra y extra escuela, para realizar pedagogía diferencial personalizada y acorde a las necesidades de aprendizaje de cada alumno; (h) realizar continuas evaluaciones diagnósticas, formativas y sumativas del progreso académico de nuestros alumnos.
Para luego ocuparse de la temática de la relación con los padres
(a) dominio absoluto por parte del maestro de los objetivos y contenidos de la disciplina temática sobre la cual va a instruir y promover aprendizajes en sus alumnos,
(b) priorización, mezcla o análisis de la potencia genética y/o ambientes de aprendizajes implicados en las maneras de educar;
(c) poseer como alumno los intereses y motivaciones para estudiar y aprender eficientemente. Tener ganas de y por aprender, valorando la Educación como un proyecto vital esencial;
(d) poseer como alumno los requisitos necesarios para acceder a los aprendizajes y conocimientos que se están compartiendo con el curso;
(e) existencia de muy buenas relaciones humanas, sociales y personales entre el profesor y los alumnos, los alumnos entre ellos, los alumnos y sus padres. Lo precedente debe redundar en la aplicación de métodos donde tratarse bien, elevar la autoestima y las expectativas académicas, no parezcan ni sorpresivos, ni ausentes, ni imposibles;
(f) óptimo tiempo y práctica de la instrucción y el aprendizaje, ora en tiempos y espacios estándares del aula y la escuela, ora personales;
(g) aceptar e implementar variaciones metodológicas intra y extra escuela, para realizar pedagogía diferencial personalizada y acorde a las necesidades de aprendizaje de cada alumno; (h) realizar continuas evaluaciones diagnósticas, formativas y sumativas del progreso académico de nuestros alumnos.
Para luego ocuparse de la temática de la relación con los padres
Resulta altamente posible lograr con los Padres de nuestros niños y, extra escuela- eficacias casi iguales a las de los mejores métodos instruccionales intra escuela.
Las posibilidades educativas que se pueden generar desde estas investigaciones, no se refieren únicamente a su replicación en diferentes niveles educativos, áreas, o NSE distintos; sino, principalmente a tener una mejor comprensión y proyección del potencial humano para el aprendizaje. Resulta muy deseable invitar seriamente a los padres, a compartir con los educadores profesionales la educación de sus hijos. Ellos tienden a percibir la educación de sus hijos como primera prioridad para el futuro de sus familias. Más aún, la gran mayoría de los padres desean llegar a convertirse en los primeros y más influyentes educadores de sus propios hijos. Por ello, la escuela debe considerar a los padres como legítimos socios que pueden ayudar especialmente con hacer sus hogares más funcionales, para luego promover, ayudar y reforzar tareas y aprendizajes escolares en el hogar.
Nuevas postulaciones de viejas teorías y problemas, o el diseño sintético de problemas nuevos, se requieren urgentemente para poder sobrellevar las pesadas demandas que la sociedad pide del sistema educativo formal. La alta excelencia educativa depende de tomar -preferentemente- a los niños en el momento oportuno (K-6º año básico, por ejemplo), y de combinar y hacerlos participar activamente de sistemas educativos (Escuela, Hogar/Familia, Comunidad, Grupo de Pares, etc.) eficientes, y con tiempo suficiente para que puedan disfrutar del aprendizaje.
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