domingo, 18 de marzo de 2012

La corresponsabilidad

Si bien el involucramiento familiar, o alianza escuela-familia, es una necesidad ampliamente reconocida, hay mucho para hacer al respecto ¿Está la escuela preparada para incluir a la familia? ¿Existen las herramientas necesarias? No se puede recorrer el camino de la Calidad Educativa sin la familia. El siguiente artículo aporta el punto de vista de los padres.




Corren tiempos en los que se oye con frecuencia hablar de corresponsabilidad y nos gustaría reflexionar brevemente en estas líneas sobre el término en cuestión y los ámbitos a los que, desde nuestro punto de vista, nos afecta como familias especialmente. Hablamos de corresponsabilidad como sinónimo de asumir responsabilidades, entendiendo que aceptamos las consecuencias de nuestros actos de forma voluntaria, pero con el matiz de que esa aceptación es conjunta, entre varias personas y no con carácter individual. Dicho de otra forma, la corresponsabilidad implica participar activamente en la responsabilidad con otras personas. Es un indicativo de igualdad, que se asocia a tener iguales derechos y también iguales deberes.

Estamos habituados en los últimos tiempos a escuchar muchas disertaciones sobre la corresponsabilidad en las tareas domésticas, no en vano tenemos una novedosa y reciente Ley de Igualdad; entre las distintas administraciones locales, autonómicas y estatal; entre los ciudadanos, cuando hablamos, por ejemplo, de corresponsabilidad fiscal; entre países en misiones humanitarias internacionales; de corresponsabilidad en la educación, a la hora de formar ciudadanos en las aulas; etc.

Sobre este último ámbito de la corresponsabilidad en la educación es sobre el que queremos detenernos. Esta expresión ha adquirido una especial significación desde la elaboración, aprobación y aplicación de la Ley Orgánica de Educación. En esta sociedad del siglo XXI ya nos hemos dado cuenta de que la educación de los chicos y chicas no es cosa sólo de la escuela, y tampoco de las familias, y menos de los alumnos en exclusiva, sino que hemos ampliado la misma a toda la sociedad. El hecho de que el proceso de aprendizaje lleve parejo y de forma inseparable el de enseñanza, nos muestra que ambos son indivisibles, y que en ambos intervienen diferentes y numerosos actores como para exigir la responsabilidad de cualquiera de ellos a un único protagonista.

Nos movemos en términos de corresponsabilidad de toda la comunidad educativa, que para las familias va inexorablemente unido al de participación real y efectiva. No se nos puede exigir a las familias corresponsabilidad en la formación de nuestros hijos e hijas si antes no se ponen a nuestro alcance las herramientas que nos permitan asumir esa responsabilidad conjunta. Sigue siendo una asignatura pendiente para nosotras, aunque cada vez estamos más cerca de aprobarla, porque creemos que hay una mayor conciencia de que las familias somos imprescindibles en el proceso educativo y de que nuestra opinión es necesaria.

No podemos cerrar estas líneas hablando de corresponsabilidad en la educación, sin hacer referencia a la obligación que todos los centros sostenidos con fondos públicos tienen de hacerse corresponsables en la escolarización de todo tipo de alumnado. En unos tiempos en los que el alumnado es afortunadamente y enriquecedoramente diverso, las administraciones educativas que sostienen los conciertos de los centros de titularidad privada deben velar para que esa corresponsabilidad no quede únicamente en el papel de una ley, sino que sea efectiva, y nosotros como familias debemos exigir que así sea.




Autora
Ana Abán
Presidenta de la Federación de APAS de Aragón (FAPAR)
Fuente
nov/dic 2008 padres y madres de al umnos y al umnas 3 3



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