lunes, 30 de agosto de 2010

Aprender y mejorar en habilidades sociales

Este artículo se encuentra íntimamente relacionado con otro titulado
Seguro que en muchas ocasiones los mayores (padres, abuelos...) le han dicho a un niño: "¿qué se dice?" (cuando llegan a un sitio o cuando se le regala algo...), "tú cuando llegues tienes que decir..." (para indicar que tiene que saludar...). Identifican estas situaciones ¿verdad? En realidad, la familia enseña habilidades sociales. Lo que ocurre es que, con el tiempo, esta preocupación de enseñar lo que vulgarmente llamamos buenos modales, se olvida, porque consideramos que el niño ya sabe comportarse en el entorno social al que pertenece y sabe desenvolverse. Eso es un error. Los mayores deben estar constantemente pendientes del comportamiento de los niños y dar pautas concretas y exactas de cómo deben comportarse con los compañeros, vecinos, resto de la familia, etc.
El presente artículo pretende dar pautas a los padres para enseñar o ayudar a transmitir a los niños qué son las habilidades sociales, tipos, características y cómo mejorar.
CONCEPTO
TIPOS DE HABILIDADES SOCIALES

ELEMENTOS DE LA CONDUCTA HABILIDOSA

Los tres elementos de la conducta habilidosa son:
. la mirada
. la distancia interpersonal
. la postura

La mirada
La forma en que miramos es muy importante cuando nos relacionamos con los demás. Debemos mirar a una persona a los ojos o a la zona superior de la cara (zona que rodea los ojos). Si miramos a quien hablamos o escuchamos conseguiremos mayor respuesta que si estamos mirando hacia otro lado. Esto es indicativo de que seguimos la conversación y de que nos interesa. Sin embargo hay que tener en cuenta que un exceso de contacto ocular muy fijo y continuo puede resultar molesto a nuestro interlocutor. Si retiramos la mirada estamos indicando desinterés, timidez, sumisión o sentimientos de superioridad.

Hay muchos y diferentes tipos de habilidades sociales.
Unas son muy fáciles de llevar a cabo:
HACER UN CUMPLIDO cuando te gusta algo de una persona.
PEDIR UN FAVOR cuando necesitas algo.
DECIR GRACIAS cuando te ayudan.
SALUDAR, decir las buenas horas.

Otras habilidades son más difíciles:
Pedir un CAMBIO DE COMPORTAMIENTO a otros.
DECIR NO a un amigo cuando nos pide un favor, de forma que no se enfade.
RESOLVER UN CONFLICTO, un problema.
TRATAR CON LOS ADULTOS.

Tener habilidades sociales significa saber comportarse en el entorno en que vivimos y definen la forma en que nos comportamos y lo que decimos cuando estamos con los demás. Hay buenas maneras y malas maneras de hablarle a la gente y de comportarnos con las personas. Al aprender las habilidades sociales aprendemos las buenas maneras de hacerlo. A los niños hay que decirles: "si tienes unas buenas habilidades sociales seguramente tendrás más amigos y amistades que alguien que no las tenga. Te llevarás mejor con los maestros, compañeros de clase o de juegos y con tus familiares".
"Los hijos y las habilidades sociales". Este último está más orientado a los jóvenes y adolescentes, mientras que en el presente artículo nos queremos centrar más en el inicio, en cómo dar a conocer a los hijos una habilidades sociales básicas que les permitan relacionarse mejor con las personas de su entorno, además de conocer qué son las habilidades sociales y si trabajarlas está al alcance de las familias.
TIPOS DE COMPORTAMIENTOS
 
Fuente
Escuela de Padres
MEC
Ministerio de Educación de España


Cuando los niños aprenden las habilidades sociales tienen que atender uno de los aspectos básicos más importantes, que es la diferencia entre varios tipos de comportamientos:
el comportamiento PASIVO
el comportamiento AGRESIVO
y un tipo especial de comportamiento o conducta que llamamos CONDUCTA ASERTIVA

Si una persona actúa de forma pasiva no se expresa a sí misma, se comporta como un ratón: deja que los demás niños le manden, le digan lo que tiene que hacer y no defiende sus derechos. Sus necesidades, opiniones o sentimientos son ignorados y, puede que los otros niños se aprovechen de él.

El comportamiento agresivo es el que se observa en los niños mandones, que meten miedo a los demás. Critican a los demás niños y los humillan, dejándolos en ridículo. Sólo se preocupan por conseguir lo que ellos quieren y cuando quieren. Rara vez se preocupan por los sentimientos de los demás y con frecuencia se meten en líos o peleas. Por su forma de ser tienen pocos amigos de verdad. Son los niños agresivos.

Queda, por último, dedicar unas líneas a la conducta ideal, la CONDUCTA ASERTIVA. La asertividad se refiere al hecho de comportarse tal y como uno es. Significa dejar que los demás sepan lo que sientes y lo que piensas de una forma que ofenda, pero que al mismo tiempo te permita expresarte.

También significa defender tus propios derechos e intentar siempre ser sincero, justo y honrado. La asertividad es solo una parte de las habilidades sociales, aquella que reúne las conductas y pensamientos que nos permiten defender los derechos de cada uno sin agredir ni ser agredido. Lo ideal sería que todos nosotros actuásemos de forma asertiva, ya que entonces pocas veces nos pelearíamos, perderíamos amigos o sentiríamos miedo de estar con los demás.
La distancia interpersonal 
Existen distintas zonas:
a) Distancia íntima (0-50 cm): en esta zona se sitúan las personas amadas y familiares.
b) Distancia personal (50-125 cm): es el espacio personal de cada uno, una especie de esfera protectora que nos gusta mantener entre nosotros y el resto de los individuos.
c) Distancia social (1,25-3,5 m): es la distancia que se mantiene para trabajar en equipo o en relaciones sociales ocasionales.
d) Distancia pública (más de 3,5 m): es la que nos gusta mantener con los desconocidos (por ejemplo al caminar por la calle).
Hay situaciones en las que no se respetan estas distancias. Si una persona se sitúa en un tipo de distancia que no le corresponde entonces nos sentimos incómodos. Esto se produce en los dos sentidos, tanto si un desconocido se sitúa en nuestra distancia personal como si una persona muy cercana (por ejemplo nuestro hermano, hermana, primo, etc.) se mantiene alejado de nosotros y evita el acercamiento.

La postura
La postura es la posición que adoptan los miembros (brazos y piernas) de una persona con respecto al cuerpo, lo cual influye en la relación con otros. La postura de nuestro cuerpo es algo que nuestro interlocutor percibe a simple vista y por tanto hay que cuidar. La inclinación de nuestro cuerpo hacia la persona con la que hablamos es una muestra de atención y acercamiento, mientras que estar echado hacia atrás en la silla indica desinterés o rechazo.

¡CRUZAR LOS BRAZOS ESTÁ PROHIBIDO! Tener los brazos cruzados se asocia con una actitud defensiva, mientras que la distensión y relajación de los brazos trasmite una actitud confiada. El mantener una conversación con alguien que tiene los brazos cruzados puede indicarnos que esa persona no pretende cambiar sus planteamientos.

sábado, 21 de agosto de 2010

Aprender a fracasar y a correr riesgos

Si quieres que tus hijos sientan la alegría del éxito en las tareas que emprendan, hay que alentarles a que aprendan a asumir el fracaso, que descubran que antes de hacerse realidad un objetivo, lo normal es que haya muchos intentos fallidos, hay pues que aprender a fracasar y, de hecho, a fracasar muchas veces, aunque sea doloroso.

Aquí la distinción importante es la diferencia que hay entre fracasar en una tarea y ser un fracaso como persona. Hemos de enseñar a nuestros hijos a distinguir lo que son, de las realizaciones que pueden realizar. Toda persona por el hecho de serlo tiene una valía en si misma, tiene un valor intocable, intrínseco, que no depende de nada ni de nadie dicho valor, sino que deriva de si mismo. Por otra parte, cada uno de nosotros como seres activos que somos, realizamos cosas, actos, tareas... que con frecuencia son un fracaso, son mediocres, y no alcanzan la eficiencia y calidad adecuadas. Confundir lo que hago con lo que soy es incorrecto y lleva a tener una autoestima baja cuando son frecuentes en la persona los fracasos. Por ello, hemos de insistir en el trato con los hijos que nosotros los queremos porque "son" porque los hemos puesto en la existencia, al margen de que consigan grandes éxitos o fracasos. Hemos de luchar contra la tendencia frecuente que tenemos a etiquetar a las personas, ignorando el valor intrínseco que tiene cada ser humano.

La gente que tiene miedo al fracaso por lo general, está bastante obsesionada por los logros. Tiende a evaluar su valor personal en función de los logros conseguidos.
De los fracasos se aprende qué obstáculos se han de evitar en el camino futuro. Aprendemos a través de la experiencia, ella nos sirve para anticipar lo que puede pasarnos en el futuro por el fracaso que hemos tenido en el presente. La persona que rehúye el fracaso se quedará lamentándolo en el camino o, peor aún, empezará por quedarse fuera de él.

Cuanto más inculquemos el logro a expensas de la satisfacción interior, les estaremos privando de aprender de los fracasos. Cuando un periodista le preguntó a THOMAS EDISON cómo se sentía al haber fracasado 25.000 veces en el esfuerzo de crear una batería acumuladora, la respuesta fue: "No sé por qué les llama fracasos. Hoy conozco 25.000 maneras de no hacer una batería. ¿Cuántas conoce Ud.?".

Si enseñamos a nuestros hijos a perseguir los logros e ignorar la satisfacción interior, estaremos enseñándoles a estar más pendientes de las opiniones de los demás que a encontrarse a gusto consigo mismo.

Nuestro concepto de seguridad en el mundo occidental se confunde con demasiada frecuencia con el dinero, un trabajo, un diploma, etc. Todos ellos son factores externos, incapaces de proporcionar seguridad a nadie. La seguridad externa es un mito, pues los supuestos en los que se basa fluctúan según cierto número de variables sobre las que tú, como individuo, no tienes ningún control. Nosotros no controlamos la decisiones que toman los demás, cómo ven las cosas y acontecimientos los otros...Por tanto, nuestra seguridad no puede estar fundamentada en los demás, en lo externo.

Hay una clase distinta de seguridad que, si la alcanzas y enseñas a tus hijos, eliminarás cualquier obsesión con la seguridad, es la seguridad interior, ese sentimiento de tener fe en que uno será capaz de afrontar las situaciones, la voluntad de confiar en uno mismo, de saber que la única seguridad verdadera está en nuestro propio interior.

A HENRY FORD que durante su vida amasó una gran fortuna, se le atribuyen estas palabras: "Si el dinero es tu esperanza de independencia, nunca la tendrás. La única seguridad verdadera que un hombre puede tener en este mundo es una reserva de conocimientos, experiencia y capacidad".

Cuando se ha fomentado en nuestros hijos la confianza en sí mismos, tendrán una buena disposición para correr riesgos en lugar de temerlos, y generará una seguridad interior. Correr riesgos no tiene que equivaler a una decisión de vida o muerte. Significa seguir los propios impulsos interiores y no convertirse en un borrego. Lo opuesto al coraje no es tanto el temor sino la conformidad. Limitarse a ser como todos, y a hacer en principio lo que dicen los demás. Ello implica:
Aprender a evitar la vía del menor esfuerzo. La realidad es resistente al cambio. Realizar nuestros proyectos implica una lucha tenaz y perseverante hasta llevarlos a término.
Probar cosas que quizá parezcan difíciles sin tener miedo de lo que pensarán los otros. Los que están a nuestro lado frecuentemente nos susurraran que para qué complicarnos la vida.
Defender las cosas en las que uno cree, en vez de experimentar miedo a que se rían de uno o que los demás nos intimiden. Decía ANDREW JACKSON: "Un hombre que tenga coraje hace mayoría".
Procurar evitar todos los rótulos para ti y para tus hijos. Decía KIERKEGAARD: "Una vez que me has catalogado, me has negado". Animar a cada chico a que sea primero una persona, un líder, y no un seguidor. Enseñarles con el ejemplo y la palabra que no hay que ser esclavo de las modas o las costumbres. Que no se sientan atados a las modas, ni que se consideren "fuera de onda" si no hacen caso de las tendencias del momento pasajeras. Convencerlos de la importancia de elegir su propia ropa según sus deseos reales, no en virtud de lo que hagan los demás.
Que entiendan que hemos de tener una mente abierta, amplia, en la que caben muchas perspectivas y que vale la pena intentar realizarlas. Cuando los chicos discuten entre ellos, hacerles ver que en toda situación es poliédrica y tiene varias caras.
Reforzar positivamente todos los sueños y objetivos que tengan tus hijos, sin que importe lo imposible que pueda parecerte. El chaval que dice que quiere ser médico, pero que obtiene calificaciones bajas, no necesita una disertación realista por no tener notas más altas. En cambio apóyalo con comentarios como: "Esfuérzate por ello", "¿Por qué no? Nunca es tarde para ninguna cosa", "Estoy seguro que si te empeñas, puedes conseguir cualquier cosa que realmente desees".
No desanimar porque apunten alto. Nuestra tarea no es cortar alas, sino enseñar a volar, y el lanzarse para hacerlo cuesta porque se pierde la seguridad del nido. Lo peor que podría pasar es que tuviera que replantearse sus objetivos al encontrarse con las dificultades. Los chavales necesitan saber que las palabras "es imposible" no forman parte de tu vocabulario, y que les apoyarás en sus sueños por elevados que puedan parecerte en ese momento. No les "pinchemos el globo".
Animar a los chavales de todas las edades a que intente de vez en cuando cosas difíciles. Elógiales por intentar cosas difíciles, al margen del resultado. Además demuéstrales que tú también estás dispuesto a intentar cosas difíciles en la vida, y que no te arredras ante situaciones complicadas.
Tener presente que la tarea de los padres consiste en enseñar a los hijos a ser sus propios padres. Apoyarlos para que lleguen a ser independientes y aprendan a pensar por sí mismos.
Procurar que no idolatren el dinero. Inculcar valores interiores, en vez de preguntar por cuanto cuesta o insistir en lo que pagaste por tal cosa. La gente acostumbrada a pensar en el dinero y a valorar la vida en términos monetarios, difícilmente piensa en otra cosa.
Errores los cometemos todos. La diferencia es que unos sacan de ellos enseñanza para el futuro y humildad, mientras que otros sólo obtienen amargura y pesimismo. El éxito, volvemos a repetir, está en la capacidad de superar los tropiezos con deportividad. El mayor de los fracasos suele ser dejar de hacer las cosas por miedo a fracasar.
Reconocer los errores. Una de las cosas más difíciles de aprender es a equivocarse. No me refiero al hecho en sí de fallar, de cometer un error, que eso es muy fácil. Hablo de equivocarse y no venirse abajo, de saber reconocer un error sin sentirse terriblemente humillado. Debemos aprender a darnos cuenta de que no es una tragedia equivocarse, puesto que la calidad humana no está en no fallar, sino en saber reponerse de esos errores.


Fuente
Escuela de Padres
MEC
Ministerio de Educación de España

jueves, 12 de agosto de 2010

Familia y rendimiento escolar


¿Qué hacer desde la familia, por el rendimiento escolar? Familia y Rendimiento Escolar
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Familia y Rendimiento Escolar Con sus hijos Las acciones de los padres determinan fuertemente las posibilidades de obtener un buen rendimiento escolar. Con los compañeros de sus hijos Los compañeros de nuestros hijos influyen notablemente en ellos, es necesario ser cuidadosos con este tema. Con la Escuela La escuela no es un depósito, necesita para su mejor funcionamiento, del compromiso de todos los involucrados. Con el Sistema Educativo La educación es un derecho, y con ello la calidad y equidad. Es necesario reclamar que cada escuela tenga lo necesario para cumplir con su misión. www.edusanluis.com.ar
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Con sus hijos Ayuda al rendimiento escolar El conocimiento y la aceptación de si mismo. El respeto por los demás La honestidad y la búsqueda de la verdad. El no tener miedo al fracaso. El valorar al ser, y no al tener. www.edusanluis.com.ar








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Con sus hijos Desarrollar hábitos de estudio Valorar la importancia de los aprendizajes. Uso adecuado del tiempo. Responsabilidad Desarrollar actitudes de responsabilización por sus aprendizajes y por sus actividades. Autocontrol Apender a privilegiar a lo que le conviene, dejando de lado todo lo que le atrae momentaneamente. www.edusanluis.com.ar
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Con sus hijos Hábitos de lectura Desarrollar el interés por la lectura, y convertirla en una actividad cotidiana. Evitar el sedentarismo Realizar actividades físicas en forma cotidiana, como parte de su forma de vivir. Alimentación adecuada Para lograr un buen rendimiento escolar, es necesario el aporte de una buena alimentación, evitando trastornos provocados por la mala alimentación, como el sobrepeso o la anorexia.. www.edusanluis.com.ar
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Con sus hijos La televisión La televisión ocupa un lugar central en la vida moderna, y es en si misma un fuerte obstáculo para el logro de un buen rendimiento escolar. No solamente porque ocupa mucho del tiempo de los menores, estimula un consumismo estéril, y promueve la violencia, sino por los valores que pregona, la televisión es: Fama a cualquier precio Poder a cualquier precio Dinero a cualquier precio Debemos usar del aparato de TV con fines determinados, y bajo la supervisión de los adultos. Los padres son responsables del abuso en el uso de la TV. www.edusanluis.com.ar
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Con sus hijos Las adicciones La posmodernidad se presenta con cara divertida. Es imperioso para los jóvenes obtener diversión “aquí y ahora”, siendo este mandato una puerta para el ingreso a todo tipo de adicciones, que entre sus perjucios se encuentra el deterioro del rendimiento escolar. Las adicciones más extendidas son el alcoholismo y el tabaquismo. www.edusanluis.com.ar
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Con los compañeros de sus hijos El “Efecto compañero” Los niños y los adolescentes aprenden de ellos mismos. Ejercen en el grupo una notable influencia, por lo que cualquier acción educativa sobre los compañeros de nuestros hijos redundará luego sobre nuestros hijos. Es beneficioso que los padres formen una comunidad, ya que comparten los objetivos, y para ello es necesario que la escuela esté cerca, para que esa proximidad favorezca los lazos cooperativos www.edusanluis.com.ar
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Con la Escuela Participación democrática La democracia no se aprende como una materia más, sino con su práctica, el involucramiento familar, desde su posición, supone una nueva instancia de participación democrática. Evaluar todo, para mejorar La familia puede participar activamente en las distintas evaluaciones sobre la escuela, para obtener mejoras. Acompañar proyectos especiales Es conveniente el apoyo a los proyectos educativos específicos de cada establecimiento, para que ellos tengan mejores oportunidades de tener éxito. www.edusanluis.com.ar
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Con la Escuela Participar en la definición de Calidad Educativa Cada comunidad educativa tiene su visión del significado de “Calidad Educativa”, y resulta indispensable, la participación de los padres para fijar criterios.. Estar presente en la escuela La escuela lleva a cabo numerosas actividades, siempre hay una oportunidad para estar presente en ellas. Interactuar Para dar la importancia que tiene, en el futuro de las nuevas generaciones, es preciso interactuar con los demás integrantes de la comunidad educativa, en especial con otros padres. www.edusanluis.com.ar
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Con el Sistema Educativo Equidad Educativa Un sistema tiene equidad, cuando todos los alumnos pueden tomar todos los servicios educativos, utilizando la misma cantidad de tiempo. Para ello, el sistema debe proveer los elementos materiales y humanos, para que las escuelas puedan cumplir esta misión. Las familias, en su rol de ciudadanos, deben reclamar este derecho. Calidad Educativa Una vez definida la idea de Calidad Educativa, en el seno de la comunidaad escolar, debe reclamarse al Estado, la provisión de los recursos necesarios. Cercanía Los ciudadanos tenemos el derecho de exigir que todas las escuelas tengan un nivel equivalente, en lo que a Calidad Educativa se refiere. En este contexto, resulta conveniente que la escuela resulte accesible, cercana, a la familia. www.edusanluis.com.ar
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12 Créditos Autor Alberto Christin Bouchet achristin@gmail.com www.edusanluis.com.ar Villa Mercedes San Luis República Argentina www.edusanluis.com.

martes, 3 de agosto de 2010

El papel de los abuelos en la familia actual

La integración de los abuelos a la vida familiar suele tener un papel diferente al de los padres. Hay muchos casos en los que los abuelos sustituyen "abusivamente" a los padres haciendo de "canguros". Para los padres "sale más económico y los hijos estarán bien cuidados". Para los abuelos, las ganas de quedar bien y el miedo a que "si no se hacen cargo de los nietos después no se los dejarán ver".

Una de las principales preocupaciones de los padres es dejar a sus hijos bien cuidados cuando ellos se van al trabajo o faltan de casa. Se puede elegir una guardería, un canguro o incluso los abuelos. La decisión ha de ser tomada con cautela y seguridad. La psicóloga clínica Lourdes Mantilla Fernández en su artículo "Mamás que trabajan" nos invita a plantearnos las siguientes cuestiones que ayudan a tomar una decisión más acertada:

Hay que realizar una introducción progresiva de esa nueva persona (familiar, canguro, etcétera) o institución (guardería, escuela…) en la vida del niño.
Hay que mostrar una total confianza hacia esa elección para que, tanto el niño como la madre, estén absolutamente tranquilos.
Si es posible, conviene mantener los mismos hábitos que se seguían hasta que se ha producido el cambio: horarios, comidas, tiempo de parque...


    Los padres deben transmitir a los hijos una buena y sana estima por los abuelos, no percibir su relación como meros ayudantes sino como elementos insustituibles en el proceso de formación de los niños, merecedores de respeto y amor, y olvidando el lema de que las personas valen en la medida en que son "utilizables".

   La convivencia con los abuelos habría que plantearla como un hecho positivo y entusiástico, como forma de dar afecto a unas personas que lo necesitan, pero no como un acto de compasión.

Todos los padres que han tenido que recurrir a dejar los hijos con los abuelos o alguna otra fórmula (guardería, canguro, etc.), han sentido una sensación de culpabilidad y descontento por no dedicar todo el tiempo que quisieran a los hijos y porque quieren controlar lo más posible el desarrollo de los chicos. La realidad y la experiencia hace caer en la cuenta de que es imposible llevar un control absoluto tanto del trabajo como de los hijos, la pareja, la casa, los amigos, etc. Por eso es necesario aliviar responsabilidades y evitar tensiones para sentirnos mejor. Para conseguirlo desde el principio y antes de que aparezcan estos sentimientos y las posibles frustraciones es importante:


Dejar de lado la idea de superwoman o superman: nadie puede ser una madre o padre ejemplar, una esposa o esposo ideal y un excelente trabajador.
Si los padres se tienen que ausentar del hogar por razones de trabajo han de permitirse dejar en manos de personas de confianza el cuidado de sus hijos.
Antes que unos padres frustrados, tensos o deprimidos, los hijos necesitan de unos padres afectuosos e interesados por su desarrollo.
Abandonar el sentimiento de culpabilidad: en el contacto con nuestros hijos se cumple una vez más el principio de que no es tan importante la cantidad de tiempo que pasemos con ellos, como la calidad del mismo.


  Debemos asumir también que la relación con los abuelos puede ser difícil. En la vida hay algunos aspectos ásperos que se ponen más de manifiesto en la vejez y saber admitirlo es una manera de aceptar la realidad y prepararse para vivirla. Los abuelos nos acercan al sufrimiento y a la vez la posibilidad de no dramatizarlo.

   Según el psiquiatra Joan Corbella "una contingencia cada vez menos valorada educativamente es la necesidad de dar a los hijos mecanismos para aprender a tolerar frustraciones y a darse cuenta de que, en el transcurso de la vida, se encontrarán con gran cantidad de imponderables que ellos no podrán controlar y que deberán aceptar. Entre una actitud paterna que querría evitar a sus hijos todo tipo de sufrimientos y otra que pretende programar algunas frustraciones para que el niño vaya aprendiendo a tolerarlas, acontecen a lo largo de una vida, y entre ellas, las enfermedades y defunciones de las personas queridas pueden ser de un valor incomparable".

   Pero aparte de estos aspectos debemos considerar que el papel de los abuelos en nuestra sociedad actual puede generar "celos" en los padres de que les quieran más que a ellos, o que les eduquen a su manera, o que se "entrometan" en sus vidas.

    Estos son temores comprensibles cuando son los abuelos quienes pasan más tiempo con los niños, debido a los horarios y obligaciones profesionales de los padres. Hay ocasiones en que se produce una "competitividad" entre abuelos y padres. Estos últimos se hacen preguntas del tipo: ¿habrá comido lo suficiente?, ¿se echó la siesta a su hora?, ¿nos echó de menos?, etc.

  En nuestra cultura de familias compuestas sólo de padres e hijos cada nueva generación busca sus propios valores de manera solitaria. Sin la experiencia y fuente de valores culturales que aportarían los abuelos, las familias jóvenes pueden sentirse ansiosas e inseguras. A veces dejar al niño con un pariente cercano puede generar tensiones, en cambio curiosamente con algún extraño es más fácil de llevar. Este efecto se produce por el tema anteriormente tratado de los "celos" y es más frecuente en las abuelas. Sin embargo, los abuelos son ajenos al conflicto edípico inmediato, no tienen necesidad de ser autoritarios, pueden ser indulgentes y afables.

   Conviene que las dos generaciones se pongan de acuerdo respecto a las pautas fundamentales. En el caso de las abuelas son muchas las que buscan la manera de ser importantes para sus nietos y útiles a sus propios hijos. Aquí tenemos algunas formas adecuadas de empezar:


a) Defienda la preeminencia de su papel: consiga que su papel merezca la confianza de los padres y la aprobación del niño. Así resultará útil a ambas generaciones.

b) Ofrézcase para atender a los niños regularmente y cuando lo necesiten. Puede hacerse cargo de los niños para que no vayan a la guardería o en otro caso, atenderlos los domingos después del almuerzo o los sábados por la noche. Los padres se lo agradecerán.

c) Busque el pretexto y la forma de organizar reuniones los días festivos. Los recuerdos de los gratos momentos de contacto con la familia serán perdurables. Desoiga las objeciones e inconvenientes de sus hijos y diga "os esperamos".

d) No halague a sus nietos sólo en las reuniones familiares. Regáleles algún juguete aunque no sean fechas clave (navidad, etc.) Lléveselos al parque, al cine. Busque tiempo para hablar con cada uno de ellos. Hábleles de sus padres cuando tenían su edad.

e) Nunca les diga a sus hijos cómo deben proceder en presencia de sus nietos.

f) Sea un remanso de paz y estabilidad para ambas generaciones. Esto significa que a veces debe mantener la boca cerrada. Deje que recurran a usted y prodíguese en dar consuelo, experiencia y amor familiar, para así proporcionar estabilidad a todos los miembros de la familia.

g) No importune a los pequeños, para evitar que le rehuyan.

h) Y si vive lejos, manténgase en contacto: llame por teléfono, haga visitas regularmente por cortos periodos, manténgase al corriente de los gustos de cada uno de sus nietos, etc.



   En general, podemos afirmar que los abuelos (tanto hombres como mujeres) son un testimonio de las diferencias generacionales, pero aunque ya hemos hablado de su importancia en el proceso de maduración de los niños, también debemos mencionar que hay veces que esta posibilidad se ve limitada por la actitud de los propios abuelos.

   Hay personas mayores que no aceptan su condición y luchan contra el tiempo. Hay abuelos rígidos y gruñones que quieren enseñar riñendo y criticando la conducta de los nietos. Hay abuelos que no se dejan querer provocando conflictos y tensiones. En resumen, hay mayores que con su actitud favorecen su marginación, pero en cualquier caso, siempre resulta aconsejable esforzarse al máximo tanto de una parte como de la otra. Los abuelos deben hacer un esfuerzo por integrarse en la vida familiar de los hijos y nietos.

 Ser viejo es una realidad, no un derecho que permite manipular a los otros, del mismo modo que los jóvenes no tienen derecho a manipular a los viejos. Los abuelos jubilados pueden dar al hijo un testimonio de relativización que todos necesitamos para trascender a lo que se hace. El ejemplo de quién es, más allá de sus actos y rendimiento, ayuda a valorar a la persona como tal, hecho que no es fácil encontrar en el contexto de valores que se pretende inculcar actualmente a los niños y a los jóvenes.

   En resumen y como conclusión debemos quedarnos con estas ideas importantes:
1. Los abuelos de hoy día han cambiado. Es verdad que están más dispuestos a ayudar a los hijos para cuidar a los nietos pero también reclaman una libertad y autonomía que hasta la fecha les ha faltado y el bienestar de la sociedad actual les proporciona.
2. La relación y el contacto con los abuelos siguen siendo muy enriquecedoras para los niños.
3. Los abuelos representan la memoria histórica y los orígenes de la familia.
4. Los abuelos transmiten el testimonio de otras épocas, la continuidad generacional, la pertenencia a un árbol familiar, aspectos fundamentales para el desarrollo psicológico de los niños.
5. Contar con la ayuda y participación de los abuelos en la educación de los hijos aporta ventajas a todos:
los abuelos se sienten más útiles y valorados,
los padres más tranquilos y,
los nietos encantados.
6. Los abuelos suponen un complemento a la educación que los hijos reciben de sus padres.


 


Fuente

Escuela de Padres

MEC

Ministerio de Educación de España


 

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