El tema de la participación de los padres en la escuela es uno de los más importantes para obtener mejoras. También nuestra época exige una formación permanente ¿El rol de la familia en la escuela debe ser parte de estos aprendizajes? Nuevas épocas exigen cambios en nuestra conducta.
Mucho se habla de participación e implicación de la familia en la escuela, pero poco de la necesidad de formación para dicha participación. La complejidad de nuestra sociedad acarrea
nuevas demandas cuyas respuestas requieren la acción conjunta de la familia y la escuela, porque, en este momento, ambas se encuentran en la misma situación: tener que adaptarse a una época de cambios e inseguridades de la que emergen valores nuevos que exige unirse y reflexionar sobre cuestiones tales como:
¿Qué idea de hombre y sociedad tenemos?
¿Cómo educamos?
¿Qué educación queremos para formar al hombre y la sociedad del futuro?
¿Cómo lograrlo a través de la educación?
¿Cuáles son nuestras dificultades?
¿Con qué recursos contamos?
Responderlas supone ir más allá de las apariencias: “No contentarse con las cosas según ellas se nos presentan, sino buscar tras ellas, su ser” (Ortega y Gasset). Y un aspecto muy importante a tener en cuenta es preparar actividades para la formación de padres.
Se han llevado a cabo diversas experiencias de participación así como para la creación de escuelas de padres, cuya forma de participación no se ha consolidado.
Esta comunicación es una invitación a tomar conciencia de la necesidad de una formación para la participación, y dar respuestas a las nuevas exigencias educativas, que plantea grandes retos a padres y profesores.
LA FORMACIÓN DE PADRES
Es valiosa la aportación de Kñallinsky, E., que ofrece una clasificación de acciones que se pueden realizar para mejorar las relaciones de las familias con el centro.
TIPOS DE ACTIVIDADES para realizar CON PADRES
Actividades de colaboración en el aula
Actividades extraescolares
Actividades de colaboración fuera del aula
Reuniones
Actividades en casa
Actividades para la formación de padres
Actividades culturales
Actividades de gestión
La experiencia compartida de actividades culturales como exposiciones de pinturas, fotografía, carteles, etc., fruto de las actividades realizadas en el centro, por los padres y los niños, o bien visitas culturales para asistir a una conferencia, obra de teatro, concierto en el conservatorio o pase de una película son actividades enriquecedoras para los niños, los padres y los maestros.
Igualmente, la participación de los padres en actividades de gestión no sólo es una tarea importante sino también expresión de vida democrática.
Actividades de gestión
Participación en el consejo Escolar
Participación en
la APA
Delegado de Clase
Participación de Comisiones de clase, Económicas, Fiestas
Organización de excursiones, etc.
Participación en reuniones de programación con el maestro
Discusión de los objetivos propuestos por el maestro
Evaluación de los niños junto con el maestro
Sin embargo, la realización de todas estas posibilidades de participación en la escuela requiere la toma de conciencia, por parte de maestros y padres, de la necesidad y utilidad de su mutua colaboración. De ahí la conveniencia de dar a conocer todas las acciones existentes, de manera que los padres conociendo esta realidad puedan elegir la estrategia más adecuada en función del nivel de compromiso que puedan adquirir y el tiempo disponible.
Pero, sobre todo, es requisito indispensable un cambio de mentalidad e introducir la formación de padres dentro del principio de educación permanente, planteando, de una forma amplia e innovadora, la educación familiar como formación hacia la responsabilidad de crear una familia, descubriendo que requiere un aprendizaje, pues caminamos hacia una cultura en la que formar una familia será una elección y una toma de decisiones (Aguilar Ramos, M.C.).
En este sentido, los programas de formación de padres en el que están implicados maestros, adolescentes y padres (Pourtois J.P.), parece una aportación más interesante que lo que habitualmente se viene entendiendo como formación de padres: Escuela de padres, charlas educativas, cine-forum, etc. Su puesta en práctica implica una preparación de los docentes, las familias y los futuros padres y madres de familia.
La formación del maestro en Educación Familiar.
“La profesionalización en docencia es asumir un proceso de mejora personal colaborativa y tecnológica” (Medina Rivilla, A.), es una exigencia irrenunciable; más aún, en Educación Infantil tiene que ocupar un lugar privilegiado al necesitar una preparación específica por tratarse de una etapa de gran repercusión en la cimentación de las bases de la personalidad humana del niño, a nivel: cognitivo, afectivo, socio-relacional, intercultural.
Esta preparación gira alrededor de cinco ejes: Desarrollo personal, conocimiento de las tares de la profesión, asimilación de métodos, integración de los conocimientos teóricos y prácticos, para finalmente ir hacia una metaprofesionalización. En síntesis, se centra en una formación científica, teórica y práctica, como indica Medina Rivilla, A., para que tenga un conocimiento en los más diversos aspectos de su trabajo:
· Enseñanza
· Curriculum
· Clima social del aula, ciclo y centro
· Aprendizaje observacional del niño/a, etc.
Los
objetivos hacia donde se ha de orientar el logro de su capacitación profesional es el
desarrollo de las siguientes capacidades de:
· Empatía con los niños
· Comunicativa y relacional
· Interacción global y el clima generado en el aula
· Gestión y participación en el centro y aula
· Práctica colaborativa para generar procesos en común
· Relación con los padres y colegas (Ibid. 1993)
Por nuestra parte, añadimos el desarrollo de
estrategias creativas y de resolución de problemas, para plantear un curriculum abierto a la comunidad e innovador,
y una formación en Educación familiar por medio de una dotación de conocimientos, teóricos y prácticos e instrumentos para saber relacionarse con las familias e invitar a la colaboración y la participación.
Plantear una formación de los maestros para desarrollar la creatividad es preparar para la innovación de forma que, el maestro como mediador e investigador en el aula, incorpore nuevos recursos y elementos humanos como la familia y sea
un dinamizador, preguntando, orientando, ayudando y creando espacios vivos de comunicación.
Ante una cultura global e interactiva, es necesario formar a estos futuros docentes para que sean capaces de crear espacios de comunicación positiva y eficaz. Como indica Kñallinsky, E. (1999, pp. 12),
La toma de conciencia por parte de los maestros de la importancia del papel que juega la familia en el proceso educativo de sus hijos y el reconocimiento de las que teorías que sustentan y desarrollan la Educación Familiar permitirá el establecimiento de buenas relaciones entre ambas instituciones y esto redundará en la mejor adaptación de los niños.
Los
programas de formación para
maestros en formación inicial, que se llevan a cabo en
la Universidad de Mons-Hainaut (Bélgica) y
la Escuela Normal de Mons (Bélgica), los hemos adaptado a las necesidades formativas de nuestros maestros en Educación Infantil.
Partimos de la idea de Monnier, R. y Pourtois, J.P. (1987). Los futuros maestros no reciben ninguna información que les lleve a establecer relaciones con los padres de sus alumnos ni cómo promover sus recursos afectivos, cognitivos y sociales para lograr el desarrollo de una estructura relacional con ellos.
En este sentido, proponemos, en estos programas de formación de maestros, como:
·
Objetivos:
· Sensibilizar al alumnado de la necesidad de la participación de la familia en la escuela
· Favorecer su autoconocimiento
· Desarrollar habilidades sociales y estrategias creativas y de resolución de problemas
· Tomar conciencia de su necesidad de:
· Conocer al niño de forma global, y los condicionantes sociales de su entorno social más próximo
· De la complejidad de la realidad organizativa e institucional de la escuela
·
Contenidos:
· La familia en la sociedad actual. Nuevas necesidades
· Relaciones escuela-familia
· Aspectos legislativos
· Participación de los padres en los centros
· Percepciones de padres y profesores sobre sus relaciones
· Necesidades de un trabajo común
· Los padres ante el fracaso escolar
· Formación de padres
· Formación del maestro para la participación educativa
· Niveles, objetivos y estrategias: Dinámica de grupos y Estrategias de creatividad y resolución de problemas
Los resultados de las investigaciones sobre
maestros que en su formación inicial recibieron una preparación en materia de Educación Familiar y los que no la recibieron, realizadas en Bélgica, por Monnier R. y Pourtois, J.P.(1987), y, en España, por Kñallinsky, E. (1999),
muestran diferencias significativas en sus actitudes:
· Están de acuerdo en abrir la escuela a los padres que desean participar en el aula. De esta forma van fundamentando una cooperación basada en la valoración de competencias externas a la escuela. Por otra parte, aceptando compartir el poder, se convierten en agente de integración de la comunidad en la escuela
· Animan las reuniones de padres basadas en intercambios relativas a la educación global de los niños. Se pronuncian claramente a favor de la síntesis, de la coherencia interna de las diversas intervenciones educativas.
· Expresan menos estereotipos negativos sobre la evolución de la familia actual y las relaciones padres-hijos. Admiten así el respeto a las diferencias y están preparados para introducir sus efectos positivos en la escuela.
· Las prácticas que ofrecen se orientan hacia el intercambio basado sobre la necesidad de establecer un nuevo tipo de relación sobre la igualdad y la confianza recíproca entre
la Escuela y
la Familia (Monnier. R et Pourtois, J.P., 1987).
Por último, señalar con Kñallinsky, E. (1999, pp. 158),
“La participación democrática de los padres en la escuela requiere un cambio de actitudes de la comunidad educativa y la transformación de las prácticas educativas”.
Es fundamental la
formación de padres y profesores para afrontar los desafíos que presenta la educación de hoy, dónde es preciso no olvidar que el
único protagonista real y verdadero es el niño y todos los
esfuerzos han de ir dirigidos
hacia su desarrollo pleno, su felicidad y adaptación progresiva a los cambios que la vida, en sus incesantes transformaciones, de toda índole, le van imponiendo.
Por tanto,
es de vital importancia desarrollar estrategias creativas e innovadoras para propiciarle una educación encaminada hacia el conocimiento de sí mismo, la autonomía, el cuidado del entorno, la resolución de problemas, y el autocontrol, en el marco de los valores democráticos de participación, colaboración, tolerancia y solidaridad, de forma que sea capaz de valerse por sí mismo en un mundo cambiante creando comunidad para ello:
“La formación de maestros y padres en Educación Familiar es imprescindible si se quiere alcanzar una verdadera participación democrática en el ámbito educativo” (Kñallinsky, E. 1999).
Autora: Mª Carmen Aguilar Ramos
Facultad de Ciencias de
la Educación. Universidad de Málaga.
Dpto. Métodos de Investigación e Innovación Educativa.
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