Para que tus hijos tengan un rendimiento escolar exitoso, es clave que les ayudes en su vida cotidiana a desarrollar buenos hábitos de estudio, nutrición y manejo del tiempo. Anímalos para que se esmeren por aprender algo nuevo, y comparte con ellos la importancia de llevar una vida balanceada.
Es bueno ayudar al niño a poner en práctica los siguientes hábitos:
Empieza el día con un desayuno nutritivo: es indispensable que tus hijos tomen un desayuno nutritivo por la mañana, antes de salir a clase, aun si dicen no tener mucho ánimo para hacerlo. Ofrece a tus hijos alimentos variados como las frutas, yogur con cereal, y jugos naturales. Procura, además, que consuman alimentos ricos en calcio como el queso y la leche. Varios estudios indican que los niños bien alimentados están más inclinados a lograr buen rendimiento escolar y a tener mejor capacidad para concentrarse.
Organiza todo el día anterior con calma: evita que tus hijos dejen todo para el último momento. Ayúdalos para que con anterioridad escojan la ropa que se quieren poner el próximo día. Anímalos para que preparen su maleta con los útiles escolares y las tareas que tienen que entregar, ya que lo ideal es dejar todo preparado la noche anterior, para así evitar el estrés de salir corriendo y quizás olvidar algo por el apuro.
Desarrolla una rutina diaria: para que tus hijos tengan éxito en su vida académica es importante enseñarles a fijar prioridades y tener un buen manejo de su tiempo. Ayúdalos a desarrollar una rutina, quizás trazando una breve lista o fijando una hora especifica para cumplir con sus tareas y así recapitular lo que aprendieron en clase. Procura además, incluir en su rutina un tiempo determinado para que realice actividades que le gustan y diviertan, como un deporte o juego con sus amistades.
Crea un ambiente propicio para hacer las tareas: fija un lugar determinado libre de distracciones, como la televisión o teléfono celular, para tus hijos puedan hacer las tareas. Lo ideal es que este lugar tenga buena ventilación, sea espacioso y una excelente iluminación.
Revisa las tareas: tómate el tiempo necesario para revisar las tareas con tus hijos. Realiza preguntas para repasar el material que estudió en clase. Supervisa las notas que tomaron en el colegio y si es el caso, sugiérele pautas para que apunten de una forma más inteligente. Recuerda que no es necesario escribir todo lo que esté diciendo la maestra, sino más bien frases y palabras claves que resuman las ideas principales.
Busca la ayuda de un tutor si es necesario: si ves que tu hijo tiene dificultad con un tema en particular, procura ayudarle. Sin embargo, si consideras que sale de tus manos porque no manejas el tema, ya sea porque hace mucho tiempo no has puesto en práctica sus conocimientos de matemáticas o ciencias naturales, no pases por alto la opción de pedir apoyo. Habla con su maestra para que te recomiende un tutor que le pueda ayudar a su hijo con la materia que se le dificulta. Varias escuelas tienen programas de tutoría para asistir a los estudiantes en todos los niveles escolares, y por lo general son gratuitos.
Tómate el tiempo para hacerlos dormir bien: es necesario que tus hijos descansen y duerman lo suficiente para estar frescos y pueden concentrarse con facilidad cuando vayan a clase. Por la noche, es recomendable seguir una rutina, como por ejemplo leer un libro antes de dormir, o escuchar música que le calme. Lo ideal es que vayan a dormir temprano y a una hora determinada, para que no se sientan cansados al día siguiente.
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