Lograr que el niño antes de que ingrese en la educación secundaria comprenda más allá de la lectura sintáctica de frases primarias como Mi mamá toma tomate, por ejemplo, es un trabajo de aprendizaje que ha de iniciarse prácticamente desde la cuna, a partir del año y medio de vida y reforzarse en Primaria.
Un trabajo que en los colegios de las Islas, primero, y en los institutos, después, parece que no se está realizando de forma adecuada, y tampoco está siendo alentado convenientemente en el ambiente familiar, a juzgar por los resultados del Informe PISA 2009 publicados esta misma semana, que han revelado para Canarias un rendimiento escolar por debajo de la media española y del promedio de los países de la OCDE.
"Cuando pensamos en la comprensión lectora", explica Isabel Luján, catedrática de Psicología Evolutiva de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), "lo hacemos con niños mayores, de 12 a 15 años, como a los que se encuesta para realizar el informe. Se hace una evaluación de un punto de llegada pero, en realidad, no se analiza cómo ha sido el proceso desde abajo. Porque los niños desde los 3 años se puede decir que ya tienen comprensión lectora, a su nivel, claro".
Y es desde entonces cuando se les debe motivar a la lectura para desarrollar esta competencia no sólo como conocimiento para lograr su lugar en el mundo sino, también, para proporcionarle el placer suficiente que, a su vez, hará el ahora difícil trabajo futuro de ir alimentando su gusto por los textos.
Pilares
Esa es la edad en la que los pequeños se inician con los libros, más copados por imágenes que por letras. "Con esos pictogramas el niño ya es capaz de comprender una secuencia. No todo es lúdico. Se trata de los pilares básicos para que pueda conseguir más tarde esa capacidad".
Rosa Marchena, profesora del Departamento de Educación de la ULPGC, doctora en Psicopedagogía e investigadora, rebaja la edad del primer contacto emocional con el libro. "Yo lo aconsejo a partir del año y medio. Y se puede hacer cuando, por ejemplo, lo llevamos a la cuna. Leer una frases es suficiente. De esta forma el bebé acaba asociando esta acción con la cercanía a los padres, un momento de tranquilidad en el que se le estimula, etc. Y a partir de entonces va a querer más de esos momentos".
Marchena propone que en todos los centros se coloque en lugar prominente la frase ya hecha célebre por el flamante Premio Nobel de Literatura: "Aprender a leer... es la cosa más importante que me ha pasado en la vida", toda una declaración de intenciones de la trascendencia que posee la lectura.
Y es que "para tener una buena comprensión lectora es imprescindible leer. No hay otro camino", afirma Belén Estupiñán, psicóloga y docente. "Es cierto que está habiendo muchas dificultades de comprensión en niños y adolescentes".
Los alumnos no son incompetentes, señala, sólo que la realidad no es especialmente motivante. "No cogen un texto por que para ellos no les hace falta, no lo necesitan. Estamos viviendo en una sociedad muy audiovisual en la que todo nos entra por los ojos y por los oídos".
Autora
CARMEN SANTANA
Fuente