martes, 29 de mayo de 2012

Cómo evitar las malas notas a tiempo

Buenas notas ¡Todos las queremos! Pero no siempre esto sucede ¿Qué podemos hacer? ¿Se trata de algo inevitable? Los siguientes párrafos constituyen un aporte, para nuestras reflexiones sobre un tema tan importante en las familias.

 


 


Cómo motivar y enseñar a los niños a estudiar en casa

Al inicio de un nuevo curso, después de unas merecidas vacaciones, todos tenemos las mejores intenciones para sacar buenas notas. Con voluntad podemos hacer todo lo que nos propongamos, pero después llega lo difícil, mantener el horario y encontrar tiempo para todo. Y para no toparnos con sorpresas desagradables a última hora, hay que saber prepararse bien, desde un principio, para que el tiempo empleado en el estudio luzca en las notas. La psicopedagoga María Concepción Luengo del Pino nos enseña a poner remedio a tiempo para evitar las malas notas a final de curso.

Consejos para evitar las malas notas de los niños

Es frecuente escuchar a los niños decir: ¡Yo es que no valgo para estudiar! ¡No me da tiempo! ¡A mí nunca me han gustado las matemáticas! Pero ellos se dan cuenta, al hacerles reflexionar, que hay cosas que no van bien. Hay niños que se ponen, con toda su voluntad, a las seis de la tarde a estudiar y cuando se dan cuenta son las nueve de la noche, sólo han hecho una cosa y su madre les llama para cenar. Se han pasado toda la tarde sin enterarse y aún están todos los deberes por hacer.

Otras frases comunes son también: ¡Me he quedado en blanco en el examen! Llevo dos días intensivos de estudio y ahora no me acuerdo de nada. O bien, ¡es que a mi hijo no le gusta estudiar, no es capaz ni de sentarse a trabajar. Se pasa la tarde frente al televisor o en el ordenador. ¡No se que hacer con él!

Todos conocemos o, al menos nos suena, la teoría de las técnicas de estudio: cómo nos debemos sentar ante una mesa para estudiar (rectos, cómodos), rodeados del ambiente adecuado (luz, temperatura y silencio), el control del tiempo, cómo hacer resúmenes, esquemas, etc.

Aprender a estudiar en casa, los deberes de los niños

Desde muy pequeños, debemos educar a los niños en esta disciplina y en el estudio. En Primaria, los alumnos pueden ir más o menos bien, pero luego en Secundaria, pinchan la mayoría. Y no me refiero a que suspendan, sino que empiezan a sufrir y a luchar por intentar sacar los estudios de cualquier forma, cuando esto se debe aprender y educar desde el principio y, además, desde casa. Y digo desde casa, porque ésta no es responsabilidad del colegio. El profesorado ya sabe de memoria cómo hay que estudiar y lo explican en las clases todos los años, pero luego hay que ponerlo en práctica con el apoyo y la guía de la familia.

Regularidad y disciplina en el estudio de los niños

Cuando se llega a casa por las tardes, hay tiempo para merendar, para hablar de cómo ha ido el colegio, con los amigos, con los profesores, para comentar las anécdotas nuevas... y a las seis de la tarde nos ponemos a trabajar. Para esto no hay discusión. Todos tenemos responsabilidades y debemos cumplir con ellas. Si al principio cuesta, se puede poner un sistema de premios por acuerdos conseguidos. Se debe empezar con los niños pequeños dedicando una hora todos los días para leer un cuento, hacer un dibujo, aprender a hacer puzzles, a recortar o a hacer los nudos de los zapatos.

Al principio, significará tener que ponernos todos los días con ellos sin excepción. Con el tiempo, veremos cómo podemos ir dejándolos a ellos solos porque habrán adoptado esa costumbre de ponerse todos los días a trabajar. Si nos ha sobrado tiempo, podremos jugar, ver un poco de televisión o jugar con el ordenador (siempre controlando el tiempo) y en este orden: primero trabajo y luego distracción. Hay padres que se quejan porque para merendar se ponen la televisión y luego no hay forma de que la apaguen y se pongan a estudiar. En este entrenamiento, para conseguir el hábito de estudio, hay que ponerse serios desde el principio y hacerlo bien (para comer no necesitamos la televisión).

¿Cuanto tiempo deben dedicar los niños al estudio?

Cuando los niños tienen entre 7 y 8 años, podemos introducirles en el concepto del tiempo de estudio. Para evitar el ejemplo anterior, el niño que se pasa la tarde delante de los libros y no ha terminado los deberes, hay que practicar con el reloj y los horarios. Una idea es empezar a hacer un crucigrama al día. El primer día controlamos lo que tarda (pongamos diez minutos) y, a partir de ese día, le proponemos intentar ganarse a sí mismo y superar su propio record (9-8-7 minutos).

El objetivo de este sistema no es agobiarles con el tiempo, sino comprender que cuando nos ponemos un tiempo, las cosas cunden de una manera más eficiente. Así, cuanto antes terminen, más tiempo tendrán para jugar después. Esto les sirve de calentamiento para luego pasar a otra actividad. Leer todos los días, al menos quince minutos, y también con buen ritmo es otro buen ejercicio. Cuando ya van siendo mayores, el crucigrama se puede sustituir por algún ejercicio sencillo o alguna asignatura fácil y breve, para luego pasar a la asignatura que más les cueste o que tenga más trabajo para el día siguiente. No podemos dejarlo para el final, ya que siempre habrá alguna excusa para no hacerlo (ya estoy cansado, no me apetece, mejor que me lo expliques mañana....).

Primero, se estudia y luego, se hacen los ejercicios

Los niños se acostumbren a hacer los deberes (solo los ejercicios que les ponen en clase) todos los días y creen que con eso ya han cumplido. Esto no vale. Primero, se debe estudiar la pregunta y, luego, se hacen los ejercicios. Si un niño está atento en clase a la explicación (1º), lo estudia en casa (2º), lo aprende (3º), hace ejercicios (4º), los corrige en clase (5º), hace resumen o esquema (6º) y repasa las preguntas cada cierto tiempo (7º) hasta el día del control. ¿Cómo no se va a saber la lección para el día del examen después de, al menos, repasar 7 veces la misma pregunta? Claro que si no está atento en clase, no hace los deberes ni estudia el día antes del examen, ya sabemos lo que saldrá.

Todo se consigue con esfuerzo

Cuando empezamos a educar a los hijos, debemos tener claro que buscamos lo mejor para ellos y, en esta vida, las cosas se consiguen con esfuerzo. Esta es la disciplina que queremos enseñarles y tenemos que razonar con ellos: todos estamos cansados, pero ellos tienen su trabajo por la tarde, igual que nosotros con cenas, plancha, ayudar con sus deberes... y lo hacemos con gusto. Al final del día, una vez hemos realizado nuestras tareas, podremos descansar. Así, nos acostaremos con la satisfacción del deber cumplido.





Autora 

María Concepción Luengo de Pino
Psicopedagoga
Orientadora escolar
Colaboradora de GuiaInfantil.com





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lunes, 21 de mayo de 2012

Educar en valores. La amistad

En toda experiencia de vida los amigos ocupan un lugar central ¿Se aprende a ser buen amigo? ¿A partir de qué momento? ¿Qué actitudes hay que desarrollar? Seguramente la capacidad para entablar relaciones de amistad nos ayuda a convivir en la escuela y a lograr el éxito buscado.




Cómo los niños pueden aprender a ser amigos
Valores
La amistad es uno de los valores más importantes a desarrollar en la educación de los niños. Se trata del afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece mediante las interrelaciones entre los seres humanos.

Para que el niño aprenda sobre el valor de la amistad es necesario formarle con nociones, conocimientos, habilidades, emociones, vivencias, sentimientos, y que le preparemos para vivir con armonía y respeto.

El valor de la amistad en los niños. Aprender a ser amigo
Los niños deben saber quién es un buen amigo y por qué, cómo se comportan los buenos amigos, y cómo mantener una buena amistad. Deben aprender que un buen amigo puede ser para siempre, y que para eso es necesario cultivar y alimentar la amistad, día tras día, en la escuela, en el parque, en la vecindad, etc. El contacto con los iguales hace con que el universo del niño sea aún más grandioso y rico. A través del otro, él puede aprender mucho de todo y de sí mismo.

El niño puede aprender a ser amigo
- Busca la conciliación y no se pelea con sus compañeros
- Comparte sus juguetes con los demás niños
- Conversa y atiende a los demás
- Ayuda a un compañero que ha hecho algo malo explicándole lo incorrecto de su actuación
- Se preocupa por sus compañeros
- Se esfuerza por hacer algo útil en beneficio de los amigos
- Anima al compañero o amigo que esté triste
- Se alegra con los logros positivos de los demás
- Invita a sus amigos a jugar en su casa
- Se preocupa por algún amigo herido o enfermo
- Demuestra afecto y cariño a sus amigos



Fuente
Guia infantil.com

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domingo, 13 de mayo de 2012

Adaptación a la escuela

La influencia de las familias en el entorno escolar es innegable, y eso sucede en todos los momentos, pero particularmente es notable en los primeros momentos. El ingreso del niño a la escuela debe estar cuidadosamente preparado, y existen numerosas reflexiones, como las siguientes, que ayudan al respecto.


Consejos para una mejor adaptación del niño a la escuela
Nuestra capacidad de adaptación a las nuevas situaciones no se puede comparar con los recursos que tiene un niño para adaptarse. Nosotros contamos con un bagaje de experiencias que nos permite adaptarnos a las nuevas situaciones de una forma más suave y controlada.

La capacidad de un niño para integrarse en un ambiente nuevo depende de su forma de ser, pero también de cómo se desarrollan las pautas de su adaptación. Salir de casa e integrarse en un ambiente nuevo, con compañeros a los que no ha visto nunca, con normas distintas que hay que aprender y en un lugar desconocido, no es fácil. Por si fuera poco, papá y mamá no están allí para echar una mano.

Consejos para una buena adaptación a la escuela del niño
En la primera infancia, todo es nuevo para los niños. Y sólo nosotros, los padres somos los únicos que podemos ayudarles con el apoyo y la comprensión que ellos necesitan en momentos como éste. La integración del niño en una escuela debe realizarse paulatinamente, es decir, pasito a pasito, sin prisas ni agobios. Es muy importante respetar los tiempos y las exigencias de cada niño en particular.

Para conseguir que tu hijo se adapte bien a la escuela infantil o al colegio, sobre todo, si es la primera vez que le llevas, es recomendable seguir estos consejos que le ayudarán a superar esta situación con naturalidad.

1. Adaptación horaria. Al principio, lleva al niño sólo durante unas algunas horas a la escuela infantil y, poco a poco, ve aumentando el horario. Cada niño necesita de su tiempo.

2. Objetos de apego. Deja que tu hijo lleve, se así lo desea, su juguete preferido, o algo que le sea familiar y le mantenga unido con su hogar.

3. Despedidas rápidas. Evita prolongar las despedidas en exceso. Hay que transmitir seguridad al niño y evitar dramatismos. Tu hijo debe saber que dentro de un rato vendrás a recogerle y que lo que estás haciendo es lo mejor para él.

4. Motivación y ánimo. Al salir de la escuela infantil, dedica tiempo a tu hijo, jugando con él. Es bueno que descubra que lo que hace en el centro no es tan distinto de lo que hace habitualmente en casa. Anímale a compartir contigo las experiencias que aprende en la escuela. Y demuestra alegría y entusiasmo por sus progresos.

5. Entradas y salidas. Es conveniente que la madre o el padre vayan a llevarle y a recogerle. Esta rutina le proporcionará seguridad y, además, se acostumbrará antes al cambio.

6. Contacto directo. Siempre que lo consideres necesario habla con la profesora o educadora sobre tus dudas, tus inquietudes y sobre cualquier cambio que observes en el niño.

7. Actividades. Busca estar informada sobre las actividades que están desarrollando en clase: fichas, canciones nuevas, estaciones del año, etc, para entender y potenciar su aprendizaje.

8. Evolución y etapas. Los aspectos de la evolución del niño deben ser coordinados con las educadoras (retirada del pañal o del chupete) para que se lleven de la misma forma en casa y en la escuela.

9. Alimentación. Procura tener en cuenta qué es lo que come cada día en la escuela infantil, solicitando el menú, para poder ofrecerle una dieta más equilibrada.

10. Ambiente relajado. Para una mejor adaptación del niño a la escuela infantil conviene que su día no empiece con prisas o agobios por salir de casa. Así que nada de prisas por la mañana. Procura despertarle con tiempo para que desayune tranquilamente y se dirija sin agobios a la escuela infantil.


Fuente
Guiainfantil.com


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sábado, 5 de mayo de 2012

Los niños que quieren oír varias veces el mismo cuento aprenden más rápido

La comprensión lectora está fuertemente relacionada con el rendimiento escolar, y esta capacidad tiene su fuente en el hábito de leer ¿Cuándo empezar a estimular este hábito? Desde el primer mes de vida. El siguiente artículo revaloriza la importancia de leer varias veces el mismo cuento a los niños.                                                                                                                                     



Repetir una y otra vez el mismo cuento es bueno para el aprendizaje de los niños, según un estudio de la Universidad británica de Sussex, cuyos autores consideran que es esta repetición lo que acelera la adquisición del vocabulario.

El estudio fue dirigido por la psicóloga Jessica Horst y sus resultados son consecuencia de un experimento en el que se expuso a dos grupos de niños de 3 años al aprendizaje de dos palabras nuevas. Cada una de ellas era una palabra inventada para designar un objeto desconocido, como por ejemplo "sprock" para referirse a un artículo manual empleado para mezclar comida. Durante el plazo de una semana, uno de los grupos escuchó tres historias diferentes con estas palabras, mientras que el otro grupo escucho una única historia con las mismas palabras nuevas. Pasado ese periodo, se constató que los niños a los se había contado sólo un cuento recordaban mejor las nuevas palabras que los niños a los que se había contado tres historias diferentes. 

"Sabemos que cuanto mayor es el número de libros que se tienen en casa, mejores son los resultados académicos de los niños, pero lo que no habíamos comprendido es cómo ocurre ese aprendizaje", dijo Horst. "Lo que esta investigación sugiere -explicó la psicóloga- es que lo importante no es el número de libros, sino la repetición de cada uno de ellos, porque es lo que propicia un mayor aprendizaje". 

Horst indicó que ya era conocido que los niños que ven el mismo programa de televisión o la misma película una y otra vez "ofrecen mejores resultados en los posteriores exámenes de comprensión". Según Horst, lo que ocurre con la lectura es que cada vez que un niño escucha el mismo cuento está adquiriendo nueva información. "La primera vez puede ser sólo la comprensión de la historia, la segunda la percepción de los detalles y la descripción, y así progresivamente", explica. "Y si la nueva palabra se introduce en una variedad de contextos, como ocurrió con aquellos a los que se les leyeron tres cuentos diferentes, lo más probable es que los niños no logren concentrarse tanto en la palabra nueva", añade la investigadora.

En conclusión, indicó Horst, "el mensaje podría ser que los niños no precisan necesariamente de una gran cantidad de libros, sino que se benefician de una exposición repetida a los que tengan". La investigación completa se publica este mes en la revista Frontiers in Psychology.


Escrito por Elena Sanz
Fuente
Muy interesante.es


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