Los padres transmitimos a nuestros hijos e hijas,
conscientes o inconscientemente, la forma que tenemos de pensar, sentir y
actuar. Los pequeños observan, aprenden e imitan lo que ven hacer y decir a sus
padres. Funcionamos como modelos ante nuestros hijos. Hay que tener mucho
cuidado con lo que transmitimos, con los mensajes que comunicamos y con las
conductas que exhibimos. Los niños siempre están atentos a todo, a veces enseñamos
cosas sin darnos cuentas: hablamos delante de ellos y manifestamos, por
ejemplo, formas de pensar que no ayudan a que los niños tengan un respeto y
valoren la figura del profesor, del mismo modo, a veces acompañamos estas
palabras de sentimientos de repulsa delante de los ojos de los niños, incluso,
en ocasiones, observan las malas formas con las que nos dirigimos y nos
comportamos directamente en el centro.
También tenemos que tener cuidado con las actitudes y el
valor que le damos a o relacionado con el estudio y la enseñanza. Si no
mostramos a nuestros hijos interés por lo que hacen en la escuela, si no
apreciamos los progresos y logros que consiguen, si transmitimos el valor que
la educación tiene para la persona todas sus facetas y le damos mayor
importancia a conseguir dinero y rápido, a tener un cuerpo perfecto, a la fama,
etc.; entenderán que la formación y la cultura no se encuentra entre lo que
debe ser prioritario en la vida.
Si
por el contrario mandamos mensajes positivos a nuestros hijos a través la
palabra y de nuestro comportamiento (mostrando optimismo y confianza en su
capacidad y valía, expresando afecto y valorando sus esfuerzos, manifestando
nuestro reconocimiento por la labor del profesorado, exhibiendo conductas
amables y de colaboración con ellos, etc.) contribuiremos a la construcción de
una autoestima positiva en el niño, al establecimiento de buenas relaciones en
el centro y a que generen ideas y concepciones favorables sobre el hecho de
aprender
Este texto que exponemos a continuación resume muy bien lo
que queremos transmitir.
Los niños y niñas practican lo que aprenden
Si un niño vive con
críticas, aprende a condenar.
Si un niño vive con
hostilidad, aprende la violencia.
Si un niño vive con el
ridículo, aprende a ser tímido.
Si un niño vive con
vergüenza, aprende a ser culpable.
Si un niño vive con
palabras de aliento, aprende a tener confianza.
Si un niño vive con elogios,
aprende a apreciar.
Si un niño vive con
equidad, aprende la justicia.
Si un niño vive con
seguridad, aprende a tener fe.
Si un niño vive con aprobación, aprende a quererse a sí mismo.
Si un niño vive con
aceptación y amistad, aprende a amar al mundo.
(Tomado del libro “Zig Zigar, criar a los niños en un mundo
negativo”)
Extraído de
EL ÉXITO ESCOLAR
¿Cómo pueden contribuir las familias del alumnado?
Santiago Ramírez Fernández
Antonio García Guzmán
Christian Alexis Sánchez Núñez
Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos
2 comentarios:
Interesante la propuesta de currículo del hogar, es una herramienta para formar desde el hogar a los hijos
Saludos:
Me gustaría compartir con los padres de familia de mi centro educativo los aportes de Currículum del Hogar.
Un abrazo a todos
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