Hemos podido comprobar que son muchas y variadas las situaciones que
influyen en el éxito escolar, situaciones que especialmente son difíciles de
afrontar en el momento actual debido a los continuos cambios sociales que se
producen.
Esta situación nos alerta de la necesidad de configurar escuelas más
abiertas e integradas en la
comunidad. Se precisa de una educación más flexible y atenta
a las distintas situaciones y necesidades de los usuarios, una escuela que sea
vivida y compartida por todos y todas.
En este sentido, son diversas las iniciativas a nivel nacional e
internacional que defienden la necesidad de cambios en el modo de gestionar y
desarrollar la
educación. De hecho, se están desplegando distintas
experiencias educativas que demuestran ser eficaces para la consecución de
éxito escolar. Aunque son diferentes los elementos y actuaciones que se
desarrollan tratando de buscar éxito escolar (creación de climas positivos de
aprendizaje, atención educativa inclusiva, aprendizajes auto-regulados o
activos del propio alumnado, roles del docente como mediador y facilitador, la
gestión positiva de los conflictos del aula, establecer grupos de trabajo
interactivos, atender al funcionamiento de los grupos, colaboración entre el
profesorado,….), existe un denominador común en todas ellas: la idoneidad de
los procesos de democratización de la educación en las escuelas y las prácticas
educativas abiertas a toda la comunidad. Esto requiere la existencia de
comunidades educativas comprometidas con la tarea de educar.
Se ha demostrado que en los centros escolares donde existe una relación
colaborativa con las familias, no sólo se alcanza un mayor éxito académico del
alumnado, sino que se obtienen beneficios y mejoras para todos (familias, centro,
profesorado, etc.). De hecho, la normativa vigente reconoce el derecho de las
familias a estar informadas sobre el progreso del aprendizaje e integración socioeducativa
de sus hijos y a participar en el proceso de enseñanza y aprendizaje para
mejorar el rendimiento de los mismos1.
Hay muchos padres y madres que se esfuerzan diariamente por ayudar a sus
hijos en sus tareas escolares y aprendizajes, pero, en general, en nuestro
país, sería deseable una mayor participación e implicación educativa familiar,
es decir, se necesita de una mayor colaboración entre la familia y la escuela a
la hora de coordinarse para educar.
Si bien es cierto que existen canales tradicionales de participación de
las familias en la escuela como el consejo escolar y las asociaciones de padres
y madres, la realidad es que su contribución al éxito escolar debe mejorarse
como ya veremos más adelante.
Beneficios de la
relación colaborativa entre la familia y el centro educativo para el éxito
escolar
ÉXITO ESCOLAR
FAMILIAS• Mejora la comunicación con los docentes
• Mejora la comunicación con los hijos/as
• Mejora la comprensión de los programas escolares
• Actitud positiva hacia la escuela y su personal
• Aumenta la autoconfianza y la autoestima
• Aumentan las habilidades sociales
• Aumenta el compromiso social y comunitario
PARA EL ALUMNADO
• Aumenta el rendimiento académico• Mejora la actitud hacia la escuela
• Adquiere más habilidades sociales
• Aumenta la probabilidad de cursar estudios post-obligatorios
• Tiene mejores hábitos de estudio
• Disminuyen los comportamientos conflictivos
• Disminuye el absentismo y el abandono escolar
• Más competente y eficaz
• Enseñanza más centrada en el niño/a• Mejor relación con las familias y la comunidad
• Profesorado más satisfecho y comprometido
• Instituciones que enseñan y aprenden
Unas veces son las creencias y rutinas familiares las que dificultan la
implicación en la escuela, otras, sin embargo, surgen de la propia sociedad que
no posibilita una conciliación laboral que permita a las familias atender las
situaciones escolares de los hijos,… y, a veces, es el propio funcionamiento
escolar o la actitud de los docentes lo que no fomenta el que las familias
participen en el centro.
De esto modo, la situación que tenemos actualmente, dista mucho de ser
un sendero cómodo, limpio y señalizado por el que transitar, más bien se trata
de un camino borroso, que hemos descuidado y que se ha difuminado entre la
maleza torcida que ha crecido con el tiempo y la pasividad de algunos para
desbrozarla. Si queremos llegar al destino que hay al otro lado del camino,
hemos de tomar decisiones, ponernos manos a la obra y esforzarnos por
despejarlo y señalizarlo. Hay que trabajar por aquello que uno quiere y no
darse por vencido como ocurría en el cuento de las dos ranas.
CREENCIAS CREAN
REALIDADES
Dice una historia
que dos ranas cayeron en un enorme cubo de nata de una lechería. Una le dijo a
la otra:-Es mejor que nos demos por vencidas, estamos perdidas. No podremos salir de aquí.
-Sigue nadando –le dijo su compañera-. Conseguiremos salir de alguna forma.
-Es inútil –chilló
Y dejándose caer, murió ahogada. Su amiga, en cambio, siguió moviéndose intentando nadar, sin rendirse. Cuando se hizo de día se halló encima de un bloque de mantequilla que ella misma había batido. Y allí se quedó, sonriente un buen rato, mientras se comía las moscas que llegaban en bandadas en todas las direcciones. Creer que puedes conseguir algo, es el primer paso para que así suceda.
Jaume Soler y M. Mercè Conangla
Aplícate el cuento
Igual que estas dos ranas se encontraron, sin buscarlo, en un apuro que
iba a condicionar definitivamente su existencia, los padres y madres nos
encontramos con diversas dificultades para ejercer una participación educativa.
Ahora que sabemos que es necesaria la colaboración y el esfuerzo compartido
para conseguir éxito escolar y mejorar la educación, debemos decidir si nadamos
para intentar cambiar la situación o nos dejamos ahogar dándonos por vencidos.
Los que ya vienen luchando en este medio adverso son aquellos padres y madres
participantes en el AMPA que, día a día, se empeñan en aportar su granito de
arena a la educación de sus hijos. Esta publicación tratará de ofrecer consejos
que les motiven a seguir con el esfuerzo, además de claves y ejemplos que
ayuden a convencer al resto de padres y sugerencias que propicien estilos y
sinergias que consigan transformar la nata en mantequilla con mayor celeridad.
Extraído de
EL ÉXITO ESCOLAR¿Cómo pueden contribuir las familias del alumnado?
Santiago Ramírez Fernández
Antonio García Guzmán
Christian Alexis Sánchez Núñez
Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos
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