La familia es la máxima responsable de la educación de los jóvenes, pero no la única, la escuela tiene funciones que cumplir, también la administración política. Todos tenemos en común la búsqueda de calidad en el sistema educativo, e indiscutiblemente la participación es uno de los factores más importantes ¿De qué manera puede participar la familia en los centros escolares?
Los padres y madres somos los máximos responsables de la
educación de nuestros hijos y tenemos el deber de velar por su formación
integral. A partir de una determinada edad, delegamos en los maestros una parte
de esta labor educativa: en la escuela se instruye y se educa, se aprenden
conocimientos y se transmiten valores. La Administración, por su parte, es la
responsable última de procurar una educación para el conjunto de la ciudadanía,
proporcionando un marco que facilite esta tarea: leyes, espacios, recursos,
gestión, la formación de los maestros y profesores, y el control de calidad de
todo el sistema. Pero todavía tiene una tarea más importante: crear las
condiciones para que la educación sea un elemento compensador de las
desigualdades.
La participación es un factor de calidad para el sistema
educativo y un instrumento básico para la formación de ciudadanos y ciudadanas
autónomos, libres, responsables y comprometidos con los principios y valores de
la Constitución.
Una escuela de calidad es aquella que sabe dar respuesta a
las necesidades específicas de todos y cada uno de los alumnos, que es capaz de
potenciar sus capacidades de manera individualizada y coordinada con las
familias, que decide sus objetivos y que es gestionada con el máximo consenso
de toda la comunidad educativa, que establece canales regulares de comunicación
con las familias, que es capaz de enseñar a ser y de formar ciudadanos a todos
sus alumnos sin exclusión, que es capaz de mejorar en función de esta
evaluación. Éstas son también algunas de las características esenciales de la
escuela basada en la participación.
Formas de
participación de las familias en los centros escolares
Los padres y las madres tenemos diversas maneras de
participar en los centros escolares. La familia puede participar en la vida y
gestión de los centros docentes tanto de forma individual, a través de las
tutorías, como de forma colectiva, a través de las asociaciones de madres y
padres del alumnado y de los Consejos Escolares. Un primer nivel, el más
básico, implica estar informados de lo que acontece en la escuela, interesarnos
por todo lo que hacen nuestros hijos, asistir a las reuniones de clase o de
tutoría, o establecer una coordinación entre nuestra actividad educadora y la
del centro.
La participación
individual
Esta participación tiene su propio instrumento: las tutorías.
La tutoría y la orientación son parte esencial de la función docente. La
función tutorial y orientadora del alumnado se desarrollará a lo largo de todas
las etapas y enseñanzas. Cada alumno y alumna tiene asignado un tutor o tutora
que conoce su expediente académico y su situación personal en el centro escolar
y se ocupa de la relación con su familia.
En la actualidad la tutoría abarca un conjunto de
actuaciones plenamente integradas en la función docente, actuaciones que no
pueden limitarse al mero seguimiento del progreso académico del alumnado, sino
que deben ser entendidas como la manera de alcanzar un mayor conocimiento de
los alumnos y las alumnas y con ello mejorar su integración escolar y social y
su proceso de enseñanza y aprendizaje.
La relación de los tutores y tutoras con las familias del
alumnado se lleva a cabo habitualmente a través de entrevistas individuales,
que se realizarán previa cita y en horario de tarde. Será necesario realizar
varias entrevistas a lo largo del curso escolar, con objeto de mejorar el
conocimiento por parte de las familias y tutores y tutoras del progreso
personal y académico del alumnado.
Asimismo, los tutores y tutoras podrán convocar a todos los
padres y madres del alumnado del grupo que tienen a su cargo para informarles
de aquellos aspectos que consideren relevantes en relación con su tutoría. Con
carácter preceptivo convocarán una reunión general de padres y madres antes de
la finalización del mes de noviembre de cada año para exponer el plan global de
trabajo del curso, la programación y los criterios y procedimientos de
evaluación, así como las medidas de apoyo que, en su caso, se vayan a
desarrollar.
Un segundo nivel aparece después de tomar conciencia de
formar parte de un colectivo que tiene unas necesidades comunes (comedor
escolar, actividades extraescolares, etc. ) y unos mismos objetivos: conseguir
una enseñanza de calidad. Para todo esto debemos ser socios de la asociación de
madres y padres de alumnos (AMPA), en donde las madres, padres o tutores
legales, de manera colectiva, trabajamos para dar respuesta a estas inquietudes
y necesidades.
La participación
colectiva
La participación de las familias puede hacerse también a
través de sus entidades representativas, las asociaciones de madres y padres
del alumnado (AMPA), lo que permite abordar de manera colectiva los problemas y
organizar soluciones y actividades para conseguir unos fines comunes.
El marco legal vigente hasta ahora nos proporciona una
tercera posibilidad: los consejos escolares (de centro, municipales,
autonómicos y estatales). En el caso de los consejos escolares de centro, la
participación implica capacidad de toma de decisiones y en el resto, capacidad
de opinar y asesorar a las administraciones.
En el ámbito de la participación, las madres y los padres
del alumnado tienen reconocidos, entre otros, los siguientes derechos:
- Estar
informados sobre el progreso del aprendizaje e integración socioeducativa de
sus hijos e hijas.
- Participar
en el proceso de enseñanza y aprendizaje de sus hijos e hijas.
- Participar
en la organización, funcionamiento, gobierno y evaluación del centro educativo.
- Ser oídos en
aquellas decisiones que afecten a la orientación académica y profesional de sus
hijos e hijas.
Por otra parte, como primeros responsables de la educación
de sus hijos, hijas, a las familias les corresponde:
- Adoptar las
medidas necesarias, o solicitar la ayuda correspondiente en caso de dificultad,
para que cursen las enseñanzas obligatorias y asistan regularmente a clase.
- Proporcionar,
en la medida de sus disponibilidades, los recursos y las condiciones necesarias
para el progreso escolar.
- Estimularles
para que lleven a cabo las actividades de estudio que se les encomienden.
- Participar
de manera activa en las actividades que se establezcan en virtud de los
compromisos educativos de los centros con las familias para mejorar su
rendimiento.
- Conocer,
participar y apoyar la evolución de su proceso educativo, en colaboración con
el profesorado y el centro.
- Respetar y
hacer respetar las normas establecidas por el centro, la autoridad y las
indicaciones u orientaciones educativas del profesorado.
- Fomentar el
respeto por todos los componentes de la comunidad educativa.
La cultura de la participación en el ámbito educativo puede
ayudar a reducir los conflictos que se producen en los centros docentes,
conflictos que, por otra parte, son inherentes a cualquier actividad humana,
así como resolverlos en el caso de que aparezcan. Establecer mecanismos de
prevención y resolución pacífica de los conflictos forma parte de la educación
para una formación integral, una educación que contempla el desarrollo de la
autonomía del alumnado y de su espíritu crítico, su capacidad para tomar
decisiones, trabajar en equipo, convivir e integrarse socialmente.
Extraído de
La participación de las madres y padres en los centros
escolares
Francisco Montañés
Junta Directiva de CEAPA
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