jueves, 30 de junio de 2011

Dormir con el teléfono móvil

Los efectos que produce el teléfono móvil aun no se han estudiado con profundidad. Se trata de la aparición tecnológica que más rápidamente se universalizó, nada se opuso a su impresionante avance, entonces ¿Qué hacer? La siguiente nota trata sobre los efectos de dormir con el móvil.

Dormir con el móvil cerca es perjudicial para la salud emocional y física de los adolescentes

Dormir con el móvil cerca de la cama es perjudicial para la salud emocional y física de los adolescentes, según un Juan Romero, portavoz de Adicciones Digitales, quien afirma que, para evitar esta situación, "los padres deben tomar las medidas necesarias para controlar el uso de la tecnología durante la noche".
En su opinión, "es esencial mantener el ordenador, televisión y móvil fuera del alcance de los adolescentes mientras se supone que están durmiendo", ya que puede tener repercusiones para su salud ya que "no se descansa adecuadamente" y, por tanto, el cuerpo no hace las funciones que tiene que realizar durante la noche y el joven arrastrará cansancio crónico.
Además, conlleva consecuencias emocionales porque "están tan pendientes del móvil y de esa llamada perdida que si no la reciben se siente solos, aislados de su grupo social y empiezan a experimentar ansiedad". Esto se nota luego en su carácter y la forma de actuar durante el día.
Según Romero, existen otras consecuencias como un menor rendimiento escolar. "El adolescente que se pase media noche esperando un mensaje o que sea despertado a las cuatro de la madrugada no va a dormir adecuadamente y va a llegar al colegio cansado. Se dormirá en clase y es imposible que se entere de lo que se explica el profesor. El resultado se verá unas semanas después cuando lleguen los suspensos", advirtió.
A esta situación, a su juicio contribuye la dejadez de los padres, "porque les dejan hacer lo que les viene en gana porque no ven nada malo en que tengan el móvil toda la noche junto a ellos. Ni siquiera piensan que puedan mandar o recibir mensajes a las tres de la madrugada".
Actualmente, según los datos facilitados en la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de la Información y Comunicación en los hogares 2009 del Instituto Nacional de Estadística, dos millones y medio de niños españoles de entre diez y quince años, que son los que más afectados y perjudicados se pueden ver por estas situaciones, el 68,4 por ciento dispone de su propio teléfono móvil, "que generalmente usa a su antojo", recuerda Romero.
Además, calcula que sólo el 40 por ciento de los estudiantes españoles de entre 13 y 17 años apaga el móvil durante la noche. Esto no significa que el resto de los niños o jóvenes se pasen todas las noches enviando o recibiendo mensajes de forma regular, aunque muchos sí lo hacen.
Datos más concretos de un estudio financiado por la Oficina del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid y dirigido por María del Carmen García Galera en 2008, señalan que entre el nueve y el diez por ciento de los jóvenes de 13 y 14 años tiene el móvil encendido día y noche. Estas cifras suben hasta el 30 por ciento para los adolescentes de 15 y 16 años.
Adicciones Digitales acaba de iniciar una campaña para prevenir estas situaciones y ofrece un catálogo de consejos tanto en su web como en los lugares donde imparte sus charlas.

Fuente
ABChoy

miércoles, 22 de junio de 2011

Estudiar y saber

Estudiar saber

Vivimos en sociedades de grandes contradicciones, si bien se proclama en forma casi unánime un gran interés por la educación, la realidad nos muestra un rechazo por los aprendizajes. 

Aparenta ser muy tortuoso el camino que lleva a aprender significativamente, y todo queda en una cultura al servicio de lo inmediato, de lo superfluo.

Rescato a continuación un artículo, que fue pensado para otro contexto, pero sospecho que tiene validez para todos los hispanohablantes.

 

La invasión de los contenidos ligeros en plataformas antaño “sesudas” no es nueva. Lo novedoso es comprobar la voracidad del público para tragar

El filósofo José Antonio Marina define la hiperactividad cognitiva como «el deseo continuo de nueva información, el aburrimiento por cualquier información que dura más allá de un par de minutos, el zapping como estilo de vida ». Marina entronca el término en el universo de sms, «tweets», posts y correos electrónicos que circulan en Internet y la considera un veneno para el aprendizaje o, simplemente, para realizar tareas que exigen mantener la atención mucho tiempo seguido. En un salto de siglos, recuerda que los filósofos del Medievo ya encontraron un término para esta compulsión. La llamaron «Curiositas» en oposición a «Studiositas», que sería el «simple» (es un decir) afán de saber. Como casi todas las teorías de máximos, de blancos y negros, la categorización de Marina no puede entenderse absoluta, pero sí dibuja dos mundos a partir de los cuales podemos entender ciertos comportamientos cotidianos.

La distinción hecha por Marina sí que nos puede acercar válidamente a las dos formas con las que nos manejamos ante el proceso de conocer o saber de algo. La una es a borbotones, casi siempre con prisas. La otra con la pausa que requiere la digestión de un mensaje cuando es algo más que una frase hecha, el fragmento de una discusión o el último gol de tu futbolista favorito. No descubro nada recordando que la primera disposición es la más usual en esta época de consumos compulsivos y venta de momentos y sensaciones, tan fugaces como escasos y tan cortos. Por esa vía de poquitos somos capaces de tragar casi lo que sea. Abominaremos del programa que vive de una fingida discusión entre la reina de la ordinariez y la loba de turno que pasaba por allí, pero puede que seamos incapaces de no cambiar de canal antes de «disfrutar» de un minuto de griterío entre las sujetas de referencia. No debe ser casualidad el éxito de esos programas dedicados a empaquetar contenidos de otros programas (propios o ajenos) lo más llamativos posible. Y un repaso al panel de «Lo más visto» de cualquier versión digital de un periódico «serio» confirma la tendencia. Por honorables que se precien, en la lista de más demandados podrán comprobar que figuran detalles hasta ahora desconocidos de la hermana de la nuera del príncipe heredero de la Gran Bretaña, de la paternidad de Miguel Bosé o de los besos de Iker Casillas y (la periodista) Sara Carbonero. La invasión de los contenidos ligeros en plataformas antaño «sesudas» no es nueva. Lo novedoso es comprobar la voracidad del público para tragar con todo. Con todo lo que aparente inmediatez, exclusividad, secreto, privacidad… dando la espalda, entre otros, al análisis fundado de un periodismo formado (que todavía queda) o apoyado en los juicios de los sabios de cualquier materia (que también abundan, a Dios gracias). Dicen que el futuro del periodismo en papel va por ahí, pero si hacemos caso de las demandas del público busquemos otro paradigma con más sustento.

Apela Marina al valor de la «Studiositas» en tiempos en los que vendría a arrinconarse en espacios cada vez más reducidos. Como en el Medievo o antes en la Grecia clásica o la Roma predecadente, el estudio siempre se consideró una virtud y un camino hacia la excelencia personal. Antes porque pudo pasar por conveniente para la dirigencia que aquello a lo que llamamos cultura no estuviera popularizado, ahora porque la oferta de la «Curiositas» viene envuelta en una irresistible presentación que puede contra cualquier lectura o contemplación detenida, estos tiempos postmodernos, neo nihilistas, nos arrumban hacia lo inmediato y lo pasajero. Contra todo aquello con pretensión de permanencia. Un marco imposible para el pensamiento o la reflexión. Nada demasiado importante si no fuera porque las bases de la sociedad viable en 10 ó 20 años deberían estar fundadas en una mayor y mejor educación. Mucho de la «Studiositas» y lo justo de la «Curiositas». Tal que al revés que hoy.


Autor
JOSÉ MIGUEL GALARZA

Fuente
ABC Canarias

miércoles, 15 de junio de 2011

Posturas adecuadas para el uso de la computadora

Posturas adecuadas para el uso de la computadora

Vídeo animado, sin palabras, que explica cuál es la postura corporal conveniente, para el uso de una computadora.









miércoles, 8 de junio de 2011

El acceso recreativo a las computadoras daña los hábitos de lectura

Según una investigación de la Universidad de Gothenburg, en Suecia, este país y los EEUU son dos naciones donde el uso recreativo de computadoras por parte de los niños ha conducido a un deterioro de las habilidades lectoras. No obstante, la culpa no es de las máquinas, sino del tiempo que distraen de un uso verdaderamente educativo.
La profesora Mónica Rosén, del Departamento de Educación sueco, analizó las diferencias entre varios países a lo largo del tiempo a fin de explicar los cambios en la capacidad lectora de los niños de 9 y 10 años. En el marco de esta investigación, ella y sus colegas estudiaron los logros en lectura desde 1970. En este marco, Hungría, Italia, los EEUU y Suecia estuvieron incluídas en todas las comparaciones, pero mientras las habilidades lectoras mejoraron consistentemente en Italia y Hungría, desde 1991 cayeron rápidamente en los EEUU y en Suecia.

Durante este período, muchos factores del sistema educativo cambiaron, y también lo hizo la sociedad en general, así como lógicamente lo hicieron las actividades extraescolares. Los alumnos suecos y norteamericanos reportaron un gran aumento en el uso de computadoras durante su tiempo libre, mientras que no se informó de un cambio parecido en Italia o Hungría.

"Nuestro estudio muestra que la introducción de computadoras en el hogar ha cambiado los hábitos de los niños de tal modo que su capacidad lectora no se desarrolla con la misma profundidad que antes", afirma Mónica Rosén. "Comparando los países en función del tiempo, podemos ver una correlación negativa entre el cambio en logros de lectura y el cambio en los hábitos de uso recreativo de la computadora, lo que indica que la habilidad lectora decrece a medida que el uso recreativo de la computadora aumenta".

La investigación muestra que la frecuencia de lectura recreativa y el número de libros retirados de la biblioteca escolar caen a medida que aumenta el uso de la computadora. No es que las computadoras en sí mismas dañen las habilidades lectoras, sino que roban tiempo a la lectura por placer.


Fuente: Science Daily, EEUU.
Síntesis Educativa                                                                                                                

miércoles, 1 de junio de 2011

Un tercio de los niños se despiertan cansados

Un tercio de los niños se despiertan cansados

Uno de cada tres menores no duerme lo suficiente.
Un 15% de los niños no tiene horario para ir a dormir
Casi un 5% se duerme en clase más de tres veces a la semana.
Dormir es un factor básico en la salud de las personas, y más aún en los niños. Sorprendentemente un tercio de los menores de edad, no duerme lo suficiente; de hecho, ese tercio despierta cada mañana con sensación de cansancio. Según un estudio elaborado en la Comunidad Valenciana, y que se publica en la revista Anales de Pediatría, son muchos los niños que tienen una mala calidad del sueño.

Vamos a dormir toda la vida en función de cómo aprendamos a hacerlo de pequeños "Este trabajo, realizado a partir de 1.507 encuestas, indica que el 37,4% de menores de 6 a 8 años, el 25,3% de entre 9 y 11 años y el 31,8% de los de 12 a 15 años se levantan descansados una o ninguna vez a la semana. Los resultados desvelan además que el 4,26% se duerme en clase más de tres veces a la semana.

Gonzalo Pin Arboledas, autor principal de este estudio y médico en la Unidad Valenciana del Sueño del Hospital Quirón de Valencia, recuerda que "vamos a dormir toda nuestra vida en función de cómo aprendamos a hacerlo de pequeños". Por eso, asegura, "es necesario hacer hincapié en la educación sanitaria".

Los resultados muestran que entre el 76,1% y el 91,2% de los niños considera que tiene algún problema relacionado con el sueño y que el 53,9% de los de 12 a 15 años tienen pesadillas más de una vez por semana. Además, se levantan descansados una o ninguna vez a la semana el 37,4% (de 6 a 8 años), el 25,3% (de 9 a 11 años) y el 31,8% (de 12 a 15 años).

Déficit crónico de sueño

Los profesores afirman que el 4,26% de los escolares se duerme en clase más de tres veces a la semana, lo que prueba, según Gonzalo Pin, "que los niños tienen una calidad del sueño disminuida".

La sociedad transmite a los jóvenes que dormir es poco importante"Un 15% de la muestra no tiene un horario regular para irse a dormir durante los días en que van a clase. Según el investigador, "estos niños tan pequeños deciden ellos mismos cuándo irse a la cama. Vivimos en una sociedad de las 24 horas que transmite a los jóvenes que dormir es poco importante, cuando el sueño tiene mucha responsabilidad frente a la obesidad o el fracaso escolar".

En opinión de Gonzalo Pin, "la sociedad ha cambiado y es importante adaptar esos cambios sin olvidar la educación de los más jóvenes. Es necesario incrementar las medidas de educación y transmitir la importancia de las horas de sueño".

Las conclusiones de este estudio coinciden con las estadísticas de otros países occidentales y confirman que los niños poseen un déficit crónico de sueño debido a los malos hábitos adquiridos.


Fuente
20minutos.es

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